Por
Mauricio Villamil Betancourt
Basada en hechos reales.
Aviso: CONTENIDO PARA ADULTOS.
Esta parte contiene escenas de sexo explícito entre hombres. También lenguaje soez y violencia. Se recomienda discreción.
-Mírame- Me habla con tono mandatario. Vuelvo a enganchar mi mirada con la suya. Extiende su brazo y pasa suavemente su mano x el mio. Su caricia me recorre hasta el hombro. Pasa x mi cuello y baja por mi pecho. Me acaricia una tetilla⬇
-No me das miedo- logro decirle con mi voz cortada por la presión de⬇
-No me das miedo-
Gonzalo* deja de presionarme el cuello pero sigue mirándome con rabia⬇
Me suelta. Puedo respirar normal. Mi mente va a mil revoluciones. Me da la espalda, agarra el pocillo, toma un sorbo. Se detiene en el ventanal. Me mira por el reflejo del vidrio.
-¿Quién creés que soy? Me pregunta⬇
Se da vuelta y me mira otra vez con amabilidad. Hasta con ternura. ¿Cómo es posible que su cara cambie de expresión así de rapido?
-La cosa es sencilla (explica). Yo veo lo q me gusta y tengo que tenerlo-
Dejé escapar un: "pfff"⬇
Volvió a meter su mano en mi pijama y en mi entrepierna. Empecé a excitarme de nuevo. El tipo claramente es un bandido. Un matón. ¿Pero, por que me excita?⬇
-¿Y en dónde me has...-
Y antes de que pudiera terminar de hablar me besó. Esta vez... con pasión. Me tomó de la cintura, me giró y presionó mi cara contra la pared. Me bajó el pantalón de la pijama.⬇
-Dame tu babas. Mójame los dedos-
Hice lo que me ordenó. Le chupé los dedos y los salivé. Acto seguido, me abrió las piernas, tocó mi culo con sus dedos mojados...
-Dame más babas. Mójame más los dedos-
Volvió a meter sus dedos en⬇
-¿Te gusta?-
-Si- Gemí
-Vas a ser mi puto. Tu culo es mío- Siguió penetrándome con sus enormes dedos. Tocó mi próstata. Me puso a mil⬇
-Ábrete las nalgas, Mauro-
Le obedecí. Con mis manos abrí mis nalgas y me dispuse a recibirlo.
-Guíalo tu. Ponme la verga en tu culo-
Lo agarré y lo guié hasta la entrada de mis entrañas. Y ahí lo dejé. Listo para⬇
-Cójelo y métetelo- Me ordenó.
Agarré de nuevo su verga y lo introduje muy, muy suavemente.⬇
-Jueputa, flaco. Qué delicia. Estás caliente... te deseaba tanto güevón. Hace años quería que esto pasara-
Empezó a embestirme con rítmo pausado. Abre mis nalgas. Sale, entra de nuevo y vuelve a salir. Entra⬇
-Quita las manos. Aguántame flaco. Aguántame-
Hice lo que me ordenó. Quité mis manos y las puse contra la pared. Entonces tomé la iniciativa⬇
-No. Qué arrechera tan brava. No me quiero venir todavía- (Continuará)