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El clasismo, siendo una ideología, como el sexismo, el racismo o el especismo, normaliza y encubre relaciones de poder y dominación; son los discursos que parten de la supuesta superioridad de un género, una raza, una especie, o, por supuesto, una clase. Abro hilo.
Estas ideologías hacen que las víctimas aparezcan como culpables de su propia condición de dominados, naturalizando su situación de oprimidos: era natural esclavizar por la inferioridad negra, era natural la servidumbre femenina debido a su supuesta inferioridad.
El clasismo entonces, es el discurso que normaliza la pobreza, la desigualdad y las asimetrías de poder: estas se justifican por el talento de los poderosos, por su iniciativa o por su inteligencia. Las clases dominantes en su racionalidad, merecen sus privilegios.
El clasismo construye una caricatura de los pobres y explotados: flojos, nacos, ayotzinacos, ignorantes. Y erige a la clase dominante como la dirigente, justificándola: trabajadores, con estilo, educados, brillantes, con clase. El desprecio a la cultura popular con tufo arrogante
Pero detrás de los discursos, siempre hay una relación de subordinación objetiva, una práctica: los negros trabajaban para los blancos, las mujeres se subordinaban a los varones, y por supuesto, los trabajadores y los pobres trabajan para las clases dominantes.
El discurso ideológico oculta, maquilla, normaliza, justifica y legitima esa relación objetiva de dominación o explotación. Es entonces una ideología conservadora, que explica al mundo, defendiendo a los dominadores y despreciando a los dominados. Defiende el estatus quo.
Pero las ideologías se debilitan cuando los dominados se rebelan. Aparece otra mirada: los negros no son inferiores, las mujeres tampoco. La insubordinación contra los de arriba muestra que su discurso era un ardid, una narrativa delirante, prejuicios, prenociones, falsedad.
No hay clasismo al revés,porque el clasismo es el discurso de los de arriba, que basan su poder en la explotación y la subordinación de las mayorías despreciando la cultura popular. No hay nada mas despreciable que otros dominados repitan el discurso de los de arriba
El clasismo terminará no cuando ocultemos en nuestras palabras el desprecio, ni cuando todos seamos políticamente correctos, ocultando esas asimetrías en el lenguaje, sino cuando las relaciones entre clases no existan y nadie explote o subordine a otro.
El clasismo se debilita en la lucha contra la explotación y contra la desigualdad.Como enseña la historia, las clases dominantes no son eternas. Algún día se recordará al clasismo como una rancia ideología del pasado. Hoy,toca combatirla,reivindicando a las luchas de los de abajo
