A finales de los 80 construyeron un hotel en la barrera de coral australiana. 7 plantas, 200 habitaciones, piscina y pista de tenis FLOTANTES EN EL MAR.
Hoy, el edificio está semiabandonado en Corea del Norte.
En 1959, un grupo de arquitectos japoneses firmaron un texto llamado "Manifiesto Metabolista", que era básicamente una FLIPADA de dimensiones siderales: ciudades volantes, megaestructuras que crecían como células, cápsulas insertas en torres colosales...
En el metabolismo estuvieron metidos muchos arquitectos japoneses. Arata Isozaki, Kisho Kurokawa y también el padre del metabolismo y gran maestro de la arquitectura moderna japonesa: Kenzo Tange, autor de el ACOJONANTE plan urbanístico de la Bahía de Tokio de 1960.
El plan de Tange era otra cosa loquísima con megaestructuras supercolosales hipermonstruosas de hormigón flotando en siluetas tendidas sobre el Mar del Japón porque claro que sí, Kenzo, hay que echarle pelotas al asunto.
Por supuesto, el plan de Tange no se llevó a cabo, esencialmente por dos razones:
1. No dejaba de ser un plan utópico. Una manera de enseñar el movimiento metabolista al mundo.
2. PERO CÓMO COÑO VAMOS A CONSTRUIR ESO, KENZO, QUE ESO ES UNA LOCURA, HOMBREPORDIOS.
Efectivamente, construir esos megabloques flotando en el oceáno era una locura carísima sin ningún sentido real, aunque mucho sentido artístico y arquitectónico.
Introducing Doug Tarca, inmigrante italiano en la ciudad de Townsville, en la costa noreste de Australia.
Este tipo al que, por su atuendo y su maqueta, vais a adivinar que el proyecto de Kenzo Tange en Japón parece que le moló.
A Tarca parece que lo molaba mucho lo de Tange pero no se enteró muy bien de lo de que construir sobre el agua era una cosa carísima y, probablemente, una locura absurda, porque dijo algo así como "Vamos a hacer un edificio sobre el mar porque ole mis huevos italianos"
En realidad, lo más probable es que Tarca no conociese a Tange pero lo que sí es seguro es que se empeñó en lo del edificio.
La idea era construir un resort turístico en una ciudad que, en esa época, los 80, no era precisamente turística.
La Townsville de los 80 era una ciudad de unos 100.000 habitantes conocida por ser una "city of the working man".
Lo que pasa es que Tarca sí se dedicaba al asunto del turismo.
Concretamente al turismo de buceo en la barrera de coral australiana. Este sitio tan guay.
Y como quería compartir su pasión por la barrera de coral (y sacar pasta en el asunto), decidió levantar una compañía de catamaranes con visión submarina para llevar a turistas a que viesen lo bonito que era el coral.
La cosa funcionó un tiempo pero a Doug le parecía que eso era poca cosa, así que con la ayuda de una empresa sueca especializada en construir plataformas petrolíferas, decidió ir a donde nadia se había atrevido.
Construiría un verdadero resort turístico DENTRO del mar.
El hotel no era un crucero, era un edificio asentado sobre una plataforma anclada al fondo con 6 anclas gigantescas.
Tenía 7 plantas, 200 habitaciones, helipuerto, pista de tenis y 20 salas submarinas con suelo panorámico para ver el la barrera de coral.
Pero lo más alucinante del asunto es que el cacharro estaba A KILÓMETROS DE LA COSTA. Había que llegar en barco, helicóptero o hidroavión y desde el hotel no se veía nada que no fuese mar.
El "flotel", como lo llamaba Tarca, se inauguró en el 88 y fue muy famoso en Australia. Salió en revistas y periódicos y centenares de turistas de todas las partes del país querían ir a Townsville a visitarlo (y a perder un huevo de pelotas jugando al tenis, supongo).
Y, sin embargo, el flamante Barrier Reef Floating Resort cerró solo un año después de descorchar el champán.
*música triste y/o misteriosa*
¿Que qué pasó?
Pues lo que pasó es que Tarca y los suecos eran muy entusiastas pero no fueron demasiado previsores.
Por un lado, para anclar el flotel, destruyeron unas cuantas toneladas de coral del lecho marino y, claro, la observación de la barrera de coral no molaba tanto.
Y por otro lado, el edificio fue golpeado por un ciclón que se llevó por delante el helipuerto y destruyó las salas de observación submarina.
Con la empresa entrando en pérdidas, el bueno de Doug Tarca no tuvo más remedio que malvender el flotel a una empresa japonesa...
Los nuevos dueños estaban por la labor de mantener el hotel allí, en Australia, pero es que descubrieron un pequeño problema.
Resulta que junto a las anclas, justo bajo el edificio, HABÍA MÁS DE CIEN MIL PIEZAS DE ARTILLERÍA Y MINAS ATNITANQUE DE LA PUTA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
Lo bueno es que el cacharro no solo era flotante, era "portatil" (de hecho, se construyó en Singapur y se transportó 5000 km). Así que los japoneses buscaron un nuevo destino, lo subieron a un supercarguero y se llevaron el hotel.
12.000 toneladas paseando por el Pacífico.
Lo de considerar "portatil" a un bicho de semejante tamaño y peso es algo bastante benevolente por mi parte pero, qué se yo, el asunto funcionó.
En 1990, el hotel fondeó junto al puerto de Ho Chi Mihn, se rebautizó como Saigon Floating Hotel y volvió a abrir.
En Vietnam perdió la pista de tenis pero, a cambio, le colocaron una piscina y una playita artificial y fue un exitazo durante diez años.
Pero a principios de los 2000, la compañía japonesa que explotaba el flotel también entró en pérdidas y el edificio tuvo que ser malvendido otra vez.
A esas alturas, el activo era bastante tóxico y solo hubo un país que pujó por él..
...Corea del Norte.
(corrección: no fue a principios de los 2000 sino en 1997 cuando el flotel se trasladó a Corea del Norte)
En 1997 llegó al puerto de Monte Kumgang, a pocos kilómetros al norte de la DMZ, se le rebautizó como Hotel Haegumgang y, en 1998, volvió a abrir.
¿Que no sabéis qué es la DMZ? La DMZ es la Zona Desmilitarizada de Corea, y de ella (y sus fascinantes métodos de propaganda) hablamos hace unos cuantos capítulos:
Sea como fuere, lo más interesante de la estancia del flotel en Corea del Norte es que sirvió como lugar de reencuentro.
Me explico: a principios de los 2000 hubo una etapa de distensión entre las dos coreas y la zona de Monte Kumgang era un verdadero destino turístico, tanto para occidentales como, y sobre todo, para turistas de Corea del Sur.
Durante unos ocho años, el Hotel Haegumgang sirvió como lugar donde surcoreanos podían visitar a parientes norcoreanos a los que no habían visto en 50 años.
El interior era lujoso y confortable y las familias eran felices.
De hecho, las crónicas de turistas occidentales dicen que en el flotel solo admitían dólares americanos y wons surcoreanos, que vete tú a saber qué harían con esa divisa extranjera.
Pero, ay amigos, el invento de Doug Tarca parecía seguir estando maldito.
*música más triste y/o misteriosa*
En 2008, un soldado norcoreano mató por error a un turista surcoreano, lo cual provocó una crisis diplomática de narices y el progresivo enfriamiento de las relaciones entre las dos Coreas que continua hasta hoy.
De hecho, a fecha de hoy, el hotel ya solo se usa por turistas chinos, y no demasiados. Según algunos testimonios, el flotel no está teniendo ningún tipo de mantenimiento y el propio Kim Jong-un ha dicho que está "en muy mal estado".
Como casi toda la información que viene de Corea del Norte, es razonablemente difícil saber cuál es el estado real del edificio y, muy probablemente, nunca más vuelva a moverse.
Y, bueno, quizá ya vaya siendo la hora de descansar para un edificio que pesa 12.000 toneladas y ha viajado más de 14.000 kilómetros en 20 años.
Y sí, el sueño de Doug Tarca no funcionó muy bien, pero al menos funcionó un rato, que ya es más que lo que funcionan muchos sueños.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos del hotel flotante, de Australia, Vietnam, Corea del Norte y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
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(Es la hora de pasar la gorra!)
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si os habéis quedado con ganas de viajar a más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
(Y en el episodio de la próxima semana vamos a viajar a Brasil a conocer la casa que una mujer construyó en medio de la selva)
¡LAS CODAS, SEÑORA, LE TRAIGO LAS CODAS!
1. El flotel de Doug Tarce era un versión perrete raquítico de las estructuras de Kenzo Tange. Lo de Tange era colosal: edificios de 100 m de alto por 500 de largo. Cada uno era una miniciudad.
2. La frase de las piezas de artillería es de Peter Tarca, el hijo de Doug. La dijo cuando hace unos años, en Townsville montaron una exposición dedicada a su padre ya fallecido.
Se refiere a munición de artillería, claro, no a cañones.
3. Para el transporte, no subieron el edificio encima de un carguero. Se hace "al revés", la góndola del carguero se sumerge, pasa por debajo de la plataforma y luego emerge con el edificio ya montado encima.
Con muchas comillas, pero es un proceso razonablemente "sencillo".
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París. Oh, la la. Baguettes, acordeones, cuellos vueltos, Amélie, el Sacré Coeur y la Torre Eiffel.
Un montón de cosas antiguas y un poco cursis y todos los prejuicios que se nos ocurran porque a ver si no, como vamos a hacer los chistes de un francés, un inglés y un español.
Lo del Sacré Coeur no es un prejuicio porque sí que es un pastiche horrible.
Respecto a lo otro, pues vamos a empezar el capítulo literalmente igual un chiste: un francés, un inglés y dos italianos se reunieron en París y le dieron una patada en su decimonónico trasero.
En Vancouver hay un rascacielos más alto por dentro que por fuera. No es una maldición ni una aberración cuántica.
Es una anomalía LINGÜISTICA. Y puede costar vidas.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, el extraño caso de los edificios a los que les faltaban plantas.
HILO 👇
En mayo de 2015, un equipo de bomberos de Vancouver se encontraba ejecutando un simulacro en el rascacielos de viviendas QuayWest I, en el 1033 de Marinaside Crescent.
Este edificio con grandes paños de vidrio en la fachada.
El equipo interior debía subir por las escaleras del edificio y encontrarse con el equipo exterior, que iba una plataforma extensible.
Hola @zapeandola6, está bastante feo inspirarse en el trabajo de otros y ni siquiera citarlo.
En la sección de @gotzonmantuliz del programa de hoy habéis sacado cuatro lugares y LOS CUATRO los he contado yo en algún episodio de #LaBrasaTorrijos.
Veamos 👇
Y digo "inspirarse" por no decir "aprovecharse" porque, en fin, los lugares no son propiedad de nadie pero la investigación de las peculiaridades de esos territorios y su ordenación en un índice no os lo habéis encontrado por inspiración divina.
Y canta un huevo.
Veamos:
El primer sitio que sacáis es la Base Halley VI. Qué casualidad que el episodio de #LaBrasaTorrijos de Halley VI es JUSTO EL DE LA SEMANA PASADA.
Cuando pensamos en arquitectura en la Antártida, solemos pensar en cabañas bastante chuscas y no muy confortables, ocupadas por tipos rudos (y probablemente por alienígenas multiformes asesinos).
Y, bueno, la sin llegar a tales extremos, pero sí que es cierto que la arquitectura antártica ha sido bastante...digamos...poco delicada con su estética, como se ve en estas dos fotos de la base soviética Leningradskaya y la estadounidense McMurdo.
En una esquina de Roma hay una pequeña iglesia. Es San Carlo Alle Quattro Fontante y la construyó Borromini hace casi 400 años.
Tal y donde está, apenas hay manera de tenerla de frente; se confía todo a una mirada en escorzo.
Pero ese escorzo es perfecto, porque es mejor modo de entender las curvas, los relieves y los meandros del mármol de la portada.
San Carlo —San Carlino— es una iglesia pequeña, sí, pero es una obra maestra del Barroco, de la arquitectura, del urbanismo, de hacer ciudad, de entender el tiempo y, si fuese una tienda de churros, seguro que sería la mejor tienda de churros del mundo.