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#ReporteCOVID19
#coronavirus
The Day we Let #COVID19 Spin Out of Control.
"One year later we are still paying the price for this catastrophic blunder"
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En Español:
El día en que dejamos que Covid-19 se saliera de control.
Por DANIEL P. ORAN y ERIC J. TOPOL
23 DE ENERO DE 2021

El 24 de enero marca el primer aniversario de un evento trascendental pero en gran parte desapercibido en la historia de la pandemia Covid-19: el primer informe publicado de un individuo infectado con el nuevo coronavirus que nunca desarrolló síntomas

Esta confirmación temprana de una infección asintomática debería haber hecho sonar las alarmas y alterado profundamente nuestra respuesta a la tormenta que se avecinaba.

Pero no lo hizo. Un año después, todavía estamos pagando el precio de este catastrófico error.
Al menos una de cada tres personas infectadas con SARS-CoV-2, el virus que causa Covid-19, no presenta síntomas

Esa es la conclusión de una revisión que acabamos de publicar en Annals of Internal Medicine. Resume los resultados de 61 estudios con más de 1,8 millones de personas.

Pero durante gran parte de la pandemia, la resistencia feroz, e incluso el negacionismo absoluto, al reconocer este patrón de enfermedad no tan típico llevó a prácticas de prueba ineficaces que permitieron que la pandemia se saliera de control.

El 28 de enero de 2020, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo: “En toda la historia de los virus de transmisión respiratoria de cualquier tipo, la transmisión asintomática nunca ha sido la causa de los brotes. ...

...Incluso si hay una rara persona asintomática que pueda transmitir, una epidemia no es impulsada por portadores asintomáticos ".

Esta fue una opinión muy extendida. El 8 de junio de 2020, un alto funcionario de la Organización Mundial de la Salud calificó la transmisión asintomática como "muy rara".

Para su crédito, Fauci fue uno de los que criticó de inmediato este comentario. Sobre la base de los datos epidemiológicos que estaban disponibles desde sus comentarios anteriores, dijo que "no era correcto" caracterizar la transmisión asintomática como rara

En junio, cuando publicamos un informe de 16 cohortes con proporciones considerables de infección asintomática y sugerimos que podría desempeñar un papel en la progresión de la pandemia,

varios investigadores escribieron cartas al editor exigiendo que se retractara nuestro artículo.

Hoy en día, la mejor evidencia sugiere que aproximadamente la mitad de los casos de Covid-19 son causados ​​por personas infectadas que no presentan síntomas cuando transmiten el virus.

Estos esparcidores libres de síntomas se dividen a grandes rasgos entre aquellos que posteriormente desarrollan síntomas, conocidos como individuos presintomáticos, y aquellos que nunca desarrollan síntomas.

Si bien la importancia de la infección asintomática para comprender el Covid-19 ha sido sorprendente para algunos, los expertos en enfermedades infecciosas saben desde hace mucho tiempo que la infección sin síntomas es común en muchas enfermedades.

Más del 90% de las personas infectadas con poliovirus no presentan síntomas. Y se estima que alrededor del 75% de las infecciones por influenza son asintomáticas.

Sin embargo, estos importantes precedentes se han ignorado en gran medida.
La infección asintomática por coronavirus no es necesariamente benigna.

Varios estudios han informado exploraciones pulmonares anormales en personas infectadas sin síntomas, así como miocarditis, un tipo de inflamación del corazón

No se conocen las implicaciones para la salud a largo plazo de una infección asintomática.
Aunque el conocimiento sobre la infección asintomática ha evolucionado mucho, las tácticas para combatir la pandemia no lo han hecho.

Ahora es obvio que evaluar solo a aquellos con síntomas, como era común al comienzo de la pandemia, es un error porque ignora las legiones invisibles de personas infectadas que no presentan síntomas.

Pero no basta con aumentar el número de pruebas. El problema es que las prácticas de prueba actuales no son adecuadas para detectar y contener una infección asintomática.

Prácticamente todas las pruebas de coronavirus realizadas en los EE. UU. Buscan el material genético del virus mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Requiere equipos costosos y técnicos capacitados

Los resultados generalmente se devuelven días, a veces incluso semanas, después de la prueba. Eso significa que las personas se enteran de que se han infectado con el SARS-CoV-2 mucho después de haber transmitido el virus a otras personas.

Las pruebas se centran más en la contabilidad (contar el número de infecciones detectadas) que en contener la propagación del virus.

Lo que se necesita es un pivote hacia un tipo diferente de prueba. Las pruebas de antígenos, que buscan un poco de proteína de coronavirus, cuestan solo unos pocos dólares cada una y pueden producir resultados en minutos.

Al igual que las pruebas de embarazo caseras, requieren una instrucción mínima. Las pruebas de antígenos son ideales para detectar personas que son infecciosas, en lugar de aquellas que pueden haber pasado mucho tiempo de la fase infecciosa de Covid-19, o que albergan niveles...

tan bajos del virus que es poco probable que infecten a otras personas.
Las pruebas caseras rápidas y económicas ayudarían a las personas infectadas a aislarse antes de que pudieran propagar el virus.

Las pruebas frecuentes, al menos varias veces por semana, son esenciales, como lo demuestran los esfuerzos exitosos de pruebas en algunas universidades, que han permitido a los estudiantes regresar al campus

Un nuevo enfoque en la autoevaluación, en combinación con asistencia financiera y quizás incluso alojamiento temporal para el aislamiento, abordaría directamente el problema de la infección asintomática.
El lanzamiento de

las vacunas Covid-19 conlleva el riesgo de una nueva ola de infecciones asintomáticas. Se ha comprobado que las dos vacunas autorizadas por la Administración de Drogas y Alimentos previenen enfermedades, pero no infecciones asintomáticas.

Incluso después de la vacunación, el coronavirus aún puede residir temporalmente en el revestimiento del tracto respiratorio, lo que permite infectar a otros.

Los resultados preliminares de un ensayo de vacuna parecen alentadores, con una aparente reducción de dos tercios de la infección asintomática después de la primera dosis. Pero se están realizando muchos otros estudios.

No existe una máquina del tiempo que nos permita regresar al 24 de enero de 2020 y hacer los planes que deberíamos haber hecho, que hubieran reconocido la importancia de la infección asintomática.

Pero no es demasiado tarde para reconocer el error y avanzar agresivamente hacia las prácticas de prueba que ayudarán a poner fin a la pandemia.

Daniel P. Oran es miembro del grupo de medicina digital del Scripps Research Translational Institute, del cual Eric J. Topol es fundador y director.