Hace un par de semanas Twitter me abrumó con una inmensa cantidad de nuevos seguidores tras compartir uno de mis casos. Al parecer, fue la emotividad que transmitía lo que motivó a tanta gente.
Prácticamente todas las visitas que hacemos llevan implícitas una gran carga emocional donde convergen las historias personales con los posibles diagnósticos o la realidad que los acompaña.
Hace un año aproximadamente compartí este caso donde, dejando al margen algunos tecnicismos neuropsicológicos, sucedió algo bellísimo durante la visita.
Etimológicamente “recordar” proviene de “recordari” donde “re” (de nuevo) “cordis” (corazón) = recordar = volver a pasar por el corazón…incluso cuando el recuerdo explicito no existe
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Paciente varón, 30 años. Intervenido de un tumor frontal hace 2 años. Acude solo. Dice que le dicen que pierde la memoria aunque afirma que no es cierto.
Hace algunas semanas, en un control, detectaron una recidiva del tumor. No es operable. Nuevamente es un glioblastoma, un tumor maligno, sumamente agresivo y con un pronóstico generalmente malo, muy malo.
A pesar de insistir en que no tiene problemas de memoria, es muy consciente de que le hicieron una intervención bastante agresiva y por ello asume la posibilidad de no estar dándose cuenta de que efectivamente funciona mal. Por esto ha venido. Su familia se lo pide.
Ella, una mujer con una envidiable salud a sus 90 años, padeció una sepsis generalizada, una infección que la mantuvo ingresada por mas de una semana.
El cuadro se hizo evidente en forma de un síndrome confusional agudo, fluctuante, con disminución del nivel de consciencia. En una infección dental estaba el origen de lo que ahora afectava a su hígado, a sus órganos y a su razonamiento.
Hoy, en el día de la #SaludMental, recordar que existen múltiples factores precipitantes o desencadenantes de este tipo de problemas. La complejidad con la que estos problemas se expresan, su variabilidad, sus matices, su impacto…
son indisociables de la naturaleza causal multidimensional que hay detrás. No hay explicaciones fáciles ni simples. Tampoco hay culpables. No siempre es el contexto, no siempre es un fallo evidente en el cerebro…
No todas las formas de tristeza son depresión, ni necesariamente la depresión es tristeza. Del mismo modo que el nerviosísimo no es un trastorno de ansiedad ni ser meticulosos, rígidos o incluso un tanto obsesivos es un TOC
Paciente mujer, 79 años. Viene acompañada de su marido. Mientras se sientan, ambos bromean nerviosos sobre quien tendrá la memoria peor. Han pedido visita los dos. Ella no puede parar de reír.
No tiene antecedentes relevantes pero lleva un tiempo que se nota torpe, mas lenta y despistada. Le da poca importancia: “Son cosas de la edad”…siempre son cosas de la edad.
Me cuenta que lleva dos años con su marido, que se conocieron en un hotel donde ella solía ir. Su marido asiente, acaricia su pelo y sonríe. Ella vuelve a reír.
La evaluación del lenguaje posiblemente sea de las áreas mas complejas (para mi) de la Neuropsicologia y lamentablemente disponemos de pocas aproximaciones de cribado de los signos prototípicos de las distintas afasias progresivas
Cribado no es sinónimo de evaluación exhaustiva ni de diagnóstico, pero ayuda y mucho a responder preguntas concretas que nos planteamos a diario y que luego podremos resolver con mayor profundidad
Yo me las planteo especialmente en la enfermedad de Huntington donde los problemas del lenguaje han quedado históricamente encasillados en la disartria pero donde el seguimiento clínico ilustra, as usual, una foto mas compleja y heterogénea
Varón, 72 años, estudios superiores y un trabajo mas que exigente durante toda su vida. Plenamente funcional hasta los 70 cuando se jubila. Todo parece ir bien en su “nueva vida” pero a los pocos meses empieza a estar “preocupado” por muchas cosas, demasiadas.
Está mas irritable, intranquilo, decaído, menos hablador...algo que tanto su familia como el psicólogo y psiquiatra que le ven achacan a la jubilación.
Progresivamente está cada vez mas desmotivado, interactúa poco, sale poco, habla poco y sigue exageradamente preocupado por cosas totalmente banales. Eso le lleva a una creciente intranquilidad que no le deja dormir.