La historia del primer niño “vacunado” de la rabia por Pasteur y el curioso trabajo que tuvo de mayor #HistoriaMedicina #hilo—> 
El 06/07/1885 el niño Joseph Meister (1876-1940) de 9 años de edad fue mordido por un perro rabioso al que molestó con un palo unas 14 veces en manos, muslos, brazos,...
La rabia era una enfermedad con una tasa de mortalidad cercana al 100% en la época y difícil de diagnosticar por los periodos de incubación tan largos y variables
La madre de Joseph había oído que un investigador de Paris realizaba estudios para tratar la rabia y decidió llevar a su hijo con 40 de fiebre desde Meissengott -Maisonsgoutte- (Alsacia) donde vivían a París
Pasteur, al que pidieron ayuda, nunca había tratado humanos, todos sus experimentos habían sido básicamente con conejos y perros
Conmovido por la desesperación de la madre del niño, los llevó al Hotel Dieu y ayudado por dos colegas médicos le inyectó la vacuna (debilitada) obtenida de la espina dorsal de un conejo que había muerto de rabia. El tratamiento empezó unas 70 horas después de las mordeduras
El principal colega de Pasteur, Emilé Roux, que había trabajado con él en el desarrollo de los experimentos contra la rabia, se negó a participar en el tratamiento de Joseph por considerarlo cruel y falto de ética (por no haber sido testado antes en humanos)
Pasteur pidió a sus colegas médicos (el neurólogo Alfred Vulpian y el médico general Jacques Joseph Grancher) que fueran ellos quienes inyectaran al niño porque él no podía al no ser médico (era químico) y podía ser denunciado e incluso encarcelado
El tratamiento duró 10 días con inyecciones diarias (subiendo de dosis, para 13 inoculaciones en total). A las tres semanas, Joseph estaba totalmente recuperado convirtiéndose en el primer humano tratado de la rabia con éxito
El éxito de los estudios de Pasteur y la vacuna contra la rabia fueron reconocidos. Cientos de personas mordidas por perros rabiosos fueron tratadas exitosamente por el propio Louis Pasteur en el creado a raíz de todo esto, Instituto Pasteur
Joseph Meister creció y se convirtió en conserje del Instituto Pasteur, donde pasaba el tiempo contando a los visitantes su historia como primer paciente con el virus de la rabia curado por Pasteur
La leyenda dice que Joseph se suicidó al no poder impedir que los nazis accedieran a la cripta de Pasteur sita en el Instituto, pero esto no es cierto. Se suicido de un disparo por temas personales, aunque sí vinculados con la invasión alemana
También hay que decir que se habla siempre de “vacuna de la rabia de Pasteur”, pero no es del todo cierto porque el procedimiento no era realmente una vacuna. El niño estaba ya infectado por lo que no era un tratamiento preventivo (vacuna) sino curativo
A Pasteur se le preguntó qué quería de epitafio en su tumba y pese a los múltiples reconocimientos y premios, dijo que se inscribieran solo tres palabras: “Joseph Meister vivió”
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