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Le Carré Vil @SVilarino
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Cuando más aprendo sobre la antigua NASL (North American Soccer League) más creo que esos tipos tomaron medidas que serían soluciones para problemas del futuro del fútbol. Igual un poco WTF en aquel momento, pero a la larga usadas e interesantes para solucionar ciertas cosas.
Algunos de los aspectos más conocidos por todos son, por ejemplo, el uso de dorsales fijos y nombre en la camiseta. Que permitía "personalizar" al aficionado y abría nuevas posibilidades en términos de marketing y merchandising.
También muy conocidos son los míticos "shootouts", el sistema usado para romper los empates en lugar de la tanda de penaltis. Uno contra uno, con el atacante partiendo de la línea de 35 metros, con 5 segundos para tirar (de la manera que quisieses).
Implicaba, obviamente, más técnica y estaba más relacionado con el juego en sí que el simple lanzamiento de penaltis, que tienen tanto de fútbol como de poner a prueba los nervios del lanzador.
Como sabéis, una de las obsesiones de los mandamases del fútbol en aquellas tierras era "solucionar" la poca anotación del deporte, que podía echar para atrás a los aficionados yankis. Para ellos tomaron ciertas medidas que favorecían el juego de ataque.
La línea de 35 yardas (ya nombrada como punto de inicio del shootout), marcaba el lugar donde comenzaba el fuera juego. Solo existía una vez pasada esta línea. La consecuencia inmediata fue la reducción del brutal achique de espacios puesto de moda por el fútbol holandés.
En aquel entonces las lineas defensivas se adelantaban al unísono hasta el medio del campo, dejando a cualquier jugador por detrás de ellas en fuera de juego. Influyese o no en la jugada (así era la ley). Esto comprimió muchísimo el espacio de juego.
Con la línea de 35 yardas se ponía límite a esto, habilitando mucho más espacio en el centro del campo, que permitía a los mejores jugadores jugar más liberados para crear. Incluso los menos dotados técnicamente tenían más tiempo para pensar.
Otra medida para incentivar el juego de ataque fue el sistema de puntuación de la liga. 6 puntos por victoria, 3 por empate y 3 puntos extra, uno por cada gol marcado hasta 3. Marcar goles era realmente decisivo en las clasificaciones.
Pero, ¿y los empates? Siempre se dijo que los americanos no entienden que un partido no acabe con un ganador y un perdedor. El shootout fue la solución más conocida, pero no fue la primera ni mucho menos.
Se comenzó haciendo jugar a los equipos prórrogas "infinitas", hasta que alguien marcase. Al estilo del hockey. Cuando algún partido llegó a los 170 minutos comenzaron a plantearse una nueva solución. Pero ahí estaba ya el "gol de oro", 30 años antes que en el resto del mundo.
Luego se pasó a la prórroga con dos partes de 15 minutos con gol de oro y el shootout si el empate persistía. Y para playoffs, en lugar de jugar eliminatorias al estilo europeo, por valor de goles, se jugaba por victorias en partidos.
Cada equipo jugaba un partido en su casa. Independiente. No contaban los goles. Un equipo podía ganar 9-2 en casa y perder 4-0 fuera (como pasó con Minnesota contra NY Cosmos) y la eliminatoria sería un empate. Es más, cada partido era tan independiente que tenía su prórroga y
su shootout para definir el ganador. ¿Pero qué pasaba si cada equipo ganaba un partido? Pues que ese mismo día de segundo partido, se jugaba el llamado mini-game. 30 minutos (sin gol de oro, normal), en el que cada equipo podía cambiar los jugadores o la formación.
Un partidito totalmente nuevo.Si este mini-game acababa en empate, se decidía con un shootout.
Así podías irte al Giants Stadium a ver el segundo partido de Cosmos vs Vancouver a las 7 de la tarde y acabar a las 12 de la noche tras 2º partido, shootout, mini-game y shootout.
Además de este sistema, la liga introdujo 3 cambios por partido y banquillos más largos. Algo a lo que la FIFA se opuso, claro. Al igual que a lo de la línea de 35 yardas. A los americanos se la sudó hasta bien entrados los 80 cuando intentaron conseguir el Mundial del 86.
La temporada americana se jugaba en verano. Esto les permitía jugar con buen tiempo Y traer cedidos a jugadores profesionales de todo el mundo (especialmente británicos) durante el período de descanso de otras ligas.
Esto no gustaba a los clubes de origen, pero muchos jugadores incluían cláusulas en sus contratos que les permitían jugar durante el verano. Sabían que irse tres meses a EEUU les podía reportar el equivalente a varios años de salario en su club "real".
Las plantillas eran totalmente internacionales, con poca restricción en el número de jugadores americanos o canadienses que debían jugar. Esto, a la larga, ralentizó el desarrollo del jugador nacional y no benefició a las selecciones.
Pero es consecuencia de los primeros años de la liga donde, sencillamente, no había suficientes jugadores americanos. Una vez el Cosmos abrió la caja de los truenos trayendo a Pelé, los clubes se dieron cuenta del poder que las estrellas mundiales traían económicamente.
Aunque en el fondo, solo unas pocas figuras mundiales tenían poder para atraer público. Pelé, Beckenbauer, Cruyff, Best y pocos más. La cultura futbolística yanki era nula, así que un Eusébio, un Bobby Moore o Rob Rensenbrink no les decían nada.
La no existencia de un tope salarial (algo que la MLS, en su esfuerzo por evitar errores de la NASL considera su pilar principal), produjo el mismo efecto que estamos viendo ahora en el fútbol europeo/mundial.
Unos pocos clubes crecieron y pudieron permitirse figuras y los demás quedaron muy alejados de esa élite y no pudieron competir, abocados a la desaparición. El Cosmos impuso una visión alejada de uno de los principios de la NASL, que era hacer crecer al jugador americano.
Los neoyorquinos crecieron mucho, muy rápido, invirtiendo enormes sumas de dinero con la intención de convertirse en el equipo más grande del mundo. Y por varios años fueron, sin duda, el más famoso. Tenían, eso sí, el músculo financiero de Warner Communications detrás de ellos.
Algo que seguimos viendo en el fútbol actual. Esta capacidad económica los situaba fuera del mercado. Pagaba lo que hiciese falta. Hasta que Warner se hundió en bolsa arrastrada por el fracaso de Atari.
Los demás clubes que pudieron contar con grandes consorcios o millonarios entre sus benefactores/dueños, intentaron seguir el ritmo del Cosmos. MSG compró los Washington Diplomats (y a Cruyff), Ted Turner compró el equipo de Atlanta, Lamar Hunt y su petróleo estaban con Dallas,
y el millonario de origen yugoslavo Milan Mandaric ponía su dinero conseguido en el negocio informático al servicio de los San Jose Earthquakes. Algunos con más éxito que otros, todo hay que decirlo. Fracaso sonado fue el del Jimmy Hill.
El famoso comentarista inglés, un tipo que merecería un hilo dedicado exclusivamente a él, invirtió dinero de su World Sports Academy en una franquicia americana. Hill había hecho fortuna aconsejando en el desarrollo del fútbol en Arabia Saudí, así que compró los Detroit Express.
Inmediatamente se trajo a Trevor Francis a jugar al gigantesco Silverdome, que casi siempre estaba vacio, con apenas 10 mil personas en la grada. El equipo funcionó bien, pero produjo grandes pérdidas. Y Hill decidió trasladarlo a Washington para ser los nuevos Diplomats.
La franquicia de la capital del país había cesado operaciones cuando MSG se retiró ante la negativa de la liga a liquidar a las franquicias menos potentes, que producían pérdidas para todas las demás. Hill duró un año en Washington y desapareció dejando deudas en ambas ciudades.
Una jugada que bien podía haber firmado Dimitri Piterman o el "jeque" del Getafe!
En todo caso los americanos vendieron el deporte como solo ellos sabían hacerlo en los 70. Es decir, como lo hace el resto del mundo AHORA. Las actividades y eventos que generaba cada club eran variadas, con el objetivo de atraer a más y más aficionados.
Desde "double headers" con conciertos (los Beach Boys hicieron una especie de gira tocando en estadios antes o después de los partidos), tailgates (las famosas barbacoas en los parkings se convirtieron en religión), campuses para enseñar a la chavalada a jugar, giras mundiales...
Cada franquicia tenía su especialidad y algunas llegaron a ser tremendamente exitosas en lo suyo, creando una cultura que todavía sobrevive en lugares como NY, Minnesota, Seattle, Portland, Vancouver...Pero la carrera persiguiendo al Cosmos consumía recursos a ritmo incontrolable
Por último, unos de mis detalles favoritos. ¿Os imaginais que la federación reclama a los jugadores de la selección y los hace jugar a todos juntos todo el año como si fueran un club de primera división? Pues eso fue el Team America.
La idea era que los miembros de la selección americana pudiesen jugar partidos durante todo el año, contra un buen nivel de competición, para prepararlos para las eliminatorias de Mexico 86. Muchos de los mejores jugadores yankis se negaron a dejar sus clubes, así que el equipo
quedó lejos de ser la verdadera selección. El experimento duró un año.
Y esto es,más o menos,lo que más me ha llamado la atención de una liga con una historia fascinante, porque fue mucho más rompedora de lo que la gente puede imaginar e introdujo muchísimos elementos de modernidad que luego fueron adoptados por la FIFA o el fútbol en otros lugares
Afortunadamente hay mucho material de la NASL en youtube, y algunos partidos muy divertidos.
And that's my story, Patricia (?)
Pues como veo que ha gustado el hilo de la NASL lo voy a completar con una serie de fotos, que siempre viene bien.
Empezamos con una imagen que incluye camisetas personalizadas de Adidas, botas Nike, jugadores con bigote, medias bajas sin espinilleras, estadios a medio llenar y mucho colorido. El argentino Pato Margetic, jovenzuelo fichado por Chicago Sting en los 80.
En el mismo equipo jugó también Dick Advocaat, luego famoso por ser entrenador de la selección holandesa entre otros equipos.
Algunas plantillas del Cosmos, repletas de nombres conocidos del fútbol internacional. Beckenbauer, Chinaglia, Carlos Alberto, Neeskens, Rijsbergen, Bogicevic, Marinho, Romerito, Cabañas...
Y la de Fort Lauderdale Strikers, que a lo largo de los años también contó con su dosis de figuras: Gordon Banks, van Beveren, Best, Cubillas, Figueroa, Gerd Müller...
Pelé siempre fue el gran nombre de la NASL. La estrella que cambió todo. El DEPORTISTA mejor pagado de Estados Unidos (del mundo) en esa época. Firmó con el Cosmos un contrato de 10 años. 3 como futbolista, y el resto como imagen del club y de la liga.
Esto incluía, believe it or not, un contrato discográfico, además de todo tipo de productos con el nombre de O Rei.
A Giorgio Chinaglia, la segunda gran figura del Cosmos (y máximo goleador de la historia de la NASL), nunca le hizo mucha gracia que el club solo hablase de Pelé. Fueron conocidas varias disputas entre ambos a lo largo de los años.
San Diego apostó por los mexicanos, en un intento de atraer a la población de ese origen en California. Aquí sus grandes adquisiciones, Leonardo Cuéllar y un extremo izquierdo llamado Hugo Sánchez (antes de que Hugol emprendiese la aventura española)
Carlos Alberto llegó a ser capitán del Cosmos. Tras llegar a finales de la última temporada de Pelé, se convirtió en leyenda en NY. Señalado como el fichaje más importante del club desde un punto de vista futbolístico.
Bobby Moore (llegó a representar a USA en la Bicentennial Cup), George Best (con Rod Stewart en la foto), Beckenbauer, Chinaglia, Pelé, Müller...todos cruzaron el charco con bastante éxito (excepto el capitán inglés, que ya no estaba para absolutamente nada).
Teófilo Cubillas, Gerd Müller y George Best. La línea de ataque de Fort Lauderdale en 1980.
Francisco Marinho, lateral izquierdo de Brasil, Johan Neeskens, leyenda holandesa e incluso Johan Cruyff (para una serie de amistosos), se vistieron con los colores del equipo de Warner Communications.
Aunque en un segundo plano, los jugadores americanos también tuvieron su cuota de protagonismo en el Cosmos. El portero Shep Messing fue una de sus primeras figuras, mientras que Rick Davis fue la primera "estrella" yanki.
Cruyff siempre mantuvo que una de las razones por las cuales no fichó por el Cosmos fue que jugaban en césped artificial. Su paso por EEUU tuvo paradas en LA y Washington. No os preocupéis, el bueno de Johan no jugó gratis por allá (?)
El contingente británico estuvo bien representado también. Trevor Francis triunfó en Detroit durante dos cesiones en verano. En Philadelphia, un grupo de estrellas de la música decidió poner su dinero en el Philadelphia Fury.
Por allí pasaron Alan Ball, Johnny Giles, Peter Osgood y Frank Worthington entre otros. El equipo fracasó. Osgood se la pegó bien. Llegó como una estrella, uno de los mejores delanteros ingleses de la década, pero se tiró a la buena vida (o la continuó más bien).
Ball y Giles se fueron a Vancouver, uno como director de orquesta en el medio del campo y el otro como entrenador. Worthington, uno de los clásicos rebeldes del fútbol inglés setentero, buscó el sol en FLorida y también lo hizo muy bien.
Otra cosita en la que los yankis iban bien adelantados. Las botas blancas que Adidas diseñó exclusivamente para ellos. Tardaríamos en verlas en Europa.
Eusébio también pasó por la liga, aunque estaba ya muy tocado en las rodillas. Aún así demostró su clase y peligro atacante, especialmente a balón parado. Toronto, Boston y Las Vegas disfrutaron del portugués, que en New England estuvo apoyado por su compañero Antonio Simoes.
Pelé acompañado de Eusébio en Las Vegas. Para Shep Messing, que vivió el ascenso del Cosmos desde el casi amateurismo hasta llenar el Giants Stadium, debió haber sido la experiencia de su vida.
Rodney Marsh, otro de los chicos rebeldes del fútbol inglés, triunfó tremendamente en Tampa Bay. Se convirtió en la imagen de los Rowdies y Nike invirtió mucho dinero y promoción en él.
Famosa es la frase con la que explicaba su hartazgo del fútbol inglés y su marcha a EEUU. "El fútbol inglés es un deporte gris, jugado por personas grises en días grises".
Trevor Francis, luciendo el modelo de botas que Adidas diseño para el Astroturf, las célebres "Samba". Su equipo, Detroit Express, jugaba en el gigantesco Silverdome, normalmente con apenas 10 mil personas en las gradas.
Elías Figueroa, el magnífico central chileno, comandaba la defensa de los Strikers. Müller (y Cubillas), hacían lo suyo en ataque.
Como ya dije antes, Moore representó a USA en la Copa del Bicentenario. También Pelé, aunque este se negó a jugar contra Brasil.
Alan Ball estiró su carrera en Estados Unidos. Magnífico en su primera temporada con Vancouver Whitecaps liderándolos al título, destronando al Cosmos por el camino.
Wim van Hanegen es otra de las figuras que pasaron por la NASL, también por Chicago, un equipo con clara tendencia a fichar holandeses y alemanes.
Icónica imagen. Nunca se habían enfrentado Müller y Beckenbauer en más de 15 años de carrera. Sucedió al otro lado del charco.
Inglaterra, Brasil e Italia fueron los equipos invitados a la Copa del Bicentenario. Como veis, había ciertas "calvas" en los estadios. El público estadounidense respondía bien sólo a ciertos estímulos.
En 1982, tras el Mundial, se disputó el clásico All Star Mundial (se jugó tras los Mundiales del 78, 82 y 86), en New York. Europa se enfrentó al Resto del Mundo.
Por si quereis echarle un vistazo
Cruyff, en su primera temporada en Washington conseguía llenar el RFK Stadium, algo muy difícil. Su segundo año no fue tan bueno debido a las lesiones, y los dueños de MSG sufrieron grandes pérdidas.
De todos los extranjeros del Strikers, el peruano Cubillas fue quien mejor rindió. Acudió al Mundial de España siendo jugador del equipo americano.
Neeskens, peloteando en el Giants Stadium.
Como podéis ver, ni las fotos de equipo eran algo parecido a lo habitual en la NASL.
Los Colorado Caribous, famosos por su curiosa camiseta, con esos flecos en el pecho, al estilo cowboy.
Cruyff, en su partido como invitado con el Cosmos. Luciendo un curioso dorsal 30.
En este partido, Johan cumplió otra de sus ambiciones: jugar CON Beckenbauer. Ambos hablar de la experiencia como una de las más gratificantes de su vida deportiva.
Pelé y Beckenbauer, enfretados en el partido de despedida del brasileño. O Rei jugó una mitad con el Cosmos y otra con el Santos.
El Astroturf, la moqueta abrasiva en la que se jugaba en muchos estadios de la NASL, fue uno de los elementos del juego que más polémica generó.
Aún así, y a pesar de su desastroso final, la NASL plantó la semilla del fútbol en EEUU y toda una generación de jugadores comenzó a pelotear imitando a las figuras de la liga. Así se demostró cuando el país albergó el Mundial en 1994.
Terminamos con una imagen representativa de la NASL en su momento más álgido. El Giants Stadium, lleno por primera vez para un partido de fútbol.
Y así que definitivamente cerrado este hilo/momento twitter.com/i/moments/1013…
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