1. Pablo Escobar nació, vivió, mató y, finalmente, murió bajo el signo de la violencia. Ningún delincuente del siglo XX fue capaz de tanta sangre derramada para alcanzar sus ambiciones de riqueza y poder. Ninguno.
HILO.
2. El joven Escobar ansiaba ser alguien importante. Ni los libros ni el trabajo duro le parecían formas suficientemente rápidas de lograrlo. Mejor hacer carrera al otro lado de la ley con una actividad ya establecida en Medellín: la cocaína.
3. Escobar cimentó su emporio con una sencilla regla: plata o plomo; dinero para quien se plegara a su voluntad y muerte para quien se interpusiese en su camino. Hizo cumplir la máxima en Colombia y también en los Estados Unidos, su principal mercado.
4. Escobar prefería una tumba en Colombia que una celda en Estados Unidos. Por eso su empeño en que su país revocase el acuerdo de extradición. Como si tenía que meterse en política. Eso hizo en 1982. Salió elegido representante.
5. Forzado a abandonar la política en 1984, Escobar declaró la guerra al Estado. No solo ordenó el asesinato de políticos, sino de jueces, fiscales, policías, militares y periodistas; también, de familiares de todos ellos.
6. Desbordado por los acontecimientos, el presidente Gaviria firmó un decreto por el cual bastaba que los narcos se confesasen culpables de un único delito; a cambio, cumplirían una simbólica condena. Escobar se entregó a las autoridades el 19 de junio de 1991.
7. Tras poco más de un año en una cárcel de su propiedad, Escobar huyó. El rastreo de meses por las montañas y los suburbios de Medellín lo protagonizó el Bloque de Búsqueda, cuerpo de élite de Policía Nacional de Colombia, con asistencia de Estados Unidos.
8. En el otoño de 1992, Escobar enfrentó una dificultad añadida: la aparición en escena de Los Pepes. Cada vez que el capo ordenaba un atentado, los Pepes respondían golpeando donde más le dolía: sus propiedades y las vidas de sus colaboradores y allegados.
9. Fue el Bloque de Búsqueda, y no Los Pepes, el que se cobró la pieza. El 2 de diciembre de 1993 una patrulla localizó una llamada de Escobar en Medellín. Tras verse rodeado, el narco trató de huir. Cayó abatido de tres disparos. Ese día, Colombia fue un país mejor.
Comparto con vosotros este vídeo de @academiaplay sobre Pablo Escobar, con guión mío. Ha sido un trabajo de meses. ¿Pero lo que hemos disfrutado? Ojalá vosotros también.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
1. ¿Os acordáis de esas americanadas de acción en las que para salir de apuros al protagonista le bastaba decir que era ciudadano de los Estados Unidos? Pues hoy el pasaporte ante el que los malos se lo piensan dos veces es otro: el chino.
HILO.
2. Este es Leng Feng, el equivalente chino de Jason Bourne, Jack Ryan o Rambo. Feng es el héroe de 'Wolf Warrior', cuya secuela -'Wolf Warrior II'- es la peli más taquillera de la historia de China. ¡Y fijaos si hay chinos en China!
3. Leng Feng es un veterano de las fuerzas especiales. El tío es una máquina en el campo de batalla, una máquina en la cama y una máquina en la barra del bar. Por resumir: un hombre de acción, un tipo duro. Irene Montero diría de él que es un machirulo. Solo por eso nos cae bien.
1. Hace poco entrevisté a David Summers. Documentándome, descubrí la historia detrás de la canción 'Devuélveme a mi chica' (popularmente conocida como 'Sufre mamón'). ¡Con lo que nos gustan por aquí las historias detrás de las canciones! Os cuento esta.
HILO.
2. La chica de la canción se llamaba Macu y fue el primer amor de David. Él tenía 16 y ella, 15. Eran vecinos del Parque de las Avenidas, barrio madrileño asomado a la M30 y escenario de tantas canciones de los Hombres G.
3. Macu se fue con un niño pijo... porque ella era una niña pija. ¿Y David? Por esa época, él y sus amigos parecían una versión cheli de los Sex Pistols, con sus pelos de punta, sus chupas de cuero, sus vaqueros rotos... Normal que al padre de Macu no le hiciese ninguna gracia.
1. ¿Leer o no leer? La pregunta surge siempre que imparto una sesión sobre cómo hablar en público. ¿Mi respuesta? La cosa no va tanto de leer o no leer. Va de dónde tenemos fija la mirada al hablar. Me explico con un HILO.
2. Si hablamos con la vista puesta en un montón de papeles, no captaremos la atención del público. Sin embargo, hay ocasiones en las que ha de primar la exacta literalidad del mensaje por encima de otras consideraciones, como el interés de aquellos a los que nos dirigimos.
3. ¿Cuándo nos está permitido leer íntegro un discurso, sin levantar la vista del papel, con riesgo de aburrir al personal? Cuando somos el rey de Inglaterra, arrastramos un severo problema de tartamudez y tenemos que declararle la guerra a la Alemania de Hitler. Por ejemplo.
Si Felipe de Edimburgo sale con vida de esta y alcanza los cien años, no será ningún logro. Logro es que la corona inglesa haya sobrevivido a las continuas meteduras de pata del consorte a lo largo de las décadas. Vamos con una selección de impertinencias ducales.
HILO.
1. “¿A qué distrito representa usted?”, preguntó en una ocasión a un parlamentario. “Stoke-on-Trent”, respondió, orgulloso, el pobre infeliz. “¡Qué lugar más espantoso!”.
2. A una joven rubia despampanante, fijando su mirada en el escote: “Le bajaría la cremallera. ¡Pero me arrestarían!”.
1. Imparto cursos de oratoria y me gusta poner como ejemplo a Jiménez Losantos. "¡Pero si no pronuncia la erre, apenas levanta un palmo del suelo, los trajes le caen mal y anda todo el día enrabietado!", me dicen los alumnos. Y yo respondo: "Por eso mismo".
HILO.
2. "¿Y por qué no Luis del Olmo?", insisten los asistentes a mis cursos. No les falta razón: el tío tiene buena planta, viste de sastre, ha gozado del favor del gran público y tiene una dicción perfecta. Precisamente por todo eso, no me sirve. Me explico.
3. Navidad de 2007. Federico y Del Olmo se van a ver las caras, después de años atizándose cada mañana desde sus respectivos programas. El escenario del duelo será una gala en Ponferrada, patria chica de Del Olmo. Este tiene de su lado al público, bastante numeroso, como se ve.
1. Genovese. Gambino. Lucchese. Colombo. Bonanno. No son cinco apellidos escogidos al azar de los listines telefónicos de Sicilia, Nápoles o Calabria. Son las cinco familias de la mafia de Nueva York, cuyos miembros siguen operando hoy, solo que sin la fuerza de antes.
HILO.
2. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, decenas de miles de inmigrantes procedentes de Italia desembarcaron en Ellis Island, Nueva York. No pocos lograron prosperar. Otros, los menos, prefirieron alcanzar el sueño americano con métodos al margen de la ley.
3. Entre los últimos se encontraba Salvatore Lucania, más conocido como Lucky Luciano. Fue -con Al Capone- de los primeros mafiosos en aplicar al crimen criterios de organización empresarial. Para ellos nada era personal; eran solo negocios.