Hace tiempo vengo conversando con amigos, acá, qué hacer con los discursos de odio que se nos cruzan diariamente en esta y otras redes sociales. En Argentina suelen ser discursos homofóbicos, transfóbicos y reaccionarios en cuanto a derechos de las mujeres y minorías.
En otros países son discursos abiertamente racistas en todas sus variantes. Desde Brasil hasta Estados Unidos, pasando por toda Europa Occidental. @marianevy me recomendó este ep del #podcast @onthemedia wnycstudios.org/story/perils-a… que reflexiona sobre el qué hacer
¿Cómo hacemos para criticar estos discursos de odio pero sin darle a sus representantes lo que más quieren, amplificación de su discurso y llegada capilar a todas las personas posibles? ¿Cómo los criticamos en los medios sin meterlos en todas las casas a través de radio y TV?
Hoy comentaba con @fernandezpm y @ElMalaguero: Creo que una respuesta posible es acerca de la relevancia. La figura de un diputado reaccionario de una provincia pequeña no es relevante o nunca lo fue hasta que se hizo célebre a fuerza de exabruptos.
Los medios periodísticos que también necesitan show, rating y polémica le da un lugar que, sabemos, no tiene en las urnas. Lo mismo pasa con economistas ultra liberales.
Hoy me topé por casualidad con otro texto muy interesante de @trillingual para @guardian que analiza a una figura británica con tipología similar llamada Tommy Robinson. Se puede leer acá theguardian.com/news/audio/201… y se puede escuchar como #podcast acá open.spotify.com/show/0jG1HXr3t…
No es fácil armarse contra estos discursos de odio que a menudo se amparan en la libertad de expresión, que convocan a debates inexistentes con el ulterior objetivo de validar sus opiniones o que, si tienen suerte, logran victimizarse, cuando son enfrentados con argumentos.
La respuesta final es que no hay soluciones simples. Se requieren instituciones fuertes, medios responsables e inteligentes y personas, como nosotros, que no se las hagan fácil, que no piquemos el anzuelo.
Acabo de subir al tren. Dos chicas comentan en voz alta el video viral de O*medo desmoronándose de la grada. Real.
