Thread by @Donvix

Un país con instituciones bajo ataque.

Con una autoridad omisa en todos los temas relevantes.

Con una sociedad mayoritariamente carcomida por el CO y la subcultura de la ilegalidad.

Pinta mal, mexicanos. Pinta mal.

Una película pirata le cuesta $ 10 a quien acude a comprarla.

Para poder venderse a ese precio al consumidor final, TODO el proceso debió realizarse con recursos robados. Todo, insisto.

La obra, el disco, los equipos, la gasolina con la que se movilizan los vehículos con que se distribuye, el vehículo mismo.

Y a pesar de esa obvia situación, el pueblo bueno consume con singular desparpajo esos productos.

Un teléfono móvil de gama media cuesta, en un tianguis, $800. Para poder venderlo a ese precio, el aparato es, por obligación, ROBADO. No hay forma de comerciarlo legalmente y que se ofrezca al consumidor final en ese precio.

Y sin embargo, el pueblo bueno no tiene el menor reparo en comprarlo.

Eso sí: se asegura de pedir que el vendedor se lo muestre funcionando, para que no lo vaya a "transar".

Sume usted a ese par de ejemplos otros aún más obvios, como lo son la compra de drogas o la renta de cuerpos, mercados de robusta presencia y crecimiento sostenido en este país.

La sociedad mexicana, mayoritariamente, desprecia la ley. Y así nos va a todos.

Y en ese desprecio a la ley caben TODAS las leyes, incluyendo las cívicas y las electorales... entre más sofisticado el objeto de una ley, menos proclive es el mexicano de a pie a cumplirla.

Si cumplimos con la ley de gravedad es porque no hay modo de evadirla.

Por eso cuando alguien, indudablemente de buena fe, me dice algo por el estilo de "hay que estar unidos", siento que se me cuelga de los huevos un enano con las manos muy frías: unidos EN QUÉ, o PARA QUÉ?

Ese insistencia a formar rebaños sólo porque "la unión hace la fuerza" es uno de los pecados capitales de la sociedad mexicana: no sabe para qué, pero siempre está dispuesta a seguir a otro... y suele suceder que termina en un pinche hoyo profundo y fétido.

Necesitamos, primero, un grupo amplio, no necesariamente mayoritario pero sí notable, que sepa pensar por sí mismo y que quiera tomarse la molestia de hacerlo.

Luego, necesitamos que ese grupo amplio de individuos capaces de pensar y dispuestos a hacerlo, se enfoquen en cuestiones torales: respeto a la ley, defensa de libertades esenciales, construcción de alternativas.

Y cuando se hayan logrado construir alternativas discursivas, basadas en el respeto a la ley y a la defensa de libertades esenciales, ENTONCES SÍ mamamos todo el rifle que quieran en llamar a la "unidad" y en convocar a otros individuos.

Antes NO. Es ocioso, torpe, poser, ñoño.

Por eso mi insistencia en pensar y hacer por cuenta propia: ese conjunto de individuos es el vehículo para llevar a cabo cualquier plan.

En tanto no exista, a mí no me inviten a "colectivos", "clanes", "cárteles", marchas, boicots o mamadas similares; mejor invítenme al cine.