Habrá quien no recuerde ya el accidente de tren de Galicia en 2013 que dejó 80 muertos y 144 heridos, uno de los episodios más siniestros de la cloaca infecta que es el Estado español, que, como todo régimen burgués, necesita de actores principales y actores secundarios.
No voy a extenderme demasiado en lo sabido y consabido sobre las causas del accidente. Baste recordar las repetidas advertencias, desoídas por los capos del Estado, sobre el grave peligro a la seguridad que suponía no instalar el sistema ERTMS en el tramo final del recorrido.
O la adulteración de la composición del tren deliberada y ocultada por el PSOE y el PP en comandita, de esa joya de la Corona que el AVE ha sido y es para la burguesía española, que agravó aún más el accidente y que contravenía las normas más básicas de seguridad vial.
Si algo nos enseña este caso respecto al concentrado de la economía que es la politiquería burguesa (particularmente la española, e incluyo por supuesto a sus necesarios cómplices periféricos vasco-catalanes de PNV y la vieja CiU), es recordar cómo se las gasta la burguesía.
Un recordatorio siempre necesario de a qué clase de enemigo nos enfrentamos, de que la revolución es de todo menos un juego, de que la clase capitalista y sus gestores están dispuestos a todo y contra quien haga falta con tal de hacer respetar la ley sagrada de valorizar capital.
Una clase que no duda ni dudará en hacer valer y velar sus intereses por todos los medios que sean necesarios, y que además tratará siempre de imponer sus códigos morales y las condenas necesarias, a las que por supuesto accederá gustoso también el oportunismo (Operación Cetme).
Todo lo impersonal y abstracto que es el sistema de dominación burgués cobra una asombrosa concreción personificada cuando se trata de endilgar el muerto, nunca mejor dicho, al último eslabón de la cadena. Con la anuencia cómplice de la burocracia sindical, naturalmente.
Para un repaso de esta hazaña de la burguesía patria:
La caracterización, publicada en 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 y 𝐻𝑜𝑛𝑔𝑞𝑖 bajo el título «¿Es Yugoslavia un país socialista?», que hizo la izquierda del PCCh de 1963-1964 sobre el revisionismo yugoslavo, poco después de la célebre respuesta del CC del PCCh al PCUS. ¡Dentro hilo!
La posición del PCUS de Kruschev de apoyo a la Yugoslavia de Tito en 1963-1964 contrasta con la postura mantenida tras la Conferencia de Moscú (1957). En junio de 1958, Kruschev declara en 𝑃𝑟𝑎𝑣𝑑𝑎 a la Liga de los Comunistas de Yugoslavia como «lacayos del imperialismo».
Tras el VII Congreso de la Liga, que aprueba el programa de «lucha por el socialismo bajo nuevas condiciones», el editorial de 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 tacha al partido de Tito de antimarxista, antileninista y netamente revisionista.
Lenin definió en alguna ocasión el socialchovinismo como el oportunismo maduro. Y es que el nacionalismo chovinista era y es la única política que puede defender el oportunismo, como lo atestiguó el revisionista Partido Comunista Francés de Thorez y Cía. con Argelia y Vietnam.
De entre los nueve artículos que se publicaron en 𝑅𝑒𝑛𝑚𝑖𝑛 𝑅𝑖𝑏𝑎𝑜 y 𝐻𝑜𝑛𝑔𝑞𝑖, entre septiembre de 1963 y julio de 1964, en «Sobre los defensores del neocolonialismo», se acusó tanto al PCUS como al propio PCF de ser los nuevos defensores del neocolonialismo:
No está de más recordar que la octava condición para la admisión en la Internacional Comunista (II Congreso, 1920) era explícita respecto a la cuestión nacional y colonial como piedra de toque entre comunistas revolucionarios y oportunistas chovinistas.
Las anotaciones de Lenin (𝐶𝑢𝑎𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑓𝑖𝑙𝑜𝑠𝑜́𝑓𝑖𝑐𝑜𝑠) acerca de Hegel son sin duda de las más enjundiosas de estos manuscritos en lo referente a la concepción filosófica del marxismo revolucionario. Creo que merece la pena compartir algunos de esos fragmentos.
Quizá algunos pasajes los compartiera en hilos recientes sobre la citada obra. Intentaré rescatar las reflexiones filosóficas del bolchevique de mayor interés a mi entender. Empecemos con unos extractos de la crítica de Marx y Engels a Hegel de 𝐿𝑎 𝑆𝑎𝑔𝑟𝑎𝑑𝑎 𝐹𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎.
La lógica como ciencia de las leyes del desarrollo de toda la materia.
Llevo algunos días recuperando y reivindicando por aquí lo que considero más valioso de los 𝐶𝑢𝑎𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑓𝑖𝑙𝑜𝑠𝑜́𝑓𝑖𝑐𝑜𝑠 de Lenin para el rearme de la concepción revolucionaria del mundo. Me van a permitir que hoy traiga solo al Lenin más hater y troleador.
Las notas que aparecen a izquierda y derecha son del ruso. No sé si se opinará igual al respecto, pero a mí me parecen divertidas y, por qué no, también un estímulo para seguir estudiando críticamente esta obra. Empezamos con la tanda de «¡ja, ja!» (separados, como manda la RAE).
Lenin descojonándose de:
-la idea de la forma de Estado como consustancial a la esencia del hombre;
-la noción de la idea como creadora de la naturaleza.
He recopilado algunos fragmentos, a mi juicio muy interesantes, de los 𝐶𝑢𝑎𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑓𝑖𝑙𝑜𝑠𝑜́𝑓𝑖𝑐𝑜𝑠 de Lenin sobre la filosofía de Kant. Crítica, la del revolucionario ruso, muy influenciada por la lectura de Hegel y, por supuesto, de Marx y Engels. ¡Dentro hilo!
Para hacerlo lo menos extenso posible, me limitaré a exponer sin más, y que cada cual saque sus propias conclusiones, las acotaciones y notas de Lenin, además de las múltiples citas de Hegel a propósito de Kant y el kantismo (de las que solo he seleccionado algunas).
Solo dejaré esto que recientemente compartí por aquí (
«Una de sus amigas [de Rosa Luxemburg] y pioneras en la lucha feminista, la también alemana Clara Zetkin...» (Caballé).
El enésimo ejercicio de mixtificación histórica de las comunistas por parte del movimiento femenino burgués, es decir, del feminismo. ivoox.com/rosa-luxemburg…
Con el permiso de Caballé y su muy creativa acepción de lo que significa ser pionero de algo, dejemos que sea Zetkin, la «pionera del feminismo» (chiste del siglo), la que hable:
Dado que la exposición de las divergencias entre Luxemburgo y Lenin a cuenta del problema nacional es falaz (por ignorancia o malicia), recomiendo encarecidamente varios fragmentos dedicados a ello de este trabajo del Comité por la Reconstitución: reconstitucion.net/Documentos/LP_…