Thread by @Galieno_Augusto

Hoy hablamos acerca de las relaciones entre Constantinopla y Persia en el siglo V. Como se pasó de la confrontación directa a la cooperación tacita. Hilo va damas y caballeros ⬇ ⬇ ⬇
No podemos olvidar que el ascenso de Persia al estatus de superpotencia a mediados del siglo

III cambio el contexto estratégico en el que operaba el Imperio Romano y obligó a sus estructuras a un proceso revolucionario de transformación interna. Gracias a la expansión militar y la transformación fiscal que realizó el Imperio, hubo pocas repeticiones, desde el 29o, de los

desastres del siglo III, a pesar de que los grandes enfrentamientos entre los dos imperios se repitieron hasta el último tercio del siglo IV. Ambas superpotencias habían aprovechado todas las oportunidades para causar problemas a su archienemigo, ambos ahora buscaban minimizar

los efectos de las perturbaciones diplomático-militares que habían explotado hasta el momento. En 456, por ejemplo, el rey de Lazica, cliente romano, en el extremo oriental del Mar Negro, buscó ayuda entre los persas para obtener una mayor independencia. Estos se negaron a

aprovechar la oportunidad, por lo que el rey cliente se vio obligado a entregar la corona a su hijo e ir a Constantinopla para dar explicaciones. Este enfoque cooperativo y de mantenimiento del statu quo caracterizará las relaciones diplomáticas de ambos Imperios durante el s.V

Este este extenso período de cooperación no fue completamente voluntario, sino forzado, debido a las amargas circunstancias externas, que ambos Imperios atravesaban. El prolongado período de paz se basó en la aceptación por parte de Roma de tres cambios sustanciales en su

posición estratégica tal como se había mantenido hasta la primera mitad del siglo IV. Primero, la derrota de Juliano en 363 llevó a la rendición de Nisibis y una serie de territorios romanos al otro lado del Tigris. En segundo lugar, en la década de 380, el emperador Teodosio I

aceptó una partición de Armenia en la que tres cuartas partes (Persarmenia) se convirtieron en un protectorado persa, (Persarmenia) y un tercio quedaba bajo esfera de influencia romana. En tercer lugar desde el 428, la parte Armenia romana decidió unirse a Persia.

Estos cambios geoestratégicos fueron aceptados parte de Constantinopla no a un repentino estallido de generosidad hacia Persia, sino porque en este periodo tuvo lugar el ascenso de los hunos en Europa central y oriental presentaba un nivel de amenaza sin precedentes en el Limes

danubiano. Simplemente no había capacidad militar para peleas innecesarias con Persia. Por su parte, los persas no solo habían logrado todo lo que razonablemente podían esperar, sino que también estaban enfrentando nuevas amenazas de, los Hunos "blancos". Desde el noroeste

de Afganistán, se expandieron para conquistar Sogdia y Khurasan a principios del siglo V convirtiéndose en vecinos del Imperio Persa siendo una amenaza constante. Los hunos blancos ganaron una serie de victorias sobre los persas a lo largo del siglo V, incluyendo un equivalente

persa a Adrianopolis en la batalla de Herat en 484, que vio la derrota y muerte del rey persa Peroz (459–84).

Ambos imperios tenían excelentes razones para mantener la paz en el siglo V. Para ayudar a combatir a los Hephtalitas, los persas habían presionado al emperador Zenón para obtener apoyo financiero.

En la década del 490, las demandas persas aumentaron, especialmente cuando el último gobernante persa, Khavad, tuvo que pagar por el apoyo de los Hephtalitas para recuperar su trono. No obstante, el emperador Anastasio, ante una provocación considerable, continuó manteniendo la

cooperación pacífica, negándose a explotar una revuelta de cristianos persarmenianos en la década de 490 como una oportunidad para crear problemas a su vecino cada vez más exigente. A comienzos del siglo VI, Khavad estaba tan desesperado por conseguir efectivo que fue a la

guerra y romper la antigua y fructífera cooperación de antaño. En 502, el ejército de Khavad disfrutó de una libertad de maniobra casi completa en todo el este romano. Su ruta de invasión inicial atravesó Armenia, donde barrió rápidamente la base romana principal de Teodosópolis.

Sus fuerzas luego giraron hacia el sur, dejando a Martyropolis en paz a cambio de los dos años de impuestos que su gobernador tenía en sus fuertes cajas, antes de terminar en Amida. No había limitanei en la ciudad, pero sus habitantes defendieron sus hogares con determinación

durante tres meses hasta que la ciudad finalmente fue asaltada. Al mismo tiempo, los aliados árabes de Khavad irrumpieron en el este romano, desde Edessa hasta Constantia. Anastasio envió un gran ejército a Mesopotamia en el 503. Según se informa, contaba con cuarenta mil hombres

(mucho más grande que cualquier otra fuerza bajo Justiniano) y operó en tres divisiones, una de ellas, al mando del sobrino del emperador, Hipatio. Dos se dirigieron a Amida, ahora en manos de una guarnición persa, la tercera para la capital regional persa en Nisibis. Sin

embargo, las tres divisiones fueron derrotadas, cuando Khavad contraatacó, aunque a su vez le resultó imposible obtener ganancias adicionales sustanciales, ante las fortificaciones romanas de Constantia y Edessa. La guerra en Mesopotamia se acercaba rápidamente al estancamiento;

La acción más dramática del año se produjo a través de los aliados árabes Lakhmid de Persia, bajo Al-Mundhir, que invadieron las provincias romanas de Arabia y Palestina. Según Cirilo de Scythopolis, "esclavizaron a miles de romanos y cometiendo muchos actos sin ley".

Habiendo obtenido ganancias fáciles, Khavad no tenía interés en continuar la guerra. Los romanos intentaron nuevamente recuperar a Amida pero no pudieron hacerlo. La tregua y luego las negociaciones de paz permanentes comenzaron en 504, y no hubo más luchas.

El acuerdo de paz resultante no fue una humillación para Anastasio, quien evitó tener que aceptar el tipo de pagos anuales habían estado exigiendo antes de la guerra. También puso en marcha importantes mejoras a las defensas romanas en Mesopotamia, no solo en Amida sino también

en Edessa y Batnae, mientras construía una nueva base romana para la región, justo en la línea fronteriza de Dara. Las derrotas de 502/3 no fueron vengadas en el campo de batalla; Amida fue recuperada solo por negociación.

El statu quo, entre ambas superpotencias se mantuvo, aunque ya no exista un enemigo COMÚN (hunos) Los nubarrones de posibles confrontaciones estaban cada día más cerca, especialmente a lo largo del VII, donde el choque final tendría lugar entre Heraclio y Cosroes II