Thread by @cesarfuri

La figura de César se caracterizó desde su juventud por una fortísima fidelidad hacia los popularis y por una inquebrantable oposición al Senado. Ambos rasgos quedan testimoniados por las primeras acciones de su vida pública.

Como vencedor de la guerra civil, César acumuló en su persona todos los recursos del poder político, representados en la magistratura de dictador, cargo que empezó siendo temporal y terminó por transformarse en vitalicio.

Al comenzar la guerra, César no tenía más legitimidad que su cargo de procónsul. Por ello, se hizo dictador y, desde ahí, fundamentó institucionalmente su poder alternando los cargos de dictador y cónsul, sin respetar, además, el plazo de 10 años establecido entre cada consulado.

A pesar de que el consulado no agregaba nada sustancioso a los poderes que ya disponía César como dictador, su desempeño contribuía a que sobrepasase a Pompeyo en dignitas.

Hasta la victoria de Tapso, César desempeñó la dictadura sobre todo en el ámbito militar, pero a partir de ese momento le confirió una condición más política y fundamentó en ella la aplicación de sus modificaciones
legislativas.

La combinación de la dictadura como magistratura fundamental con el consulado y con poderes excepcionales concretos, procuró a César el dominio de todos los ámbitos relevantes de la sociedad, el político, el religioso, el militar y el económico.

Ahora bien, toda la irregular y paulatina concentración de poderes en la figura de César no entrañó la desaparición de las instituciones republicanas, cuyos magistrados continuaron siendo elegidos y desempeñando sus funciones, y cuyos órganos siguieron funcionando con regularidad

No obstante, bajo esa engañosa impresión de normalidad institucional, realmente la independencia de los magistrados había sido muy reducida, el Senado se había convertido en un órgano de confirmación de las decisiones de César y los comicios funcionaban bajo su vigilancia.

En la tarea legisladora cesariana a lo largo de la dictadura se distingue una
conjunción de intereses particulares y la perspectiva propia de un gobernante.

Globalmente, la legislación de César puede ser adjetivada como moderada, carente de importantes originalidades, salvo en la magnitud que llegaron a tener determinadas medidas como el otorgamiento de ciudadanía y la política colonizadora.

César procuró constantemente hallar una armonía complicada entre distintos grupos sociales, algo que concuerda con su búsqueda de un amplio consenso social, y el establecimiento a su alrededor de importantes clientelas forzadas moralmente a proporcionarle apoyo político.