Esta es una historia que escrita en pasado aún hoy nos influye.
Con un protagonista humilde, un par de amigos, muchos epidemiólogos y el fármaco más famoso de la historia.
Les invito a prestar atención a este #HiloYTal
Pónganse cómodos para un viaje en el tiempo...
UN PROTAGONISTA HUMILDE
Sidney 1951
El doctor Reye no entendía lo que había visto.
Regresaba al despacho tras una autopsia.
Sentía frío en su frío.
Buscó su máquina de escribir y comenzó el informe.
"Daño en cerebro e hígado. No signos de infección".
Se detuvo.
El paciente tenía 10 meses.
Necesitaba respirar.
A su alrededor orbitaba el hospital Royal Alexandra, uno de los mejores centros pediátricos del mundo.
Sus trabajadores eran la punta de una lanza destinada a cuidar niños.
Un arma contra el dolor en la infancia.
El doctor Reye era patólogo.
Un hombre tranquilo y sonriente.
Trabajador de los silencios y el microscopio.
Capaz de poner nombre y apellidos a las dudas de su compañeros.
"Dame un tejido y te doy respuestas" solía repetir.
Recibió la llamada de los pediatras al finalizar su turno.
El paciente, un niño de 10 meses, había fallecido tras sufrir vómitos, alteración de conciencia y gritos durante más de un día.
No había respondido a ningún tratamiento.
Ignoraban qué había ocurrido.
El resultado de la autopsia fue claro.
Reye sabía que ese niño no estaba infectado.
Tenía lesiones en cerebro e hígado que no había visto nunca.
No entendía qué había causado aquello.
Al terminar el informe decidió iniciar un archivador nuevo.
Ese caso excepcional merecía estar solo.
También pensó que ojalá nunca se viera acompañado.
Se equivocó.
El archivador, cada vez más desgastado y manoseado, se vio repleto de papeles escritos a máquina.
Niñas y niños.
Todos con lesiones semejantes.
Muchos de ellos con evolución fatal.
En el hospital los compañeros ya murmuraban un nombre ante aquellos niños con extraña clínica.
Síndrome de Reye.
Y el doctor recorría los pasillos haciéndose una promesa.
Algún día esa carpeta no recibiría más casos.
Acumularía polvo en la repisa.
No se volvería a usar.
UN PAR DE AMIGOS
Sidney 1961
Jim Baral llevaba unos meses en el hospital.
Apenas había tenido tiempo de conocer a sus compañeros.
A su lado otro joven patólogo llamado Graeme Morgan comenzaba con él la aventura de aprender de los mejores.
Un mundo nuevo para ambos.
Una amistad a primera vista.
En uno de los primeros días de trabajo, mientras observaban una muestra de sangre, escucharon algo que no entendieron.
¡Otro síndrome de Reye!
Alzaron la mirada.
Un enfermero les acercaba un tubo con un líquido rojo.
Se marchó sin decir más.
Los dos amigos dejaron lo que estaban haciendo y tomaron su libro de referencia para buscar aquel síndrome.
No lo habían escuchado nunca.
Buscaron entre las páginas.
No existía.
¿Qué estaba pasando?
Ambos, sorprendidos, buscaron al enfermero que les trajo las muestras. Este, sonriente, les dijo que solo tenían que ir al despacho de su jefe.
Los dos marcharon hacia allí y al golpear la puerta comprendieron.
Podían leer ahí la respuesta.
El doctor Reye les esperaba.
Baral y Morgan observaron al doctor tomar su archivador.
Abrirlo.
Después este lo giró y ambos comenzaron a pasar páginas.
Detectaron el patrón y comprendieron qué le pasaba al niño cuya sangre acababan de recibir.
Reye observaba curioso.
Tras unos minutos de lectura ambos cerraron la carpeta.
Su jefe les observaba curioso.
Baral no pudo reprimir la pregunta.
- ¿Por qué no lo publica?
- Necesito ayuda - dijo Reye.
- Nosotros se la proporcionaremos - completó Morgan.
Los dos jóvenes revisaron las historias clínicas incluidas en esa carpeta.
También incluyeron aquel caso que les hizo separarse del microscopio.
Veintiun niños.
Catorce niñas.
Diecisiete fallecidos.
Analizaron el antes y el durante.
Qué habían tomado, qué les pasó y los tratamientos infructuosos.
Definieron clínica y resultados de laboratorio.
Describieron el síndrome de Reye... pero omitieron un dato.
Ese dato era la llave para un terremoto.
MUCHOS EPIDEMIOLOGOS
Sidney 1963
La revista Lancet recibía en el año 1963 un artículo firmado por tres patólogos australianos.
Los autores describieron en aquel trabajo una nueva enfermedad en la infancia.
Lo nuevo contado distinto.
Miles de ojos de miles de médicos veían descrito por primera vez un síndrome extraño y fatal.
Algunos de esos ojos estaban en Sidney.
En el centro nacional de epidemiología.
A unos metros del terremoto que iba a tener lugar.
La revista pasó de mano en mano.
Los especialistas leían aquellos hallazgos sorprendidos.
¿Por qué solo en Sidney?
¿Por qué siempre igual?
Entre interrogaciones establecieron una primera reunión de trabajo.
Debían investigar.
El télefono del doctor Reye no dejó de sonar durante días.
Él, afable y cercano, prestó su archivador para que los epidemiólogos pudieran revisar las historias.
Baral y Morgan colaboraron.
Evaluaron cada nota.
Cada dato.
Es ahí cuando lo encontraron.
En las hojas analizadas observaron que los niños compartían tres cosas en los días previos al comienzo de la pesadilla.
Infección por gripe.
Fiebre.
Uso de antitérmicos.
Sobre las dos primeras no podían intervenir.
Sobre la tercera era necesario preguntar.
De este modo llamaron a los padres de cada niño.
Pocas cosas duelen más que las preguntas sobre lo que pudiste cambiar.
Y los padres respondieron con dificultad sobre lo vivido.
Haciéndose daño en la memoria.
Apenas capaces de hablar.
Los epidemiólogos completaron sus cuestionarios y pusieron sus notas en común.
La mesa de reuniones parecía oscilar sobre el humo de los cigarrillos.
De todo lo encontrado una palabra les hacia sospechar.
Y pensaron en cada casa con ella en su botiquín.
Once de aquellos niños tenían un fármaco en común.
Preguntaron a Baral y Morgan sobre por qué no lo habían preguntado.
Respondieron que sí lo hicieron, pero lo obviaron.
En aquel despacho el silencio era un cristal a punto de romperse.
- Señores, tenemos que abordar este problema - sorprendió a todos Reye.
Los muchos epidemiólogos se miraron.
- Ese fármaco está en todas partes - completó Baral.
Mientras Morgan garabateaba tres palabras.
"Es... la... aspirina".
EL FÁRMACO MÁS FAMOSO DE LA HISTORIA
1964 - 2003
En todas partes
La asociación de la aspirina con el nuevo síndrome levantó suspicacias entre los empresarios dueños de su fórmula.
Pero la evidencia es pertinaz y constante.
Lo que va a ocurrir, ocurrirá.
Lo que es, será.
Así en 1964, en Carolina del Norte, el grupo de un joven doctor apellidado Jonhson describe cuatro casos muy semejantes al síndrome de Reye en un grupo de seis niños con gripe B.
El trabajo de Reye había encendido una mecha.
A estos artículos le siguieron observaciones en Ohio, Michigan y Arizona.
Casos que alcanzaban las revistas científicas y trasladan de unos a otros las mismas preguntas.
¿Y si...?
Hasta el año 1980 en el que una mujer hizo temblar a las farmacéuticas.
La doctora Karen Starko lideraba un pequeño grupo de trabajo.
Dueña de una mente en busca de respuestas.
Para ella lo que había descrito Reye era más obsesión que ciencia.
La aspirina estaba en los hogares.
La gripe podía cruzar cualquier puerta.
En el año 1979 un brote de gripe A en un colegio le permitió investigar.
Comparó un grupo de niños con síndrome de Reye con otros que no lo tuvieron.
Si la aspirina tenía un papel deberían encontrar diferencias.
Y acertó.
El fármaco era un amigo siniestro.
Este hallazgo se publica en 1980 y obliga al CDC estadounidense a realizar una advertencia.
Los pasillos de las farmacéuticos dudan de lo publicado.
¿Cómo es posible que esto no se hubiera descrito antes?
En realidad era sencillo, lo que no se "ve" no se "piensa".
Se describen más de 500 casos solo en Estados Unidos en 1980.
De este modo, en 1986, la FDA decide dar un paso irrevocable.
La aspirina no podrá ser usada en niños en caso de gripe o varicela.
Esta decisión arrastra al mundo y la aspirina desaparece de las casas.
En España desde 2003 requiere receta médica.
En el momento actual ante un síndrome de Reye se deben descartar enfermedades metabólicas.
Sin aspirina no hay síndrome salvo que haya otro problema.
HOY Y AHORA
2021
Como les dije esta historia comenzó con un protagonista humilde.
Sin ambiciones.
El doctor Reye se jubiló a los 65 años.
Murió un día después de forma inesperada.
Diecisite de julio de 1977.
Falleció ignorando los descubrimientos posteriores a su trabajo.
Nunca pensó que su apellido se vincularía para siempre con el fármaco más conocido.
Morgan y Baral continuaron con su legado.
La doctora Starko influyó de forma determinante la farmacovigilancia.
Todavía hoy en el hospital Royal Alexandra de Sidney, en un viejo despacho, una estantería repleta se alza desgastada.
En una de sus baldas descansa una carpeta cubierta de polvo.
No recibe más informes.
Y todos sonríen al verla.
Recuerdan que alguien cumplió su promesa...
PD: todo lo descrito en el hilo está basado en hechos reales. Las personas y hechos comentados tuvieron el papel que se indica en esta historia.
PPD: de alguna manera es la segunda parte de esta otra historia de aquí debajo.
PPPD: esta foto no es de Reye, pero me vino que ni al pelo.

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15 Aug
Las vacunas:
1️⃣ Disminuyen la probabilidad de enfermedad sintomática, hospitalización y muerte. MUCHO.
2️⃣ También disminuyen la probabilidad de contagiarse. Si esto no fuera así tendríamos HOY y AHORA muchísimos más casos.
El 1️⃣ se repite mucho pero el 2️⃣ se obvia.
No citar el 2️⃣ está provocando que mucha gente dude de estas vacunas. ¿Para qué vacunarse si me contagio igual? La cuestión es que el riesgo de contagio también es menor, eso debemos decirlo.
Estas vacunas están sometidas a una presión de transmisión viral elevadisima.
En ese contexto no hay vacunas infabalibles evitando los contagios.
👉🏻 Varicela.
👉🏻 Sarampión.
👉🏻 Neumococo.
👉🏻 Rotavirus.
👉🏻 Gripe.
👉🏻 Meningococo.
En todas ellas con transmisión alta hay contagios. E incluso contagio desde portadores asintomáticos (neumococo).
En todas.
Read 7 tweets
6 Aug
Me gustaría aclarar dos aspectos acerca de las vacunas para #SARSCoV2 en mayores de 12 años.
Entiendo y respeto las dudas que pueda generar, pero creo que puede ser de interés hablar sobre el concepto "experimental" y el beneficio/riesgo derivado de su uso.
1⃣ "Experimental"
En nuestro país la inmensa mayoría de los padres vacunan a sus hijos. Disponemos de una cobertura excelente que se basa en la confianza en las vacunas y en quien se las recomienda.
Leo que a estas nuevas vacunas se las tilda de "experimentales".
Veamos.
Debéis saber que las fases III (donde se estudia la seguridad) de la mayoría de las vacunas que reciben los niños no tienen ni de lejos un número de niños incluidos como la de #SARSCoV2
Otras vacunas han sido aprobadas con menos de 500-600 niños incluidos.
Read 16 tweets
4 Aug
Hoy se ha publicado este trabajo sobre #COVID19 grave y el papel de activación de los neutrófilos y monocitos.
Y es una publicación que une a los adultos y a los niños.
Además corrobora algo que nuestro grupo lleva observando meses.
Estoy contento.
journals.sagepub.com/doi/10.1177/20…
Monocitos como neutrófilos tienen receptores para #SARSCoV2
También expresan en superficie una proteína (inmunoglobulina) llamada CD64. Ésta surge en contexto de inflamación. Al principio se pensaba que solo en caso de bacterias, con el tiempo se vio que también en virus.
Ese interés nos hizo estudiarlo en bronquiolitis aguda.
pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29485692/
Read 17 tweets
4 Aug
👉 Excelente trabajo en Reino Unido sobre niños en edad escolar y #SARSCoV2 confirmado.
👉 La inmensa mayoría tiene clínica una semana.
👉 4 de cada 100 refiere algún síntoma al mes, 1 de cada 100 a los dos meses. Visto en otras viriasis.
👉 Sobre todo en mayores de 12 años.
En estas figuras se describen los síntomas en función de la edad tanto al diagnóstico como en función de su duración. ImageImage
El trabajo tiene ciertas limitaciones. Una de ella es ser muy estrictos en la inclusión por PCR para estudiar casos "verdaderamente positivos". Esto es una virtud pero algunos críos podrían haberse escapado al no cumplir criterios para hacerla (asintomáticos).
Read 5 tweets
29 Jul
En los últimos días se está hablando mucho de vacunas frente a #SARSCoV2 y embarazo.
Unos apuntes en un #HiloYTal
1. Las vacunas en este grupo de población están RECOMENDADAS en el embarazo. Sobre todo si existen enfermedades previas o factores de riesgo.
Hablad con vuestra matrona u obstetra.
bit.ly/3f7xNos
2. Las indicadas preferentemente son las de ARN mensajero.
Read 14 tweets
21 Jul
En relación a la oleada de #SARSCoV2 hay un punto que me preocupa considerablemente. Hay mucha gente que abrasada por datos se percibe en marzo de 2020.
Y eso hace dudar de vacunas o de si ha cambiado algo.
¿Para qué tanto esfuerzo?
¿Cómo ser optimista?
¿Es realista eso?
En el momento actual es objetivo que la situación ha cambiado, el baile de números y el estallido de casos se mezclan con el hartazgo de sanitarios.
Soy intensivista pediátrico y estoy HARTO de esta mierda.
Mis compañeros de adultos aún más.
¿Cómo ser optimista?
Iré por pasos.
Haré 4⃣ puntos.
Para no enrollarme.
Utilizaré bastante la palabra "objetivo" o sus derivados.
Aviso.
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