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Algunas consideraciones sobre la movilización de hoy en la Plaza de Colón. Abro hilo:
1. La participación ha estado por debajo de los deseos de los organizadores y de las expectativas generadas por los medios pero ojo: la contrarevolución reaccionaria es un movimiento ideológico profundo en nuestras sociedades. No es sólo un fenómeno español del momento.
2. La situación europea e internacional empuja esa reacción conservadora. Trump es la referencia de VOX, pero el poder de este partido no se mide sólo en votos sino en su capacidad de liderar la orquesta de las tres derechas.
3. El programa económico reaccionario podría resumirse en “uberización”: evasión de impuestos, más precariedad y competición del penúltimo contra el último. En eso Casado, Rivera y Abascal son idénticos.
4. Los verdaderos “partidos”, en tanto que generadores de marcos interpretativos de la realidad, son los medios-empresa. Es llamativo, con todo, que los portavoces de la concentración de hoy hayan sido referentes del periodismo de derechas y no sus políticos.
5. La mayoría de la moción de censura no fue un movimiento coyuntural para hacer presidente a Sánchez, sino la señal para una nueva dirección de Estado y de país a construir entre muchos.
Que el Gobierno no lo haya terminado de entender explica su debilidad, su soledad y sus bandazos. Era obvio que ni la vieja guardia, ni los barones conservadores le iban a ayudar.
6. La alternativa de país al bloque reaccionario sólo se puede construir desde políticas que recuperen el Estado del bienestar y que asuman gestionar la plurinacionalidad desde el diálogo sin exclusiones y no desde el poder judicial.
7. La revolución de las mujeres señala el camino democrático para España: menos desigualdad, más derechos, protección de la familia igualitaria y más tolerancia.
8. Nuestro espacio político debe ser capaz de superar el ensimismamiento y asumir que frente al movimiento reaccionario es necesaria toda nuestra fuerza social e institucional.
Es llamativo que todos los logros de los que presume el Gobierno se los arrancáramos nosotros gracias al poder que la gente nos dio. Si perdemos ese poder, España habrá perdido su herramienta más eficaz frente a la reacción.
