Cuando el Tercer Reich invadió la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, las mujeres no podían pelear en el Ejército Rojo.
Muchas mujeres se quedaron trabajando en fábricas mientras sus maridos absorbían balas y metralla en el frente.
La cantidad de bajas inicial fue alarmante y el alto mando soviético pronto estuvo de acuerdo en incluir personal femenino en combate.
Las oficinas de reclutamiento se abarrotaron de voluntarios, una buena parte eran mujeres.
Algunas habían perdido todo, otras simplemente querían hacer su parte. Querían venganza.
Entre ellas había una mujer de orígenes muy pobres, que se había casado con un oficial.
Ya antes había trabajado en una enlatadora y como operadora telefónica, sabía que la vida era dura.
Durante su matrimonio, el interés por los asuntos castrenses fue creciendo. Incluso recibió entrenamiento como enfermera militar.
Aprovechó su posición para aprender de vehículos militares y mecánica especializada. Como una especie de hobby.
Mariya Oktyabrskaya no se imaginaba que en algún momento esos conocimientos le concederían el título de Heroína de la Unión Soviética.
Cuando estalló la guerra, varias esposas de oficiales fueron evacuadas a partes lejanas, no siempre el viaje a Siberia es por castigo.
Dos años después, se enteró de que su esposo había muerto en acción, en 1941, cerca de Kiev.
(¿Les suena Lyudmila Pavlichenko?).
Igual que otras viudas, Mariya quería venganza terrible e inmediata, pero sabía que en la oficina de reclutamiento no la encontraría.
Al menos no en la manera que ella pretendía. Usó sus contactos para dirigir una carta al mismo Joseph Stalin, quien no era muy accesible
En la carta, solicitaba que el Estado tomara todos sus bienes materiales para financiar la construcción de un tanque T-34.
Y se le permitiera conducirlo para luchar contra el enemigo fascista.
Stalin respondió de inmediato con un seco y certero “Sí”.
Mariya conocía de vehículos militares y sabía que su mejor opción para vengarse era el T-34/85.
A fin de cuentas era el arma que había obligado el desarrollo del Tiger y el Panther, como contra armas alemanas.
Armado con un cañón de 76 mm, confiable, fácil de conducir, fácil de reparar. Era el instrumento perfecto de venganza.
Ahora, Mariya, sabía que no iba a volver. Ya no tenía nada que perder, se despidió de la familia que le quedaba e inició su entrenamiento.
Una cosa más, en la carta solicitó que el tanque fuera rotulado con el nombre: `Боевая подруга`. ‘Fighting Girlfriend’. Stalin cumplió.
Mariya tenía 38 años de edad cuando terminó su entrenamiento y se unió a la 26a Brigada Blindada, el 21 de Octubre de 1943.
¿Les suena 1943? Obvió no, porque ese relato les valió. U.u
La Batalla de KURSK, estaba cerca. Ella lo sabía.
La Batalla de KURSK, estaba cerca. Ella lo sabía.
Bueno, ese 21 de Octubre, Mariya se lució en el campo de batalla, cerca de Smolensk.
Junto con su tripulación, avanzaron contra tropas alemanas atrincheradas. El objetivo era barrer nidos de ametralladoras.
Tal vez aplastar nidos de MG-42, no suene tan heroico, excepto porque su función es resguardar cañones de 88mm anti tanque.
Si recuerdan la Tigerphobia, los 88 (persignensen) podían reventar un T-34/85 con un solo tiro, a más de un kilómetro.
El ‘Fighting Girlfriend’ neutralizó varios ese día, con todo y sus sirvientes, hasta que un suertudo le reventó la oruga.
A pesar de tener órdenes de abandonar el tanque, Mariya salió con su caja de herramientas a repararlo.
Ya saben, lo usual, repara la oruga del tanque mientras recibes fuego de artillería y la infantería te dispara de todas direcciones.
Maigos, era su arma de venganza y además nueva. ¿No creyeron que la iba a abandonar?
Esa hazaña le valió una promoción a Sargento. Te vuelven oficial en tu primera batalla, no pasa todo el tiempo.
Mariya, se especializó en asaltos nocturnos, lo que propulsó su fama como cohete V2.
Repetiría su hazaña de bajar a reparar el tanque con fuego enemigo una vez más en el asalto a Noveoye Selo. En la obscuridad.
Finalmente el 17 de enero del 44, después de arrasar resistencia alemana y volar una pieza de artillería…
…Mariya, bajaría a reparar la oruga del Fighting Girlfriend por última vez.
Un denso fuego de mortero no impidió que terminara la reparación, pero antes abordar, fue herida por metralla de una granada cercana.
Fue llevada a un hospital en Fastov, donde quedó en coma por dos meses. Finalmente murió el 15 de marzo de 1944.
Recibió el título de Heroína de la Unión Soviética durante su funeral militar con todos los honores.
Una sonriente Mariya, con su arma de venganza en el fondo. 
Reproducción del Fighting Girlfriend para una película en su honor.
Así termina el relato de hoy, agradezco sus comentarios. Espero que les haya gustado, si no, ya saben que no me quita el sueño.
