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"No construyas la casa por el tejado". Parece que fue el "no hay huevos" al que se enfrentó el arquitecto Antonio Lamela.
Estas son las Torres de Colón: dos rascacielos de 110m en el centro de Madrid. La historia de por qué se hicieron así es muy curiosa. Un caso pionero. Hilo👇
Estas son las Torres de Colón: dos rascacielos de 110m en el centro de Madrid. La historia de por qué se hicieron así es muy curiosa. Un caso pionero. Hilo👇
Al tiempo que se construyeron, la ordenanza municipal requería de un amplio espacio de aparcamiento, pero el solar del que se disponía era limitado. Visto así, el espacio necesario para la cimentación era un lujo que no se podían permitir.
Fue entonces cuando surgió la genialidad por parte del arquitecto madrileño:
¿Y si invertimos el sentido de construcción? ¿Y si, en lugar de que cada piso se apoye sobre el de abajo, hacemos que los pisos cuelguen uno bajo el otro?
¿Y si invertimos el sentido de construcción? ¿Y si, en lugar de que cada piso se apoye sobre el de abajo, hacemos que los pisos cuelguen uno bajo el otro?
Surgió así el concepto de arquitectura suspendida, pionero en el mundo. De esta manera se conseguía respetar el espacio que habría ocupado la cimentación para utilizarlo como aparcamientos según se necesitaba.
Se trata de una rareza arquitectónica que encierra un drama. En su origen su aspecto no tenía nada que ver con el que apreciamos hoy en día.
Inicialmente se construyeron como una serie de viviendas de lujo (a principios de los 70), pero en los 80 fuero expropiadas.
Inicialmente se construyeron como una serie de viviendas de lujo (a principios de los 70), pero en los 80 fuero expropiadas.
Las adquirió el grupo Heron International y de ahí en adelante se fueron construyendo añadidos para cumplir nuevas normativas que afearon definitivamente su aspecto. Uno de los más polémicos es el techo verde conocido como "el enchufe".
Realmente existía la necesidad de añadir unas escaleras exteriores de evacuación en caso de incendios y este techo tenía la función de actuar como soporte de ellas. Se trataba de una solución temporal que debía durar no más de unos 10 años, pero que ya lleva tres décadas en pie.
Con este diseño se desvirtúa el objetivo y sentido original que quiso darle el arquitecto, fallecido hace algo menos de dos años. Su último deseo es que las torres vuelvan a tener el aspecto para el que fueron concebidas: dos torres esbeltas, independientes e innovadoras.
(fuente: elpais.com/ccaa/2017/08/0…)
