Leí Los nadies por primera vez en el colegio. Me conmovió muchísimo. Sus frases melódicas y potentes llegan al alma. Después de tantos años me sigue conmoviendo. El Perú es un país de nadies.
Dejar de ser un país de nadies significa proteger a los desamparados, darles las capacidades para que puedan salir adelante, reconocerlos y tratarlos como ciudadanos iguales.
Eso no se logra sin un Estado eficaz, que iguale a través de justicia y servicios básicos de calidad; sin una economía estable que permita pensar en el futuro; sin un sector privado competitivo que brinde oportunidades para prosperar.
El problema es que no veo cómo las propuestas y planes de Pedro Castillo ayudarían a los nadies; más bien van en la dirección opuesta.
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