Los expertos responsabilizan a una construcción social que dificulta la identificación de agresiones machistas como tal
El peligro del “quien bien te quiere, te hará llorar”
Miedo a su agresor.
Miedo a no ser creídas.
Miedo a perder a sus hijos.
Miedo a que las culpen a ellas.
Miedo a que la sociedad las juzgue.
Vergüenza por consentir.
Vergüenza por permitir.
Vergüenza por aceptar.
Vergüenza de que le pase a ella.
Vergüenza por culpa de esa sociedad que culpabiliza mas a una víctima por aguantar el maltrato que a su maltratador por maltratarla.
Sienten que lo merecen.
Algo habrán hecho ella para que las maltraten.
Ellos no son así, la culpa es de ellas “mira lo que me has hecho hacer” dicen después de maltratarlas.
Quieren evitar las repercusiones negativas de una denuncia en el estatus social o laboral del agresor.
Pese a ser maltratadas, no quieren que su maltratador lo pase mal o que su denuncia “les hunda la vida”
Piensa en su MIEDO.
Piensa en su CULPA.
Piensa en su VERGÜENZA.
Piensa que en el maltrato hay un único culpable ... EL MALTRATADOR.
Dependencia económica.
Dependencia social.
Dependencia psicológica.
La víctima de maltrato es rehén de su maltratador y necesita ayuda, incluso cuando niega necesitarla.
Le dirá a todos lo mala que es ella por querer arruinarle la vida “yo no sería capaz de hacerle algo así ”... lo peor es que le creerán “tú no serías capaz de hacerle algo así”
Por todas ellas.
Las que tuvieron miedo.
Las que sintieron vergüenza.
Las que sintieron culpa.
Porque ellas ahora están muertas y no pudimos, ni supimos ayudarlas.