¡No esta solo!
Seguramente usted tiene enfrente alguno de estos casos, cortesía de Manzanares Samaniego (y vía el gran @Mzavala71).
"Veinte tipologías de sentencias patológicas"
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La sentencia circular.
"Utiliza una y otra vez los mismos argumentos con la finalidad de ajustarse a las menguadas entendederas del lector o para que la resolución no quede demasiado corta".
(La implacable lógica del kilo).
La sentencia "al suspense".
"Se prodiga en ingeniosos rodeos, pistas falsas, amagos y subterfugios propios de la novela policiaca. El lector sigue la trama de sorpresa hasta llegar a un desenlace difícil de adivinar".
La sentencia "polivalente".
"Parte de unas premisas generales que nadie, ni la jurisprudencia ni la doctrina discute...
Luego "se pronuncia la fórmula mágica 'aplicando las anteriores consideraciones del caso de autos' y se obtiene el fallo... que más guste".
La sentencia "obiter dictum".
"El ponente se aprovecha de la carga de trabajo y de que sus compañeros poco objetarán a un razonamiento muy accesorio para el sentido..."
Hasta que un día "advertirá a sus compañeros que ya existe una consolidada jurisprudencia".
La sentencia "a la moralina".
El juzgador "cambia su toga de juez por la del predicador, abandona su función específica y, ya metido en camisa de once varas, fustiga según su leal saber y entender al pecador que se ha sentado en el banquillo".
La sentencia "clarividente".
"Las dificultades se solucionan... con muchos adverbios, de modo que cada silogismo se adorna con uno o varios 'naturalmente', 'evidentemente' e 'indudablemente' o con frases de similar significado".
La sentencia al "alycon".
Consiste en "la facilona técnica o martingala de solicitar el parecer al fiscal y resolver conforme al mismo. El procedimiento tendría dos actos. Primero 'al' fiscal y después 'con' el fiscal".
La sentencia Frankenstein.
"Estas sentencias son un ordenado aprovechamiento de retales, siguiendo la técnica del 'corta y pega'... El secreto consiste en lograr que las citas se acoplen bien como partes de un todo".
(Un clásico en la jurisprudencia mexicana)
La sentencia "a los mansos"
"Logra que la cuestión litigiosa acabe semiperdida entre los otros muchos problemas que el juzgador incluye, expone, analiza y resuelve sin venir mucho a cuento. Las adiciones funcionan como los toros mansos en determinados festejos"
La sentencia "al descabello"
"Se reflexiona sobre cuál sería el fallo más justo, recurriendo al sentido común por encima de una legislación deficiente, oscura o contradictoria. Luego, un par de muletazos, algún pinchazo que otro y el descabello como solución".
La sentencia "al gerundio".
En España "fue obligatoria hasta hace poco... Los razonamientos fácticos se recogían en 'resultandos' y los jurídicos en 'considerandos'".
(Nota del T.: En México, esta patología y los gerundios siguen gozando de cabal salud).
La sentencia "porosa"
"En los hechos probados se incluyen razonamientos jurídicos y con los fundamentos de derecho se mezclan algunas afirmaciones fácticas. Se trata de una práctica muy extendida pero disculpable. Los tribunales también tiene su corazoncito".
La sentencia "olla podrida"
"Como en ese plato tan español, la sentencia de igual nombre es un revoltijo donde cabe todo... El bodrio gastronómico revela fielmente la personalidad de sus cocineros, que oscila entre la ignorancia y la despreocupación".
La sentencia "coja"
Es aquella "en la que los jueces deciden prescindir, simplemente, de los hechos probados, aunque los haya. Es práctica contraria a lo dispuesto en [la ley]... pero facilita y abrevia la redacción en algunas sentencias absolutorias".
La sentencia "escolástica"
"El juzgador, a semejanza del filósofo escolástico, primero fija la meta que se propone alcanzar y sólo después filosofa –por decirlo así– para alcanzarla. No es ese, sin embargo, el mejor modo de obtener la verdad".
La sentencia "a la buena de Dios"
"Se caracteriza por su desenvuelta aproximación al fallo. Algún parecido puede ofrecer con el producto de la 'olla podrida', pero se distingue de ésta por su desenfadada ligereza".
La sentencia "gratuita"
"Es aquella que no debió dictarse porque hubo motivos suficientes para inadmitir el recurso... Basta con repetir que las causas de inadmisión se convierten en causas de desestimación".
(Versión TEPJF: inoperantes por improcedentes).
La sentencia "lecho de Procusto"
"Sentencias que hacen coincidir la pena de prisión con la prisión provisional, reinventando, ahora en sentido figurado, el 'lecho de Procusto', el bandido ático que murió sometido al mismo tormento que aplicaba a sus víctimas".
La sentencia "colombina"
"Proponen ingeniosa y/o sorprendentemente una pica donde nadie osó clavarla antes, o descubren mundos nuevos gracias a su particular lectura de los textos legales, adaptándolos a los propios deseos".
"Procede acceder a la separación que imploran el Sr X, al que no le da la real gana de soportar la tensión, como la Sra Y, que no sufriendo escarmiento, tras su primer tropezón, persiste en el mismo tono, y aduciendo el abandono, suplica una solución".