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Va una reflexión sobre la asistencia económica a El Salvador:
1) La cooperación para el desarrollo no es algo nuevo para México. Desde 1945, ha contribuido en la medida de sus posibilidades con el sistema de Naciones Unidas y sus múltiples agencias. 1/
1) La cooperación para el desarrollo no es algo nuevo para México. Desde 1945, ha contribuido en la medida de sus posibilidades con el sistema de Naciones Unidas y sus múltiples agencias. 1/
Asimismo, ha contado con múltiples instrumentos de cooperación bilateral y multilateral desde hace medio siglo, como mínimo. La Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), fundada en 2011, tiene un linaje largo. 2/
No son pocos los recursos que se han dedicado a lo largo de los años a la cooperación internacional en sus diversas modalidades. Entre 2013 y 2017, por ejemplo, se canalizaron a esa tarea algo más de 1600 millones de dólares a través de 41 instituciones infoamexcid.sre.gob.mx/amexcid/ccid20…
El país hace bien en dedicar esfuerzos a la cooperación para el desarrollo : 1) puede ser un potente instrumento diplomático, 2) no podemos aspirar a pesar en el mundo si no asumimos responsabilidades globales, y 3) la solidaridad y la compasión no se acaban en la frontera. 4/
Sin embargo, la asistencia a El Salvador anunciada esta semana me preocupa por varias razones: 1) no parece ser parte de una política consistente en materia de cooperación: al tiempo que se hacen estos anuncios, se recorta casi 20% el presupuesto a la AMEXCID. 5/
2) Parece responder más a las prioridades y agenda del Presidente López Obrador que a las necesidades de los salvadoreños. Los proyectos a financiar son calcas de programas mexicanos (p.e., Sembrando Vida)¿Eso es lo que mejor le sirve a los salvadoreños? Tengo mis dudas. 6/
3) La asistencia no parece ir acompañada de un andamiaje de evaluación y seguimiento que permita saber si el dinero le llega y le sirve a los beneficiarios. 7/
4) Parece haber una dosis de discrecionalidad en la asignación de estos recursos ¿Por qué la asistencia extraordinaria a El Salvador y no a Honduras, por ejemplo? ¿Por afinidad personal con el nuevo presidente salvadoreño? ¿Por qué no anclar el apoyo en un mecanismo regional? 8/
En resumen, creo indispensable que México tenga una política de cooperación para el desarrollo, particularmente con Centroamérica. Pero creo igualmente necesario que, dadas nuestras restricciones financieras, seamos muy cuidadosos cómo y en qué apoyamos a nuestros vecinos. Fin/
