Thread by @EtimosDirectos

El CID deriva su nombre del vocablo árabe "سيد" (sīd, síd o sídi), "señor", "caudillo". Las vicisitudes del personaje nos llegan asociados con el mito, la leyenda y la épica. Mio Çid Ruy Díaz es, sin embargo, un personaje histórico, cuya (poco conocida) vida pasamos a desgranar.

Lo que conocemos a nivel popular sobre el CID, por nombre Rodrigo Díaz de Vivar, deriva de los cantares de gesta, multitud de los cuales trata sobre su persona. El más famoso es "El cantar del Mío Cid", del que conservamos un manuscrito copiado por un tal Per Abat en el 1209.

Comienza el cantar de forma truncada, con la salida del Cid al destierro: De los sos ojos tan fuertemientre lorando/
tornava la cabeça i estávalos catando./Vio puertas abiertas e uços sin cannados,/alcándaras vazías sin pielles e sin mantos/
e sin falcones e sin adtores mudados.

Sin embargo, leyendas a un lado, los orígenes del Cid son bastante oscuros, aunque, contrariamente a la creencia muy difundida, parece que era un hombre de linaje ilustre, y no un simple infanzón. Así lo demuestra el que aparezca varias veces mencionado como "ilustrísimo varón".

Nació circa el 1048, no sé sabe donde, aunque la tradición diga que Vivar del Cid es su cuna. Muy joven, entra a servir al infante Sancho de Castilla como paje. Acompañó quizá al infante y su aliado zaragozano al-Muqtadir en la batalla de Graus. Los castellanos derrotan Aragón.

Cuando el infante Sancho ascendió al trono como SANCHO II de Castilla, el Cid le acompañó fiel en sus correrías. Durante la guerra contra Alfonso VI de León, hermano de Sancho, por los tronos de Galicia y León (1065-1072), Rodrigo destaca por su valor en batallas campales.

Aquí se ganó su sobrenombre de "Campeador", el que es diestro en la batalla campal. Fue conocido así en vida, pues el mismo firmaba como "ego Rudericus Campidoctor". Los árabes lo llamaban "القنبيطور", "alqanbīṭūr" o Rudriq al-Kanbiyatur.

Sancho derrotó a Alfonso y se anexionó León, pero, al sitiar Zamora, donde se atrincheraba doña Urraca, hermana de Alfonso, fue muerto por el noble leonés Vellido Dolfos. Alfonso VI unificó León, Castilla y Galicia bajo su poder, y el Cid quedó a su servicio.

Al principio, el Cid gozó de la estima de Alfonso: fue nombrado juez en pleitos, se le otorgó a la noble JIMENA DÍAZ en matrimonio y se le encargó recaudar los PARIAS (del latín tardío "igualar dos cosas", "saldar", "pagar") o tributos de taifas como la de Almeria.

Las cosas se tuercen debido a la enemistad de Rodrigo con un noble castellano, GARCIA ORDÓÑEZ. Cuando el Cid, persiguiendo tropas de la taifa de Soria, invade y saque la taifa de Toledo, bajo protección de Alfonso VI, el rey le manda a su PRIMER DESTIERRO.

El Cid se pone al servicio de al-MUQTADIR, el emir del taifa de Zaragoza. Este comportamiento mercenario de los caballeros desterrados en busca de gloria y riquezas era habitual en la época. Al mando de los ejércitos del taifa, Rodrigo derrota a su antiguo amo Alfonso primero

y a Sancho Ramírez de Aragón después, en la Batalla de Morella. En Zaragoza es recibido con victoriosos gritos de "sidi", "señor".

Las tornas cambian en el 1086. Alfonso VI invade el taifa de Toledo. Ante ello, los taifas llaman en socorro a los ALMORÁVIDES (del árabe "al-Morabitum", "santón"), dinastía berebere fundamentalista del sur de África, que derrotan a Alfonso en Sagrajas.

Necesitado de caballeros para hacerles frente, el rey de León llama de vuelta a Rodrigo a sus filas. El Cid, que no puede permanecer al servicio de Zaragoza, ya que los almorávides no admiten cristianos en filas musulmanas, se reconcilia con Alfonso.

El Cid marcha a Valencia en el 1088, a defender al rey del lugar frente a las agresiones del taifa de Lérida. Encuentra la ciudad sitiada por Berenguer Ramón II de Aragón y al-Mundir de Lérida, con los que concluye acuerdos para levantar el sitio. Comienza a recuadar parias.

Ese año, Alfonso pide ayuda al Cid para ir contra los almorávides a levantar el Sitio de Aledo. Sea por imposibilidad, sea por negligencia, Rodrigo no se persona en Villena, según le ordenó el Rey, con lo que este le condena a un SEGUNDO DESTIERRO Y LE REQUISA SUS PROPIEDADES.

El Cid se convierte en un caudillo independiente de un señorío con base en Morviedro, Burriana y Peña Cadiella, donde tiene su fortaleza, y crea un señorío que tiene como tributarios los taifas de a Valencia, Lérida, Tortosa, Denia, Albarracín, Alpuente, y otros.

A los intentos de Alfonso VI, Sancho Ramírez de Aragón y Berenguer Ramón de Barcelona para recuperar el control con la ayuda de las flotas de Genova y Pisa, el Cid replica derrotándoles y saqueando la Rioja. No hay poder, cristiano o musulmán, que le haga frente.

Pero los almorávides amenazan la región, y el Cid decide llevar un paso más allá sus ambiciones. Tras un largo asedio de una año, toma Valencia en el 1094, y derrota al ejercito de socorro almorávide. El Cid es ya señor de Valencia, dominio que acrecentará en lo sucesivo.

Mantiene el Cid su primacía hasta su muerte en el 1099. Del 1098 es un documento de dotación a la catedral de Valencia, en el que leemos su firma: "ego ruderico, simul cum coniuge mea, afirmo oc quod superius scriptum est".

Traducción: "Yo, Rodrigo, igual que mi mujer, afirmo lo que está escrito más arriba".

Tras su muerte, su viuda Doña Jimena, con la que tuvo tres hijos, Diego, María (casada con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III)​ y Cristina (casado con el infante Ramiro Sánchez de Pamplona), mantuvo el señorío con apoyo de sus yernos hasta el 1102.

El poderío almorávide hace insostenible defender la ciudad, que es abandonada y saqueada. Don Rodrigo y Doña Jimena fueron primero enterrados en en Monasterio de San Pedro de Cardeña, donde tienen una capilla, para ser después llevados a la Catedral de Burgos, donde permanecen.

Hasta aquí el hilo sobre el Cid. Gracias por leer.