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En el mundo de habla hispana, no se puede ser marxista si se es negrolegendario. Por un simple motivo: el Imperio Español fue la última sociedad política precapitalista que trató de frenar, a escala universal, por sus dimensiones, la implantación de este modo de producción.
La Monarquía Católica Universal Hispana, a través del Descubrimiento de América y de la demostración práctica de la redondez de la Tierra, abrió el planeta entero al modo de producción capitalista, iniciado en la Baja Edad Media en Europa central, impulsado luego en el siglo XV.
En dicho siglo XV, sobre todo en Inglaterra y en todo el territorio que sigue el "eje Rhin-Ródano-Po", se produce el inicio de la llamada por Marx acumulación originaria, el latrocinio de las tierras comunales campesinas protegidas por la Iglesia Católica por nobleza y burguesía.
Dicha alianza estratégica nobleza-burguesía, que se rompería poco después, tuvo un punto de inflexión en el siglo XVI, con la Reforma Protestante iniciada por Lutero, Calvino, Zwinglio y John Knox, entre otros. La Monarquía Hispánica se opuso a todos ellos desde el principio.
La oposición no solo fue religiosa, también económica y política. El Imperio Español trató de continuar la Reconquista hasta tierras musulmanas con la exploración de Colón, pero se encontró un continente "nuevo", inesperado y tuvo que rehacer los planes.
Durante los tres siglos largos que duró el Imperio, éste se impuso mediante la violencia, la negociación, los excesos por parte de los encomenderos, pero también con la protección de los indios impulsada ya por Isabel de Castilla. Las Leyes de Indias son únicas en su género.
El modelo de protección de los indios, que los convirtió en súbditos de la monarquía dejando de ser esclavos, es el mismo que siguió la Reconquista al dar cobijo legal a las poblaciones que eran recobradas a la Cristiandad respecto del Islam.
¿Qué es entonces el Imperio Español? Una Reconquista ampliada, a escala continental y universal. Una mezcla de los modos y formas de socialización económica del feudalismo ibérico con esclavitud africana, formas precolombinas de socialización, Renacimiento y Contrarreforma.
La inspiración ideológica del mismo fue el catolicismo, pero no un catolicismo cualquiera, como el francés o el italiano. Era un catolicismo forjado contra el Islam, reforzado teóricamente a través de la Escuela de Traductores de Toledo y, luego, de la escolástica de Salamanca.
La instauración de la jornada laboral de 8 horas por parte de Felipe II, la lucha contra los encomenderos (que existieron hasta el siglo XVIII), el fomento del mestizaje sexual, la reorganización urbana alrededor de la Plaza de Armas, la conexión de ciudades a través de caminos +
+ el dar propiedades de explotación personal y familiar a los indios, la instauración imperial del protomedicato (médicos como funcionarios, ya desde los Reyes Católicos, para tratar de evitar la muerte de indios debido a la viruela, lo que llevó a edificar muchos hospitales) +
+ La generación de hasta 27 Universidades en América, que licenciaron y doctoraron a más de 150.000 personas, muchas negras, indias, mulatas y mestizas (España tuvo el primer catedrático negro de la Historia), solo pueden entenderse como una organización social novedosa.
Incluso las reducciones jesuíticas, como una forma de socialismo utópico, estaban inspiradas en dicho catolicismo, pasadas por el filtro de Tomás Moro. Solo en el Imperio Español podían construirse tamañas organizaciones sociales. Su fin fue el Tratado de Madrid.
La organización no era colonial, pues no hubo extractivismo hacia la supuesta metrópolis, la España ibérica, ni gobierno indirecto a pesar de los Virreyes. Existían Consejos que controlaban el trabajo de los funcionarios imperiales a través de los juicios de residencia.
En dichos juicios los habitantes del Imperio, también indios, podían denunciar a funcionarios, y participar en los juicios. Sobre todo se denunciaban corrupciones económicas. El abastecimiento de la población se garantizaba también a través de la concentración del grano en silos+
+en el centro de las poblaciones, desde los que organizar la producción y distribución de manera centralizada a nivel urbano, y así controlar la especulación sobre sus precios. El Imperio solo empezó muy tardíamente a tener leves formas capitalistas de sociabilidad.
¿Por qué cae el Imperio Español? Porque entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX era ya inviable resistir más, y prorrogar más, esa forma de sociedad mercantilista construida sobre las bases de la Reconquista frente al avance del modo de producción capitalista.
Es la dialéctica de clases y de Estados la que acaba con el Imperio. Es la burguesía política (Napoleón) y económica (el Imperio Británico) la que acaba con el Imperio Español. El modo de producción capitalista, en gran medida, se edifica sobre las ruinas del Imperio Español.
El Imperio Español fue la primera sociedad política anticapitalista exitosa que existió. Su resistencia a dicho avance capitalista, lento pero seguro durante casi cinco siglos (XIII-XVIII), resistió del XVI al XIX. De aquella resistencia quedan remedos como el latinoamericanismo.
El latinoamericanismo es un nacionalismo, que parte de la idea errónea de que la empresa de Colón era ya capitalista, y que España inició el capitalismo. No, España abrió, sin saberlo, el mundo al capitalismo. Pero trató de frenar su avance todo lo que pudo al darse cuenta.
La reconstrucción del Imperio Español no ocurrirá nunca, es un imposible. No se puede volver a construir una sociedad política ya fenecida por la Historia. Otra cosa es unificar, bajo formas políticas nuevas, los témpanos flotantes del naufragio de aquel Imperio: los hispanos.
Ahora bien, dicha unificación no será posible bajo el modo de producción capitalista. Tienen que caer sus máximos Estados dirigentes, Estados Unidos y Alemania (Unión Europea) para poder ser posible. La unificación ha de ser socialista, o no será posible jamás. Fin.
