Marvin Harris: Caníbales y reyes. Capítulo 3: El origen de la agricultura. Resumen:
Hasta hace aproximadamente 30.000 años el homo sapiens se comportaba como carroñero más que como cazador. Se ha descubierto restos anteriores de paquidermos, jirafas y búfalos, pero lo más probable es que murieran naturalmente por enfermedad o por otros animales no humanos.
En torno a esa fecha éste comienza a desarrollar los medios necesarios para la caza: puntas de piedra y hueso, lanzas, dardos, cuchillas, arcos y flechas. La persecución de animales llegó a dominar la búsqueda de alimentos.
Los humanos rodeaban a renos, mamuts, caballos, bisontes y otro ganado salvaje haciendo fuegos, los atraían hacia acantilados y les daban muerte. Además, la caza se mantenía en equilibrio ecológico.
Hace aproximadamente 13.000 años las temperaturas comenzaron a elevarse progresivamente en todo el globo (fin del período glacial). Las llanuras cubiertas de hierba que servían de alimento a la megafauna fueron sustituidas por bosques de árboles de hoja perenne y abedules.
El cambio en el clima se combinó con la caza humana. Como resultado de ambas cosas, se produjo la extinción del mamut lanudo, rinoceronte lanudo, bisonte estepario, alce gigante, asno salvaje europeo y diversas especies de cabras.
La población de caballos y ganado vacuno en Europa se redujo sensiblemente. El antílope saiga o el buey almizclero sobrevivieron únicamente en bolsas dispersas del norte de Europa.
Existe disenso en la importancia causal que tuvo en el proceso la caza humana, pero es necesario que influyese por pequeño que fuese el papel. Elefantes o rinocerontes habían sobrevivido a cambios climáticos anteriores con retrocesos glaciares.
Todo ello dio lugar al inicio del Mesolítico o Paleolítico Medio. En el norte de Europa el homo sapiens obtenía sus proteínas del pescado, del marisco y de los ciervos que vivían en los bosques.
En Oriente Medio, se pasó a la caza de especies más pequeñas como ovejas, cabras y antílopes y se empezó a prestar creciente atención a pescado, cangrejo, marisco, aves, caracoles, bellotas, pistachos y otros frutos secos, legumbres y granos silvestres.
En América se extinguieron caballos, bisontes gigantes, bovinos, elefantes, camellos, antílopes, cerdos, osos perezosos y roedores gigantes y la alimentación fue semejante a la del Viejo Mundo.
Conforme la caza restante continuó agotándose, la alimentación se fue desviando gradualmente a las plantas y a un sistema de subsistencia más agrícola. Entre el Viejo y el Nuevo Mundo hubo diferencias importantes.
En el Viejo Mundo primero las poblaciones se sedentarizaron en aldeas y luego se generalizó la agricultura; en el Nuevo Mundo primero se generalizó la agricultura y luego se sedentarizaron en aldeas.
En el Viejo Mundo, las semillas de cebada silvestre, trigo y otros cereales maduraban durante tres semanas, a finales de la primavera. Se levantó aldeas para almacenar el grano, molerlo en forma de harina y convertirlo en tortas o gachas.
Casas, hoyos de almacenamiento, hornos y amoladoras eran inversiones que no convenía abandonar fácilmente. De ahí la sedentarización. La agricultura dio lugar a densos campos de granos que atrajeron a ovejas y cabras salvajes, a las que se permitía comer el rastrojo.
De ahí la domesticación. Si no hubiese sido por ella, es probable que ovejas y cabras se hubiesen extinguido. Así, desde la propia aldea era posible combinar alimentación de plantas y de carne.
En el Nuevo Mundo, la mayoría de manadas de animales susceptibles de haberse domesticado se extinguieron rápidamente. Las excepciones fueron perros y pavos, pero su potencial dietético era muy pequeño; y llamas y alpacas, pero sólo en Sudamérica.
Aquí, si el homo sapiens quería comer carne se veía obligado a poder trasladarse libremente y siguiendo las costumbres estacionales de sus presas; su incentivo a reunirse en aldeas era menor. De ahí que la sedentarización llegó después de que ya existiese la agricultura.
Esa diferencia fue crucial. En el Viejo Mundo a la de ovejas y cabras siguió la domesticación de porcinos, vacunos, camellos, asnos y cabayos. Los asnos y bueyes podían ser enganchados para arrastrar arados y otros objetos pesados.
Las cargas fueron transportadas primero sobre narrias, después sobre cilindros y finalmente sobre ruedas. En el Nuevo Mundo la rueda también fue conocida, probablemente como juguete, pero llamas y alpacas no servían para arrastrar cargas pesadas. De ahí que no se desarrolló.
La distancia en el desarrollo de la rueda determinó un enorme atraso comparativo respecto del Viejo Mundo, donde le siguieron poleas, engranajes, ruedas dentadas y tuercas.
Como resultado, era necesario que Colón descubriera América y Cortés conquistara a Moctezuma, e imposible que sucediera al contrario.
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caballos*
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