Fuimos a la casa y lo primero que hiciste fue acostarte en la cama de mi mamá.
El frío intenso y la humedad eran tus enemigos ante ese problema.
Vos, ya adulta, tenías unas bolitas raras en las tetillas. Lo noté en uno de esos baños de sábados por la tarde.
Fuimos a consultar, te hicieron varios análisis y el resultado fue catastrófico para mí.
Le dimos lucha nuevamente.
Ayer, 12 años después de estar conmigo, mi luchadora nos dejó ya a causa del cáncer maligno que se le había detectado.
Aguantó 3 años más siendo feliz.