Es una de esas preguntas que no podemos evitar dejar de hacernos. ¿Hay vida avanzada en otros lugares de la galaxia? ¿Y la vida simple? ¿Podemos esperar encontrarla en otros lugares? Puede que nuestro propio Sistema Solar tenga algunos mundos propicios para ello… ¿Sabes cuáles? 
Hasta el momento no sabemos de vida más allá de nuestro planeta. Sin embargo, si la hubiese en el Sistema Solar… ¿en qué lugar podemos esperar encontrarla? ¿cuál es el más probable? En este hilo vamos a repasar los más probables, comenzando con los que parecen más prometedores.
Si elaborásemos un ránking de los lugares con más posibilidades, del Sistema Solar, Encélado estaría en lo más alto de la lista. En ese sentido no hay discusión posible después de los hallazgos de los últimos meses. Hablé del satélite de Saturno aquí:
Tiene agua en estado líquido, oculta bajo una enorme capa de hielo. Además, posee una fuente de energía en forma de procesos hidrotermales. No hay ningún lugar en este rincón de la Vía Láctea que nos invite a soñar tanto como este diminuto mundo, de apenas 500 km de diámetro.
La parte negativa es que por ahora no hay ninguna misión planeada a Encélado. Es probable que la NASA, y el resto de agencias, quieran convertirlo en un objetivo prioritario para sus investigaciones tras los últimos hallazgos, pero por ahora no hay novedades en ese sentido.
Además, no es un gran consuelo si tenemos en cuenta los plazos que requieren estas misiones. Aunque se estuviese planificando en estos instantes, tardaríamos años en poder lanzarla. Eso sin contar con el tiempo necesario para llegar hasta allí y realizar nuestras investigaciones.
Por lo que tenemos un lugar muy tentador pero por desgracia no tenemos ninguna manera rápida de llegar hasta allí. Bueno lo correcto es decir que no tenemos ninguna manera rápida de llegar a ningún otro lugar del Sistema Solar. Nuestra tecnología todavía no es tan avanzada.
Incluso las misiones a Marte necesitan años de planificación, y por desgracia no todas las que hemos enviado hasta allí han llegado a buen puerto. En esto no hay nada asegurado. Una misión planificada durante años podría irse al traste en cuestión de segundos. Lo hemos visto.
Por ejemplo, cuando llega el momento del aterrizaje… Quizá recuerdes la misión ExoMars, que mandó al planeta rojo dos componentes. Por un lado un satélite que está en su órbita, y por otro lado una sonda (Schiaparelli) que debía aterrizar en el planeta, pero que se estrelló.
Pero dejemos estas consideraciones a un lado. Nuestro siguiente objetivo en la lista debería ser otro satélite. En esta ocasión de Júpiter. Uno de los descubiertos por Galileo Galilei. Europa tiene puntos comunes con Encélado. Hablé de este satélite aquí:
Como Encélado, Europa también está congelado y, bajo su hielo, oculta un océano. Así que tenemos uno de los dos ingredientes imprescindibles para la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Sin embargo, todavía no se han visto columnas de vapor de agua, pero podría haberlas.
Si se confirmase, sería un paso enorme en muchos sentidos. La presencia de esas columnas (procedentes de géiseres) indicaría que Europa es muy similar a Encélado. Quizá su océano sea tan rico en calor y químicos como el del satélite de Saturno. Pero por ahora es una conjetura.
Si pudiésemos confirmar algo así, las implicaciones serían muy intrigantes. Significaría que tenemos dos lugares en el Sistema Solar con condiciones razonablemente parecidas para permitir que surja la vida. Otra cuestión sería comprobar si ambos la habrían desarrollado.
Si eso es común en nuestro pequeño hogar cósmico. La siguiente pregunta sería inevitable. ¿Cuántos planetas y satélites de la Vía Láctea tienen estas mismas condiciones? Quizá es aun más fascinante al saber que la NASA está trabajando en una misión con destino a Europa.
Se llama Europa Clipper, y entre sus objetivos estará el de analizar esas columnas de manera detallada. Siempre que las volvamos a observar (desde el telescopio Hubble en 2013, no se han vuelto a ver). Habrá que estar muy atentos a lo que pasa en este sentido próximamente.
El tercer puesto no lo ocuparía otro mundo oceánico, sino un viejo conocido. Sabemos que las condiciones en Marte no son las más apropiadas para la vida. Sin embargo, también hemos visto señales muy tentadoras que invitan a pensar que quizá podamos encontrar algo.
Bajo la superficie helada de ese mundo desértico podría haber agua salada. Ese agua podría ser el hogar de formas de vida capaces de tolerar estas condiciones tan extremas. En el pasado, además, fue un lugar muy diferente. Sabemos que pudo parecerse mucho a la Tierra.
Tuvo océanos, volcanes y una atmósfera tan densa como la nuestra. Era rica en dióxido de carbono, pero eso no hubiera sido un impedimento para la vida microbiana. Tenían todo lo necesario: calor, los bloques básicos de la vida y agua. Pero faltaba un componente esencial…
Porque el planeta rojo no tiene un campo magnético como el de la Tierra. Esto provocó que no fuese capaz de retener su atmósfera. Con el tiempo, ese mundo idílico, quizá muy parecido a la Tierra, se convirtió en el lugar frío, seco y árido que conocemos en la actualidad.
Aun así, la vida pudo tener oportunidades para aparecer y para evolucionar. Así que la gran pregunta es… esa vida, suponiendo que llegó a aparecer y evolucionar. ¿Tuvo la oportunidad de adaptarse para poder sobrevivir a las condiciones extremas de la actualidad?
La respuesta es que, sencillamente, no lo sabemos. A pesar de que llevamos desde los años 70 visitando Marte, todavía no sabemos si hay vida. Hay evidencias que nos invitan a pensar que algunas formas de vida podrían sobrevivir en esas condiciones:
Tras estos tres mundos, entramos en el terreno de las posibilidades más exóticas. A bote pronto, Venus no parece el lugar más acogedor del Sistema Solar. Al igual que pasa con Marte, creemos que pudo ser habitable en el pasado. Quizá incluso tuviese océanos, como la Tierra.
Está en la zona habitable del Sistema Solar. Así que en algún momento del pasado es posible que reuniese las condiciones ideales para permitir que apareciese la vida en su superficie. Pero de lo que pudo ser una vez ese mundo, no queda nada. Ni siquiera el recuerdo.
En la actualidad todo lo que sabemos es que es un lugar infernal. No solo por sus elevadas temperaturas (es el planeta más cálido de todos), también por su insoportable presión. Es tan alta como la que experimentaríamos a 1 kilómetro de profundidad en los océanos de la Tierra.
Para que te hagas una idea, la temperatura en su superficie es tan elevada que podríamos fundir plomo. Además, por si este escenario no fuese suficiente, sabemos que su atmósfera es rica en ácido sulfúrico. Así que el panorama no es que resulte especialmente esperanzador.
Todo invita a pensar que es imposible que haya vida. Pero al igual que con Marte, la pregunta es inevitable. ¿Pudo haber vida en el pasado? Quizá la respuesta sea que sí. ¿Pudo evolucionar y adaptarse? También podría decirse que sí. Pero las cosas se complican sobremanera.
Suponiendo que haya algo vivo en Venus, y es mucho suponer, no estará ni remotamente cerca de la superficie. Si hubiese alguna forma de vida extremófila, adaptada a entornos muy extremos, su refugio probablemente esté en las profundidades del planeta. Así que sería todo un reto.
No solo porque tendríamos que diseñar un vehículo que pudiese soportar las condiciones extremas de su superficie, sino porque también debería ser capaz de realizar perforaciones a grandes profundidades. Es una misión muy complicada para una mínima posibilidad de que hubiera vida.
Siguiendo en el campo de lo más exótico, tenemos que volver a los satélites. De nuevo, a uno de Saturno, pero este no tiene nada que ver con Encélado. Es un mundo muy diferente a la Tierra y, quizá, esa pueda ser su ventaja. Me refiero a Titán:
Las condiciones de Titán son completamente diferentes a las de nuestro mundo. Su temperatura media en superficie son unos nada cómodos -179ºC. Sin embargo, experimenta el mismo ciclo hidrológico que podemos observar en la Tierra, con una excepción muy importante.
En lugar de agua, el elemento responsable de ese ciclo, en Titán, es el metano líquido. Aunque pueda parecer inimaginable, este satélite tiene ríos, lagos, nubes, viento, lluvia. Todo lo que podríamos esperar encontrar, pero no en las condiciones que a nosotros nos gustaría.
Sin embargo, que a la vida de la Tierra no le parezca un buen entorno para prosperar no quiere decir que sea inhabitable. ¿Qué formas de vida, con una base diferente a la nuestra, podrían sobrevivir allí? No lo sabemos. Pero sí que podemos hacer algunas suposiciones.
Seguramente, tendrán poco en común con lo que vemos a nuestro alrededor. Es una posibilidad intrigante. A fin de cuentas, nada dice que la vida tenga que estar apoyada en los mismos elementos que la de la Tierra. En ausencia de agua, el metano podría cumplir esa función.
Así que quizá la vida pueda aparecer en un lugar, a priori, tan diferente como Titán. La posibilidad de que pueda haber vida tanto en Encélado como en Titán me resulta muy tentadora. Si en dos lugares tan cercanos hubiese formas de vida tan diferentes, sería increíble.
Es imposible no dejar escapar la imaginación y pensar en las infinitas combinaciones de formas de vida variopintas que podríamos encontrar por toda la galaxia. Pero, por ahora, eso no son más que deseos sin ninguna base en la que apoyarse. Primero hay que encontrar vida.
Sigamos con nuestra lista. Vamos a suponer que las condiciones de Titán son demasiado frías. Ío, un satélite de Júpiter, sería más acogedor… hasta cierto punto. Es poco probable que pueda haber vida en su superficie. Es un tobogán de temperaturas difícil de aguantar.
Podemos pasar tranquilamente de miles de grados sobre cero (cerca de sus volcanes) a cientos de grados bajo cero en poco tiempo. La mayor parte de la vida, tal y como la conocemos, no se lleva bien con los cambios extremos de temperatura. Los de Ío son muy pronunciados.
Así que no parece que pueda haber vida en esa superficie en la que lagos de roca fundida y campos de azufre congelado comparten el paisaje. Además, tenemos el inconveniente de Júpiter. Emite tanta radiación que es complicado pensar que la vida pueda sobrevivir y adaptarse.
Sin embargo, al igual que en otros casos ya expuestos, puede que las condiciones bajo la superficie sean diferentes, mucho más acogedoras. Sabemos que la vida puede sobrevivir bajo tierra. Lo hemos visto en nuestro planeta. Así que no podemos descartar que Ío pudiese tener vida.
Puede que apareciese hace mucho tiempo y que nunca, absolutamente nunca, haya tenido la necesidad de salir a la superficie. A diferencia de nuestros ancestros, que salieron de los océanos para poblar el resto de lugares del planeta, puede que allí las cosas fuesen diferentes.
En ese caso, las formas de vida que hubiese. Si las hay, con toda probabilidad seguirían viviendo exactamente allí donde aparecieron por primera vez. Bajo su superficie. Sin embargo, es solo una posibilidad que no tiene mucho en lo que apoyarse. Ío no parece apropiado.
Para terminar, quiero comentar que si tuviésemos que hacer una lista con todos los objetos del Sistema Solar, Plutón no estaría en lo más bajo, pero ciertamente tampoco entre los primeros lugares en los que pensar cuando hablamos de poder encontrar vida:
Sabemos que el planeta enano es un lugar único y con características poco comunes. Es posible que tenga un océano bajo su hielo. Sin embargo, no recibe ese calor que llega a los océanos de Encélado y Europa gracias a las interacciones gravitacionales con sus respectivos planetas.
Plutón tiene amoniaco. Pero la cantidad necesaria para mantener un océano en estado líquido es tan elevada que, quizá, ni siquiera las formas de vida más extremas sean capaces de adaptarse a esas condiciones. A lo mejor aún no es el momento de Plutón, por raro que parezca.
Puede que el momento, de que la vida surja allí, llegue dentro de miles de millones de años. Cuando el Sol se haya convertido en una gigante roja y, con su crecimiento, la zona habitable del Sistema Solar se expanda muy lejos de los dominios de la Tierra:
Lo que sí sabemos es que toda la vida, en nuestro planeta, procede de un único ancestro que nació en un entorno de agua caliente. Lo que no sabemos es si esta es la única forma de que aparezca la vida. ¿Solo sirven estas condiciones y estos elementos? ¿O hay otras posibilidades?
Quizá ese ancestro primitivo pueda surgir en condiciones muy diferentes a las de la Tierra. Pero, hoy por hoy, no lo sabemos. La única forma de descubrirlo es estudiar el universo y nuestro propio Sistema Solar. Las próximas misiones nos acercarán poco a poco a comprenderlo.
Todo esto sin considerar la posibilidad de que pueda haber vida en otros lugares de la galaxia. El problema es que, en este sentido, las dificultades aumentan considerablemente. Pero también las posibilidades, podríamos encontrar vida inteligente:
Sea como fuere, muchos de nosotros, alguna vez, nos hemos hecho esa gran pregunta. ¿Estamos solos en el universo? Es una demostración de que somos curiosos por naturaleza. Desconozco la respuesta, pero el ser humano está cada vez, un poquito más cerca de descubrirlo.
La respuesta no tiene por qué gustarnos. El universo no tiene la obligación de cumplir nuestros deseos. Quizá descubramos que sí hay vida inteligente, o quizá no. Pero, como decía Carl Sagan, “es mejor una cruda verdad que una mentira reconfortante”:
¡Fin del hilo!
¡Ya está el hilo disponible como Momento de Twitter!
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