Cuando informo sobre cuáles son (y cuáles no son) las estrategias de aprendizaje más efectivas según la investigación científica, con frecuencia recibo la crítica de los que, en base a su caso particular, indican que un método presuntamente poco efectivo «les funciona». 🧵👇
En este sentido, no solo resulta importante apreciar el carácter estadístico de las conclusiones científicas sino también entender lo que queremos decir cuando afirmamos que una estrategia de aprendizaje es más eficaz que otra.
Por un lado, que una persona supere con éxito los retos de aprendizaje a pesar de emplear estrategias poco eficaces, no significa q sea incorrecto considerarlas como tal. Las estrategias no son el único factor q determinará el éxito, solo uno que puede contribuir a alcanzarlo.
Otros factores como una "facilidad innata" para aprender, unos conocimientos previos oportunos o una enorme motivación, también influirán en el resultado. De hecho, muchos estudiantes tienen éxito en la escuela a pesar de no emplear buenas estrategias [1].
La cuestión es que a medida que los retos de aprendizaje incrementan su exigencia, esos factores ventajosos pueden llegar a quedarse cortos, y entonces la ayuda que pueden proporcionar las buenas estrategias puede resultar determinante.
Es más, a quienes afirman que sin usar dichas estrategias les va bien (probablemente porque tienen la suerte de contar con otros factores a su favor), en general tampoco les deja de ir bien cuando las usan. Es decir, raramente les resultan menos eficaces que las que emplean.
Ahora bien, ¿y qué pasa con los estudiantes que de buenas a primeras no tienen esos factores a su favor? Precisamente las buenas estrategias se caracterizan porque benefician en especial a estos estudiantes [2]. De hecho las estrategias poco eficaces no les ayudan en absoluto.
Cuando decimos que un método funciona, por lo tanto, no vale con señalar que haya estudiantes a los que les funciona, sino que hay que comparar estadísticamente cuántos se verán beneficiados en relación a otros métodos. Las buenas estrategias dejan menos estudiantes atrás.
Vale la pena apreciar que hay estrategias que pueden considerarse eficaces en general, porque suelen resultar relativamente beneficiosas para todos [3]. Pero también hay otras que pueden depender de algunas características específicas de los estudiantes.
Por ejemplo, sabemos que algunos métodos adecuados para los que son principiantes en una materia no son los más adecuados para los que ya han alcanzado cierto dominio, y viceversa. Sería el caso de los «ejemplos trabajados», que no resultan idóneos para los más "expertos" [4].
Por otro lado, las buenas estrategias se caracterizan por promover aprendizajes más duraderos, más transferibles (que conseguimos aplicar más fácilmente a nuevas situaciones) y más productivos (que nos ayudan a aprender más). Es importante apreciar esto para comparar su eficacia.
Por último, es importante comprender q las buenas estrategias de aprendizaje tampoco son la panacea. Como ya he apuntado, muchos otros factores influyen en la posibilidad de lograr los objetivos de aprendizaje, por lo q no podemos considerarlas infalibles, solo una (gran) ayuda.
Además, por lo que respecta a la eficacia de una estrategia, "el diablo está en los detalles". Si no prestamos atención a lo que la hace eficaz, nos perderemos la ventaja que proporciona. Por ejemplo, crear resúmenes y mapas conceptuales es eficaz para aprender...
...pero solo si los hacemos a partir de lo que recordamos de la sesión de estudio o la clase, sin ir copiando o resiguiendo el texto original (porque lo que nos hace aprenderlo mejor es el hecho de evocarlo y explicarlo con nuestras palabras). FIN.
En mis hilos pueden encontrar detalles sobre muchas de estas estrategias de aprendizaje (entre otras cosas):
[1] Karpicke, J. D., Butler, A. C., & Roediger III, H. L. (2009). Metacognitive strategies in student learning: do students practise retrieval when they study on their own?. Memory, 17(4), 471-479.
[2] Agarwal, P. K., Finley, J. R., Rose, N. S., & Roediger III, H. L. (2017). Benefits from retrieval practice are greater for students with lower working memory capacity. Memory, 25(6), 764-771.
[3] Willingham, D., & Daniel, D. (2012). Teaching to what students have in common. Educational leadership, 69(5), 16-21.
[4] Kalyuga, S. (2009). The expertise reversal effect. In Managing cognitive load in adaptive multimedia learning (pp. 58-80). IGI Global.
NOTA: La eficacia de las estrategias de aprendizaje se aprecia bien en la durabilidad de sus resultados. Las poco eficaces generan aprendizajes de corto plazo, que pueden ser suficientes para pasar exámenes, pero no favorecen aprendizajes de largo plazo.
¿Cuáles son las bases neurobiológicas del aprendizaje? Esto es, ¿qué hace posible nuestra memoria a largo plazo? ¿Y qué hay de la memoria de trabajo? Aquí les dejo un breve hilo con un par de nociones básicas sobre neurobiología del aprendizaje (en clave divulgativa).
La memoria a largo plazo y la memoria de trabajo son dos constructos psicológicos muy relevantes para entender los procesos de aprendizaje. En mis hilos he hablado varias veces sobre ellos, pero siempre desde el ámbito de la psicología, sin apenas referirme a su base biológica.
Para situarnos, la memoria a largo plazo es la facultad para adaptar nuestra conducta al entorno y las circunstancias a partir de nuestras experiencias previas. En realidad, no existe una sola memoria a largo plazo, sino que este concepto engloba distintos tipos de memoria [1].
@FECYT_Ciencia Vaya, creo que esto requiere de un hilo... Veamos. Los "conocimientos profundos" son aquellos que están bien organizados y conectados con otros conocimientos en nuestra memoria a largo plazo. #FECYTedu#coNprueba
@FECYT_Ciencia Además, están asociados a conocimientos sobre condiciones de "aplicabilidad", es decir, las situaciones y contextos en que son relevantes. #FECYTedu#coNprueba
@FECYT_Ciencia Esto implica que sean: significativos (dotados de significado), duraderos (no se olvidan fácilmente), transferibles (aplicables a nuevos contextos), funcionales (útiles para razonar, crear soluciones y resolver problemas) y productivos (útiles para obtener nuevos conocimientos).
Tan pronto como hemos aprendido algo ya hemos empezado a olvidarlo. Sin embargo, aunque el olvido es un proceso inevitable, lo que aprendemos puede olvidarse a ritmos muy distintos. Esto diferencia un aprendizaje duradero de uno efímero. ¿De qué depende, pues, la tasa de olvido?
En 1885 Hermann Ebbinghaus registró el que es considerado el primer estudio científico sobre la memoria (a pesar de sus limitaciones)[1]. Con sus experimentos, Ebbinghaus estableció la conocida "curva del olvido", gráfica que refleja precisamente el ritmo con que olvidamos.
Aquí tenéis la curva del olvido idealizada, en este caso mostrando el % de información retenida en relación al paso del tiempo. Pero se puede representar de otras formas, como el tiempo ahorrado en reaprender algo q aprendimos en función del tiempo transcurrido desde entonces.
Es curioso que, siendo tan obvio como parece ser, muchos estudiantes no aprecien la importancia que tiene dormir para aprender y para rendir mejor ante un reto académico. ¿Por qué es tan crucial dormir para el aprendizaje? ¿Y por qué no es recomendable tomar cafeína? Abro hilo.
El sueño no solo nos proporciona el descanso necesario para "recargar" nuestros recursos cognitivos, imprescindibles para realizar cualquier tipo de tarea mental, sino que es fundamental para aposentar y consolidar lo aprendido durante el día anterior [1].
Cuando dejamos de prestar atención a algo sobre lo que hemos estado aprendiendo, nuestro cerebro sigue trabajando para consolidarlo en la memoria a largo plazo. Aunque este proceso se pone en marcha desde q codificamos la información, es durante el sueño cuando más eficiente es.
¿Aprender latín contribuye a mejorar nuestra memoria y razonamiento? ¿Aprender programación o ajedrez nos hace mejores resolviendo problemas? ¿Y aprender música mejora nuestras habilidades cognitivas en general? Veamos qué nos dice la investigación. Hilo va.
No es nueva la noción de que el aprendizaje de determinadas disciplinas tiene efectos beneficiosos q transcienden dichas disciplinas y repercuten en el desarrollo de habilidades generales como la atención, el razonamiento, la creatividad, la resolución de problemas o la memoria.
Por ejemplo, a principios del siglo XX se asumía que algunas asignaturas escolares, como el latín o el griego, eran fundamentales para la educación porque supuestamente ayudaban a «disciplinar la mente» y mejorar así el desempeño de los estudiantes en cualquier otra asignatura.
Hay una enorme diferencia entre creer que hemos aprendido algo y haberlo aprendido realmente. Es más, algunas formas de aprender nos engañan, pues son más eficaces haciéndonos creer que hemos aprendido que ayudándonos a aprender de verdad. Dentro hilo.
¿Cómo sabemos cuánto sabemos sobre algo? ¿Cómo podemos estar seguros que recordaremos mañana lo que aprendimos hoy? Y como docentes, ¿cómo estimamos cuán efectiva ha sido una actividad en clase? Porque... ¿a qué nos referimos cuando decimos que un método "nos funciona"?
En primer lugar, ser capaz de estimar nuestro propio aprendizaje es una de las habilidades metacognitivas que peor se nos da. Nuestras intuiciones sobre el aprendizaje logrado tras una lección, una actividad o una sesión de estudio suelen ser poco acertadas.