Thread by @paolobenza

Leo y leo comentarios sobre Tía María que parecen copiados y pegados del último conflicto en Las Bambas. Y, en general, de cualquier otro de los que hemos tenido en los últimos años. Es como si existiera una incapacidad general entre mineros y demás gremios para complejizar...

un poquito más el análisis. Y como si la única solución fuera darle Ctrl-C-Ctrl-V a las mismas tonterías de siempre: "grupos radicales/azuzadores", "opositores al desarrollo", "déjenlos ser pobres/que se mueran de hambre". Qué maldito daño le hizo 'El perro del hortelano' al

país, concha mi madre. Que parece que le dio a un montón de gente un discurso al cual aferrarse -reduccionista, inútil, simplón-, y ahora todos los conflictos se reducen a eso. Y los proyectos siguen parados (o parándose una vez al año, como en Las Bambas), PORQUE

PRECISAMENTE NO SE REDUCEN A ESO. Si ni siquiera puedes comprender un problema en su real dimensión, ¿cómo pretendes sacarlo adelante?
- Sí, es obvio que hay intereses políticos detrás de la retórica antiminera. Como los hay detrás de la prominera y como, en

general, los hay detrás de un montón de otras cosas.
- Pero esos intereses políticos no se sostienen en el aire. Tampoco la violencia que suelen traer impregnada.
- Así como los Chávez Sotelo no se inventaron el bloqueo en Abancay, Cáceres Llica & Cía tampoco son -ni por lejos-

la verdadera razón detrás del rechazo a Tía María.
- Por el contrario, la retórica antiminera a veces interpreta mucho mejor lo que quiere la gente que los capos de las agencias que están al otro lado.
- El Valle del Tambo no es Challhuahuacho. No es ni remotamente parecido a

Challhuahuacho. Al costado de Las Bambas la economía no gira, y la única forma de obtener más dinero es que te lo pague la mina. A eso súmale un entorno jodidamente precario y un historial de bloqueos que terminaron en pagos, y comienzas a entender la figura.
- No pretendo decir

que el Valle del Tambo es Silicon Valley, pero -a diferencia de Challhua- tienes ciudades con asfalto en las calles, un nivel razonable de intercambio comercial sin mina de por medio y, sobre todo, una actividad productiva que hace girar la economía desde hace muchísimos años: la

agricultura.
- Esa es la razón por la que en Las Bambas hay un conflicto de 'convivencia' y en el Valle del Tambo hay uno de rechazo total. No necesitan a la mina para tener oportunidad de salir adelante y, por el contrario, sienten que podría estropear sus cultivos.
- Cuando

estuve por allá, recuerdo que los arequipeños llamaban al valle "la despensa de Arequipa". El Tambo ha sido históricamente muy fértil, y en las últimas décadas se ha convertido en un valle principalmente arrocero. Pero también papero, cebollero, etc. Y, aunque hay un largo camino

para aumentar la productividad por hectárea, la gente allá ha hecho siempre negocio en el agro.
- Sí, ya se repitió hasta el cansancio que no se va a usar el agua del río en la mina, sino que se desalinizará la de mar. ¿Pero es tan difícil entender que ese es apenas UN tema y

dejar de repetirlo como disco rayado?
- Más allá de que cuando llegue la mina los arroceros se van a quedar sin gente para la faena, hay una preocupación TOTALMENTE LEGÍTIMA por la contaminación general en la zona.
- Dejemos de lado los desastres ambientales que tiene en su

historial la matriz de la Southern en México (que @disalch resumió hace poco). La empresa tiene dos proyectos bien cerca a Arequipa (Cuajone y Toquepala) y, especialmente, una fundición en el vecino puerto de Ilo. Ilo está ahí nomás del Valle del Tambo, al costadito.
- La

historia de la fundición de Ilo está bien fresquesita en la memoria de la gente del valle: azufre en el aire y efluentes al mar durante décadas.
- Con el cambio de siglo, la nueva administración de Southern tuvo que modernizar la planta, pero el pasivo histórico lo resalta hasta

la ex gobernadora de Arequipa, a la que nadie va a llamar antiminera, Yamila Osorio. Hace un tiempo, el CFO de Southern, Raul Jacobs, le dijo a La República que "era un mundo distinto, antes se podía hacer cosas que hoy son inaceptables".
- A eso súmale los derrames de la matriz

(río Sonora, mar de Cortés) y me parece una desconfianza francamente entendible, más allá de que la minería se haya modernizado y etc.
- Porque, además, ¿quién se preocupó de darle al valle muestras de que hay cosas "que ganar" con Tía María? Hace años que pasa por una situación

de estrés hídrico y PPK les prometió sacar adelante la represa de Paltuture. "Voy a tener que sacar el látigo para hacer que las cosas marchen", dijo. La represa sigue bloqueada por Puno.
- Y Southern no ha hecho una buena chamba poniendo cosas "que ganar" tampoco, a

diferencia, por ejemplo, de Cerro Verde. En Arequipa a Cerro Verde a veces le pegan algunos políticos, sí, pero es innegable que gran parte de la región es prominera por la chamba de que ha hecho. ¿Habría el mismo rechazo si Tía María lo tuviera Cerro Verde? Lo dudo.
-Finalmente,

recién viene Elmer Cáceres Llica, un gobernador regional que pasó a segunda vuelta con menos votos que los votos en blanco (18.5% vs. 21.8%) y que, más allá de cualquier impulso ideológico, ha encontrado en Tía María un gancho para legitimarse.
-Cáceres es un tipo que,

literalmente, ha dicho que podría ser "el Túpac Amaru III del Perú". ¿Puede tener algún mérito en esto? Bueno, quizás, aprovechar la debilidad política del gobierno.
- Y con esto termino: todos estos factores -particulares a este conflicto- se han encontrado con un gobierno sin

aliados que está totalmente sometido a -y que solo se sustenta en- las encuestas.
- Nadie en el gobierno le quería dar la licencia a Tía María. Nadie quería tener que asumir esa papa caliente, cuando tenía al Congeso respirándole en la nunca y era obvio que no había "licencia

social".
- Pero ahí vino el factor clave: se les vencía el plazo del EIA. Y hacer otro EIA podía tomar años.
- Y entonces salieron los gremios a hacer su campaña: 0.4 pp del PBI. Décimas imprescindibles si te paran diciendo que tienes la economía parada.
- Y, además, seamos

justos: no hay trámite administrativo para medir la "licencia social". La empresa había cumplido los requisitos administrativos y, 2+2 es 4, lamentablemente lo que seguía era la licencia.
- Pero no hay que perder de vista que nadie se la quería dar. Que el gobierno la dio solo

porque el reloj iba a marcar la medianoche y que fue un acto meramente administrativo. Que Vizcarra siempre estuvo del lado de echarse para atrás y es lógico.
- La empresa misma tuvo que decir que no iba a construir nada todavía, porque no había sido capaz de conseguir la

aprobación necesaria en la zona.
- Entonces, ¿qué implica la suspensión de la licencia? Nada en términos prácticos (si se quiere, es positivo: se abre el puerto para que puedan sacar el mineral las cuatro minas que iban a entrar en fuerza mayor) pero quizás sí mucho en términos

simbólicos. Porque ya empieza otro conflicto, esta vez en Moquegua, contra la mina Quellaveco. Y hay varios otros frentes regionales -sobre todo en el sur- a los que Vizcarra va a tener que hacer frente. Y nadie dice que meta los tanques, ¿pero planea echarse siempre para atrás,

como norma general?
- Pero, eso sí, todos esos conflictos que se pueden venir tienen SUS PARTICULARIDADES Y SU COMPLEJIDAD PROPIA. Y ni por asomo son simplemente un "grupo de radicales azuzadores manipulando a la población". Eso es.

Más info:
elcomercio.pe/politica/frent…