La testiga describió el cuarto. Cuatro paredes, una puerta a los pisos inferiores, una hacia el baño, un colchón de hule espuma y una ventana empapelada para taparle la vista.
En una ocasión escuchó más conmoción que la de costumbre; su madre acababa de recibir la noticia del asesinato de Facundo Cabral, con quien había sostenido un romance antes de llegar a Albany.
Cuando sintió que no podía más peló una esquinita del papel de la ventana, y los conejos que de repente pasaban por el jardín, así como una familia de pájaros, que luego supo eran cardenales, le dieron algo de alegría.
Un día, por el hoyo del papel de la ventana, vio acercarse al cardenal, para volar de nuevo. Y así, súbitamente, dijo: “Fuck it. Fuck everyone, I’m going out”.
Una vez en Mérida un buen hombre la condujo a un hostal, donde compartía un cuarto con 8 personas más. Pronto consiguió trabajo en una tienda de computadoras,
Por Ramadán no hay juicio lunes ni martes.
Stay tuned.