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Muchas veces nos hemos preguntado si nuestro universo es único. ¿Hay otros universos? Nuestra comprensión de la física dice que podría haberlos. Ahora, un estudio plantea que antes del Big Bang pudo haber un universo espejo, idéntico al nuestro pero funcionando al revés... 
Es una idea de lo más extraña. Los investigadores han llegado a ella analizando nuestro cosmos. Lo cierto es que sabemos describir muy bien cómo ha evolucionado el cosmos desde los primeros momentos de su nacimiento. Pero los primeros instantes son mucho más complicados.
Porque, desde esos primeros momentos hasta la actualidad, las leyes de la naturaleza no han cambiado. Sin embargo, en esos primeros instantes (antes del primer segundo de existencia) el universo era un lugar radicalmente diferente a lo que conocemos:
El universo estaba concentrado en un punto muy pequeño y con una temperatura muy alta. En un momento dado, comenzó a expandirse. Tradicionalmente, en ese momento se ha dicho que las fuerzas de la naturaleza estaban unidas en una sola. Pero los investigadores no están de acuerdo.
Creen que quizá no fuese así. Su argumento no carece de lógica. Dicen que el universo siempre ha sido simétrico y sencillo (o, por lo menos, todo lo sencillo que puede ser entender algo así). Así que suponen que el universo debió ser simétrico y sencillo desde el mismo Big Bang.
Eso les lleva a plantear que pudo haber un universo anterior al nuestro. Un cosmos idéntico en todos los sentidos, con la salvedad de que estaba revertido. Esto es un concepto extrañísimo si lo intentamos razonar, pero no es absurdo. Por ejemplo, el tiempo fluiría hacia atrás.
Una idea que va directamente en contra de lo que entendemos. Estamos familiarizados con que el universo fluya en una dirección muy concreta. Siempre hacia delante. Los efectos siguen a las causas. Es un concepto que conocemos como la flecha del tiempo:
Pero en ese universo espejo, los efectos sucederían antes que las causas. Las partículas serían antipartículas. No es la primera vez que se sugiere que pudo haber un universo anterior al nuestro. Pero lo que se planteaba era que se trataría de universos diferentes al nuestro.
Este estudio es mucho más específico. Dice, claramente, que sería nuestro mismo universo funcionando en sentido contrario. Por decirlo de alguna manera, lo podemos imaginar como un antiuniverso. Todo formado por lo opuesto al nuestro. Tendría antiprotones con carga negativa.
Así como antielectrones, que tendrían carga positiva. El tiempo funcionaría exactamente al revés. Veríamos las ondas en un lago, uniéndose en el centro, formando un bloque de hielo y pegándose de nuevo a la pared del glaciar del que se habrían desprendido... o se desprenderían.
Este mismo mecanismo es extensible a todo el universo. Funcionaría en sentido inverso. En contracción constante hacia un Big Bang del que, después, nacería nuestro universo actual. Por si no fuese suficientemente confuso, puede que no fuese un universo anterior.
Porque es posible que, en realidad, ambos universos, ese hipotético universo espejo y el nuestro, surgiesen a la vez. En el Big Bang. Es decir, al mismo tiempo, uno explotó hacia delante en el tiempo y el otro en dirección opuesta. Esa solución permitiría explicar algunas cosas.
Problemas a los que la física se ha enfrentado a lo largo de décadas. Con esta hipótesis, sería posible explicar qué pasó en el primer segundo de vida del universo. No haría falta recurrir a conceptos como el del multiverso ni a explicaciones similares:
No solo eso, los investigadores creen que también podrían explicar, con mucha más sencillez, qué es la materia oscura. Se trataría de un tipo específico de neutrino, que pasaría a través de la materia ordinaria sin interaccionar con ella. Todo esto suena interesante en el papel.
Pero, ¿cómo podemos saber si están en lo cierto o no? Lo mejor de este estudio es que los investigadores creen que las afirmaciones que se realizan se podrán poner a prueba. Así, se podrá comprobar si la historia del universo es más sencilla de lo que se pensaba en un principio.
Eso sí, no debemos perder la perspectiva. El razonamiento parece muy lógico, pero no quiere decir que el estudio sea correcto. A decir verdad, muchas de las afirmaciones que se hacen son especulativas. No está claro que realmente sea como proponen los investigadores.
Es algo que ellos mismos tienen muy claro. Han desarrollado un modelo que, esperan, permitirá realizar pruebas para ver si realmente existe un antiuniverso. Una de sus predicciones, por ejemplo, es que los neutrinos más ligeros no deberían tener ningún tipo de masa.
Si fuese así, nuestra comprensión del universo cambiaría de una manera muy profunda. Lo haría, además, mientras desechamos algunas de las ideas más complejas que se han planteado últimamente. Cosas como la teoría de cuerdas no serían necesarias:
Así como los diferentes planteamientos sobre las partículas que podrían ser materia oscura. Todos esos planteamientos tienen en común que, por ahora, no han producido resultados tangibles. Es posible que sea por falta de tecnología… o porque en realidad sean erróneas.
Por eso, el estudio que han desarrollado estos investigadores es interesante. Es un planteamiento diferente a lo que se ha ido sugiriendo en las últimas décadas. Pero, dicho esto, hay que tener claro que no quiere decir, ni mucho menos, que sea una respuesta correcta.
Aunque fuese así, suponiendo que ese universo espejo existiese realmente, quizá no haya ninguna forma de estudiarlo. Si es así, tampoco nos sería de gran ayuda porque nos dejaría exactamente igual que estamos. Incapaces de descubrir si hay otros universos además del nuestro...
También es un buen recordatorio de que nos queda mucho por entender y descubrir. A veces puede ser tentador pensar que la ciencia ha descubierto prácticamente todo. Pero no es así. Nuestra comprensión del cosmos es cada vez más grande, pero siguen quedando muchos misterios.
Es el caso de la teoría del todo. Esa teoría universal que nos permita unir el mundo de lo muy grande, donde domina la gravedad, con el mundo de lo muy pequeño, donde domina el resto de fuerzas de la naturaleza. Ambos parecen irreconciliables:
Puede que, en realidad, la respuesta no sea intentar unificarlas, sino intentar encontrar un camino diferente. La existencia de un universo espejo, si se confirma en algún momento, quizá nos pueda permitir entender mejor cómo encajan todas las fuerzas entre sí.
Sea como fuere, aunque el planteamiento del estudio es muy interesante, parece que habrá que tener paciencia para ver si se puede demostrar, de alguna manera, si lo que se plantea es posible. Puede que pase mucho tiempo hasta que tengamos más noticias al respecto...
Si os interesa, el estudio es es L. Boyle, K. Finn, N. Turok; “CPT-Symmetric Universe”. Publicado en la revista Physical Review Letters el 20 de diciembre de 2018. Puede ser consultado en arXiv, en este enlace: arxiv.org/pdf/1803.08928
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