En el último #ArgumentosEnUnaBaldosa con @ValeArvejita dejamos pendiente la pregunta: ¿existe algún “lugar” de enunciación que sea “privilegiado” para conocer la realidad? En particular, ¿es verdad que la posición de las personas oprimidas les proporciona una ventaja cognitiva?
La tesis del presunto “privilegio epistémico” del “punto de vista” de los sectores oprimidos es asociada a la filosofía de Lukács y su “heredera” es la vertiente conocida como “teoría del punto de vista” dentro de la epistemología FEMINISTA.
Un clásico de esta transición de Lukács al feminismo fue escrito en 1982 por Nancy Hartsock quien parte de interpretar la obra de Marx como apoyada en adoptar el “punto de vista del proletariado” y asume que, análogamente, cabe hablar de un “punto de vista feminista” en ciencia.
Lukács fundaba la tesis de un “punto de vista proletario” en un análisis de INTERESES; para Hartsock, lo distintivo del “punto de vista feminista” serían EXPERIENCIAS femeninas, relacionadas con lo “cualitativo” más que lo “cuantitativo”, y el “cambio” en vez de la permanencia
Pero no es claro cómo podría defenderse la posición de Hartsock ante críticas como las de Parekh: si SABEMOS DE ANTEMANO que una descripción del mundo en términos “cuantitativos” y “estáticos” sería distorsionada, no necesitamos ADOPTAR un “punto de vista feminista” para saberlo
Si, en cambio, la pregunta “¿Puede el mundo describirse correctamente en términos ‘cuantitativos’ y ‘estáticos’?” condujera a la respuesta “Si lo ve desde el punto de vista de la masculinidad abstracta, sí; si lo ve desde el punto de vista feminista, no”, entonces…
…se presentaría la pregunta de cómo saber que, de las dos perspectivas, la feminista es la correcta. De nuevo: si el fundamento para decir “Esta es la correcta” está dado por “Esta refleja la realidad, como se la ve DESDE EL PUNTO DE VISTA FEMINISTA”, entonces hay un círculo.
Así, pareciera que la teoría del punto de vista es O BIEN innecesaria O BIEN circular.
Pero existen otras alternativas, como la que plantea Elizabeth Anderson, quien busca apartarse de la noción de privilegio epistémico, pero hacerle justicia a los elementos que la apoyan.
De acuerdo con Anderson, la epistemología feminista, siguiendo criterios NEUTRALES (es decir, criterios que no son ellos mismos distintivamente “feministas”), puede mostrar que la ciencia androcéntrica comete una serie de unilateralidades y distorsiones inaceptables.
Para Anderson, es posible hacer una crítica interna a la ciencia androcéntrica mostrando que ella no está a la altura de SUS PROPIOS estándares. Así, no es necesario cometer el círculo de criticar esta ciencia desde estándares que serían, ellos mismos, feministas.
Pero −se podría decir− esto responde a la crítica de circularidad, no a la de no-necesariedad. ¿Qué rol cumple, en un enfoque como el de Anderson, señalar que existe una ciencia ANDROCÉNTRICA afectada de ciertas falencias y que un enfoque feminista podría superarlas?
Parece, de nuevo, que si YA SABEMOS −usando criterios neutrales− cómo es la realidad, no NECESITAMOS adoptar un enfoque feminista para conocer esta realidad
Si, en cambio, NO SABEMOS cómo es la realidad, no sabremos tampoco que el enfoque feminista sea superior al androcéntrico
Pero la distinción en que se basa Anderson es entre investigaciones PASADAS, a partir de las que podemos sacar lecciones sobre mejores y peores prácticas, e investigaciones FUTURAS, cuyos resultados aún no conocemos pero que podemos “guiar” sobre la base de la experiencia.
Pensando el problema de esta manera, decir algo como “En el pasado, investigaciones llevadas adelante por comunidades compuestas únicamente de científicos varones omitieron tales y cuales datos clave; veamos si una comunidad más diversa puede obtener mejores resultados”…
…no sería, piensa la autora, demasiado diferente de algo del tipo “En el pasado, nuestras investigaciones no tomaron en cuenta el efecto placebo y tal vez sean defectuosas por eso; aprendamos de la experiencia y tratemos de neutralizar ese efecto utilizando grupos de control”.
Sin duda, no es posible tener, de antemano, CERTEZA de que se hará mejor investigación incrementando la diversidad en las comunidades científicas, incluyendo a mujeres cis, personas trans, etcétera. Esta es nada más −pero nada menos− que una cuestión empírica.
Lo cual no tiene por qué ser una objeción para una propuesta como la de Anderson: también es una cuestión empírica, una que resolver mediante la historia de la ciencia, si la introducción de grupos de control genera ventajas teóricas a la hora de investigar medicamentos.
De hecho, Anderson considera que la epistemología feminista es una rama de la epistemología NATURALIZADA. Es decir, la epistemología feminista sería parte del proyecto de estudiar A LA CIENCIA MISMA del modo empírico en que la ciencia estudia a sus objetos.
Y este análisis empírico mostraría diversas áreas en que prejuicios sexistas han sido epistémicamente dañinos: p. ej., la división del trabajo por normas de género (en campos “masculinos” y “femeninos”) y el androcentrismo a la hora de buscar datos presuntamente representativos
Así, pues, ciertas formas de organizar la comunidad científica parecen, a la luz de la historia, prometer mejores resultados que otras.
Y, dice Anderson, la epistemología no puede seguir ignorando esas evidencias históricas
Si en estos días escucharon o participaron de una conversación como la de la imagen, entonces este #Epistemología101 con @ValeArvejita es para ustedes: ignoratio elenchi, también conocido como “no saltés que no hay charquito”.
Hay una serie de falacias en que las premisas ofrecidas son irrelevantes para la conclusión que se extrae. Por caso, que un futbolista diga que conviene consumir yogur no es realmente un argumento legítimo para el valor nutricional del yogur: es una falacia de autoridad.
¿Puede haber OTRO TIPO de falacia informal?
Sí: uno en que ciertas premisas FUNCIONEN para justificar una conclusión, pero sea LA CONCLUSIÓN MISMA la que resulte totalmente irrelevante en el contexto general de la conversación puesto que nunca fue ella la que estuvo en discusión
Ante el anuncio de despido por parte del Sr. Burns, Homero muere de un infarto, pero su “alma” se queda lo suficientemente cerca de su cuerpo como para oír a su ex empleador solicitarle a Smithers que le envíe un jamón a la viuda.
Es también el Sr. Burns quien, al matar a Bart atropellándolo, genera que el alma de este se separe de su cuerpo y emprenda una travesía ascendiendo al cielo, bajando al infierno y volviendo a subir.
¿Es igual decir “Los Simpson predijo la presidencia de Trump” que decir “la astronomía predice con éxito la órbita de cometas”?
¿Acaso no se trata, en ambos casos, de que alguien dijo que algo iba a pasar y pasó?
Empecemos por preguntarnos algo que parecería ser básico: ¿Qué es el CONOCIMIENTO? ¿Qué quiere decir que SABEMOS algo? Según la caracterización tradicional, SABER algo es tener una CREENCIA VERDADERA y JUSTIFICADA sobre ese algo.
Esto es, para poder decir que CONOCEMOS algo tienen que darse las tres condiciones: creencia, verdad y justificación.
Para decir “Lisa SABE que un cometa caerá sobre Springfield” (y por eso se protege en el refugio de Flanders), tiene que darse que Lisa de hecho CREA que caerá.
-Los humanos razonamos; somos animales superiores.
-Eso no es lo importante sino la capacidad de sentir dolor.
¿No es contradictorio ponderar sensibilidad por sobre racionalidad para argumentar a favor del veganismo, pero usar argumentos racionales para defender esta posición?
Cuando afirmamos un CONTENIDO que es contradictorio con los presupuestos de lo que estamos HACIENDO al afirmarlo, hemos incurrido en una “contradicción performativa”. FUA
Esta noción fue introducida por Apel y popularizada por Habermas en su crítica a los filósofos “posmodernos”
Pensemos un ejemplo. Si un autor ARGUMENTARA algo como “la argumentación racional no es una vía para llegar al conocimiento, sino una forma de poder con la cual manipulamos a otras personas” (lo que se parece a ALGUNOS textos de Foucault en sus PEORES días)…
Probablemente podamos estar de acuerdo en que “tengo derecho” a sostener cualquier opinión si lo que estamos pensando como alternativa a eso es, por ejemplo, la clase de persecución doctrinaria cometida por la Iglesia Católica durante la Inquisición, o por los nazis.
Cuando lo que tenemos enfrente son instituciones que queman libros o que directamente queman personas que no comparten sus ideas, seguramente estaremos inclinados a sostener el derecho de cada cual a sostener la opinión que le plazca.
El problema de la astrología no es que sea falsa, es que NO PUEDE SER FALSA.
WAT.
Hoy este servidor y @valearvejita les traemos un nuevo episodio de #Epistemología101 de la mano de Popper y una mágica ayuda de Página/12.
Una hipótesis es falsable cuando EXISTE LA POSIBILIDAD de que se pruebe que es falsa.
Para el filósofo K. Popper, la FALSABILIDAD o REFUTABILIDAD es una virtud. Pero, ¿por qué la refutabilidad es algo bueno?
Predeciblemente no queremos que nuestras hipótesis resulten FALSAS: cuando se prueba que una lo es −por ejemplo, la hipótesis de que la Tierra es el centro del universo−, nos ponemos tristes, tratamos de emparcharla y, si no se puede arreglar, la cambiamos por una mejor