Thread by @EthanArnst

Mi amada Venezuela; a ti, que tanto me has dado, te escribo:

Nunca fuiste dos naciones, nunca existió en ti dos bandos: toda tu gente fue víctima de una terrible y mortal división. Venezuela siempre ha sido una, con diferencias propias de la vida. Venezuela volverá a ser una.

Duramente has tenido que aprender, muchas veces sin necesidad alguna. Te pusiste pruebas que no te merecías, pero todo fue enfocado para que te dieras cuenta en dónde estabas ubicada en este mundo.

Por muchos años, décadas, siempre fuiste la razón despreciable de algunos que jamás te amaron, salvo por aquello que te hacían ser rica y poderosa. Se hicieron de tu nombre sólo para regodearse de sus riquezas mal habidas. Desde hoy, y aún por otro largo tiempo, debes drenarlo.

Siempre has sido esa parte del planeta que tuvo el honor de recibir todo tipo de bendición natural. Tú siempre has sido más que petróleo y oro. Tú eres quien llevó incluso su nombre en cada nota musical de grandes obras que recuerdan tu esencia al oído de quien la escucha.

Desde mi alma, puedo decírtelo, igual siempre lo supiste: aún en los momentos más duros de mi vida, en aquellos que sentí que jamás volvería a estar en tu seno, aún cuando la soledad me atormentaba, tu recuerdo me hacía vivir el amor que te tengo, mi dulce amada tierra de gracia.

Sabes bien, mi amadísima Venezuela, que he procurado llevar con orgullo, cincelado en mi pecho, la honra de ser tu hijo. En todos los países que he estado, tú siempre estabas presente: en mi modo de hablar, en mis facciones, en mis palabras, incluso en mi humor.

¡Cómo no amarte si también fuiste cuna de los más bellos seres humanos que he conocido: mis padres? ¡Cómo no recordarte si en tus playas, en tus montañas, en tu flora y fauna he depositado mis sueños, y mi labor la he consagrado en tu nombre?

Nunca fuiste ausente de mi corazón porque dondequiera que me encontrase, siempre estuviste presente de cualquier forma en mi vida. Jamás se es extranjero en ningún lado cuando la esencia de donde provienes existe en tu espíritu. ¿Cómo pretender olvidarte, si eres también mi vida?

Venezuela, amor de mis días, sabes bien que jamás te he olvidado, que siempre tu tierra he pisado todas las veces que pude, y te pido perdón si en alguna ocasión sentiste que no volvería, pero te hice una promesa, mi palabra de honor: Sólo se olvida lo que se muere.

Y tú, mi maravillosa y preciosa Venezuela, estás más viva que nunca. Solamente muere en vano quien fallece por cobardía. Nunca muere en vano quien perece por algo grande. Y tu amor, tu esencia, es demasiado grande en mí. Es por eso que mi muerte jamás será en vano.

Tú vives ahora más que nunca, Venezuela. Tu libertad, tu luz, tu esencia, tu fuerza y presencia será sentida en la historia de este mundo. Siempre fuiste grande, no permitas que pocos te hagan sentirte pequeña. Tú eres un tesoro que aún nos queda mucho por descubrir, por amar.

Llegó el momento de ser tú, pequeña Venecia, en la grande luz de esperanza. El Padre Universal así lo ha querido. Así ha de ser.

¡CONFÍA!

Hoy y eternamente, consagro mi amor a ti, mi bellísima Venezuela.///