Thread by @AlvaroBotias

En el hilo de la semana hablaré de #ViolenciaDeGénero y #ViolenciaDoméstica. En concreto analizaré las cifras de criminalidad conocida al respecto de las dos tipologías, relativas al pasado 2020 completo. El INE publica anualmente un informe sobre la temática. Allá vamos👇

En primer lugar, conviene definir legalmente ambas conductas: la primera, la #ViolenciaDeGénero, está regulada por la LIVG, que data del año 2004. En ella se incluyen las conductas de relevancia penal ejercidas por el hombre sobre su mujer pareja (o ex).

El artículo 87 ter de la LOPJ recoge el catálogo de delitos competencia de los JVSM. A saber: contra la vida, lesiones, contra la libertad, contra la libertad sexual, intimidad, etc. Al final aparece un cajón de sastre: siempre que exista violencia/intimidación en la conducta.

Para que exista #ViolenciaDeGénero y se le dé un tratamiento procesal específico al caso no es necesario que exista convivencia entre las partes. Solamente se exige el vínculo afectivo; la relación de noviazgo. Insisto, presente o pasada. Vigente y cesada.

Por su lado, la #ViolenciaDoméstica incluye un catálogo amplio de relaciones a proteger, bajo la premisa de que entre los intervinientes exista una confianza que merezca mayor protección legal. Aquí SÍ se exige la convivencia entre sujetos activos y pasivos, excepto las parejas.

Me explico: el hombre que sufre maltrato físico/psíquico a manos de su pareja, mujer, entra dentro de esta categoría y para el especial tratamiento no se requiere que vivan bajo el mismo techo. Es la excepción, junto con las relaciones homosexuales. Hombre-hombre, mujer-mujer.

Antes de entrar en las estadísticas os recuerdo que la Ley 27/2003, reguladora de la Orden de Protección de las víctimas de VD; es aplicable para ambas, VG y VD. Se trata del estatuto de la víctima, a través del cual se concede esa protección especial de la que os he hablado.

Incorpora medidas de naturaleza penal (alejamiento, incomunicación), civiles (alimentos, uso y disfrute de la vivienda, custodia de menores), económicas y psicológicas (o asistenciales). El objetivo: dotar a la persona violentada de un abanico de recursos para su recuperación.

Hecha la introducción, procederé a analizar brevemente los datos de criminalidad conocida de ambas tipologías.

-A lo largo de 2020, el número de mujeres víctimas de VG disminuyó un 8’4%, en comparación con el año anterior. Un total de 29.215.

-En VD, por oposición, se ha registrado un incremento del 8’2% en idéntico periodo a estudio. 8.279 casos conocidos.

Pero, ¿qué supuestos se incluyen en este registro de datos? Veamóslo.

El INE ofrece información sobre víctimas y denunciados, con órdenes de protección o medidas cautelares dictadas, que han sido inscritas en el año de referencia en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género. El famoso SIRAJ.

De partida tenemos una diferencia a tener en consideración en el plano cuantitativo. Algo muy significativo: con la pandemia causada por el COVID-19 como escenario, ambas violencias se han visto afectadas de diferente manera, lo que invita a pensar en disparidades. Son distintas.

@Miguel_Lorente ya apuntaba, hace unos cuantos años, que la única coincidencia que hallamos entre VG y VD es el escenario: la vivienda. Si bien la primera no requiere convivencia, es cierto que su casuística tiende a reproducirse lejos de la mirada de terceros. En el hogar.

Desde el año 2016, tanto la VG como la VD, han ido experimentado un crecimiento sostenido: la primera pasó de 28.281 en 2016 a 31.911 en 2019, su máximo. La segunda, de 6.863 a 8.279 en idéntico plazo temporal. El virus no solo no la ha hecho decrecer, sino que la ha espoleado.

Han sido cerca de 600 víctimas de VD más que en 2019. En anteriores ejercicios la subida rondaba de media los 300 casos. Se ha duplicado la tasa de crecimiento. En cambio, en la VG, que registraba subidas desde 2016, esta vez bajó. En un porcentaje representativo, por cierto.

Las 29.215 víctimas de VG son mujeres. Sus presuntos agresores, hombres. ¿Qué ocurre en la VD? Aquí dije que había un catálogo amplio de violencias: maltrato infantil, violencia filio-parental, maltrato al mayor, entre hermanos, etc. El requisito principal: la convivencia.

Excepto, recordemos, en las relaciones de pareja: hombre-mujer, cuando esta es la agresora; hombre-hombre y mujer-mujer. Bien, resulta que tenemos un marcado factor de género en la VD conocida: el 61’4% de las víctimas eran mujeres, mientras que el 72’2% de los autores, varones.

Otra vez se me va la mano con el hilo. Podría seguir hablando de la distribución mensual de los casos o de las edades con mayor incidencia, pero lo dejaré para otro día. No en vano estoy de vacaciones. Mejor no agotarse mentalmente, por lo que pueda pasar.

Quedaros con las diferencias cuantitativas entre ambas tipologías, VG y VD. De hecho, en valores absolutos y en 2020, se han registrado 3’5 veces más casos de #ViolenciaDeGénero que de #ViolenciaDoméstica. Casi ná. Lo dicho, gracias por leerme y disfruten de las vacaciones. FIN.