1) Reaccionar con mayor inteligencia y sofisticación a sus disparates.
2) Generar un discurso opositor original.
Esas sogas son poderosas: sirven para delimitar el alcance de la opinión pública, los temas que la ocupan y el enfoque con que se abordan.
Para poder trenzar una narrativa opositora, requerimos MUCHOS discursos individuales opositores, originales e inteligentes.
La mayor parte de los discursos que hoy se asumen como "de oposición", son torpes, reproducen el lenguaje de López, se limitan a decir que "está mal" y suelen tener como punto de partida las ideas de algún otro personaje político.