La escena es impresionante. Lucha intensa, el intrépido se defiende como puede, sostiene la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles.
Mucha violencia y emoción. Parecía una película de Cocodrilo Dundee
El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:
¿Dónde quiere que le entregue mi fortuna?
Gracias, pero no quiero su fortuna
Impresionado, el millonario pregunta:
- Pero si Ud. no quiere mi fortuna, entonces ¿qué quiere?
Y el hombre responde irritado:
¡Encontrar al hijo de puta que me empujó a la piscina!
Somos capaces de realizar muchas cosas que, a veces no nos creemos capaces. Solo necesitamos un empujoncito.
En ciertos casos, un hijo o hija de puta es necesario/a en nuestras vidas.