Thread by @Aegi86

Un tema que ha sido tratado mal en no pocas ocasiones. Hemos pasado del exceso caricaturesco para atemorizar y someter, a negar su existencia en aras de un buenismo inconsistente. #Hilo sobre el infierno 👹👇🏻

En primer lugar, me gustaría decir que hablar de este tema es una exigencia de la justicia y de la misericordia. Evitarlo sería como si -perdonen la torpeza de la comparación- como profesor no advirtiera a un alumno que no trabaja ni estudia de las consecuencias.

O una madre que no advirtiera o tratara de ayudar a un hijo que va por el mal camino. En definitiva, hablar de esta realidad es una exigencia del amor.

¿Existe el infierno? ¿Ha sido revelada su existencia? Sin ser exhaustivos -Twitter-, veamos qué dice la Escritura 👇🏻

Jesús mismo habla claramente del infierno en varias ocasiones. El Catecismo nos lo recuerda:

¿Y el Magisterio? El Catecismo recoge lo siguiente:

En definitiva, las alusiones al infierno en la Escritura y el Magisterio son un llamamiento a la responsabilidad y la conversión:

¿En la Revelación, se puede poner el infierno al mismo nivel que el cielo?

- No. La razón es clara. Una de las más finas persuasiones del A.T. es la de la bondad de Dios y sus obras.

Dios vio que era bueno cuanto había hecho (Gén 1); no ha creado nada para la muerte, ni aborrece nada de lo que existe (Sab 1,13; 11,24); no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (Ez 18,23; 33,11).

El N.T. define a Dios como amor (1 Jn 4,8) y le atribuye el propósito -serio y eficaz- de que todos los hombres se salven (1 Tim 2,4); a tal fin usa de paciencia, prolongando la historia, puesto que no quiere que nadie perezca sino que todos se conviertan ( 1Pe 3,9).

Jesús mismo afirma "porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo,sino para que el mundo se salve por él"(Jn 3,17);"Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo condenaré, porque no he venido para condenar al mundo,sino para salvar al mundo"Jn 12,47

Tampoco Pablo piensa que el Evangelio sea un anuncio bivalente de salvación o condenación: " la palabra que os dirigimos no es sí y no. Porque el Hijo de Dios (...) no fue sí y no; en él no hubo más que sí" (2 Cor 1,18ss).

En síntesis, podríamos decir que la revelación del infierno sólo es posible desde la revelación del cielo, destino para el cual crea Dios al hombre por pura gracia y amor. En definitiva es, por así decir, la imagen invertida de la vida eterna junto a Dios.

¿Por qué decimos que es factible el infierno?

Desde un punto de vista antropológico, partimos de la concepción del ser humano como persona inteligente, libre y responsable. De aquí se deduce la posiblilidad de usar la libertad para el mal, el pecado.

El ser humano, haciendo uso de su libertad, es capaz de construir un campo de concentración para aniquilar vidas o un hospital para salvarlas. En la libertad nos jugamos la grandeza y miseria del ser humano.

Desde el punto de vista teológico debemos decir que el “no” a Dios es posible. Esto se deduce, supuesto lo anterior, por varias razones:

-Por la seriedad de la actual economía salvífica: la gracia, la amistad de Dios, no se impone por decreto, se ofrece libremente.

Dios se expone a ser rechazado, a que su amor no sea correspondido. No se impone al hombre, este no es una marioneta, sino su interlocutor. Pues bien,en la posibilidad real de un sí a Dios se contiene,como su reverso, la posibilidad real del no.
Ej: la actitud de los dos ladrones

-La otra razón nos viene suministrada por la experiencia. Podemos constatar el no a Dios en la forma del no a la imagen de Dios (Mt 25,31ss). Lo que dejamos de hacer con los más pequeños, con los más débiles, se lo dejamos de hacer a Dios mismo.

Pues bien, estos actos demandan una responsabilidad del ser humano frente y contra Dios, a través de la mediación del prójimo.
No se puede sostener que hacer el bien y el mal equivalen a lo mismo.

Quien dude de la existencia del infierno metahistórico sólo tiene que echar una ojeada a la Historia y ver todas las situaciones infernales que ha creado el hombre. Al menos debería admitir la aptitud del ser humano para instaurar y consolidar verdaderos infiernos en la tierra.

¿Y cómo es el infierno? No lo sabemos. Las imágenes son una torpe aproximación que deben interpretarse correctamente. San Juan Pablo II nos enseñó en una catequesis del 28/07/99 👇🏻

¿Es Dios quien condena al infierno?

No. El infierno es la sanción inmanente de la culpa. Concebirla como una serie de penas impuestas desde fuera sería un error que, entre otras cosas, llevaría a la nefasta conclusión de la causalidad positiva de Dios en su existencia.

Dios no necesita (¡ni quiere!) crearlo, porque late ya en la estructura ontológica del pecado y del pecador. Es fruto consumado de una libertad mal utilizada, de una persona que se cierra a la gracia, amor y perdón de Dios.

Por tanto, Dios ni crea ni quiere el infierno sino que, respetando la libertad humana, sanciona la culpa que nosotros mismos nos hemos procurado. Al contrario, supone un drama para el mismo Creador, por el dolor que supone ver perdidos a sus hijos amados.

Casi para acabar, dos peligros a evitar:

-Elevar la doctrina sobre el infierno al rango de verdad primera y fundamental. Esto representa una distorsión intolerable del Evangelio, que es anuncio de salvación y buena noticia, no propuesta simétrica salvación/condenación.

-El otro extremo sería negar su existencia, pues supone mutilar el evangelio y manipular ilegítimamente la Palabra de Dios, así como negar, al menos implícitamente, la verdadera libertad del hombre y la seriedad de la economía salvífica.

Finalmente, la esperanza. Debemos tener la esperanza de que el amor de Dios es más fuerte que el mal. No hay nada que Él no pueda perdonar si hay arrepentimiento. Lo único que Dios Omnipotente no puede mover, decía san Agustín, es la libertad humana.

San Juan Pablo II 👇🏻

Anexo. Dos curiosidades:
-La Iglesia nunca ha canonizado (reconocido, inscrito en un canon) a ningún ser humano para el infierno. A todos los confiamos a la Misericordia de Dios. Incluso en el último instante, un arrepentimiento sincero es aprovechado por el amor de Dios.

-El primer santo “canonizado” (entiéndase bien la analogía) de la Iglesia fue el “buen ladrón”. En su agonía se arrepintió y Jesús le prometió que estaría con Él en su Reino.

Espero que leer el hilo no haya sido un infierno para ti. Gracias. #Fin.