Thread by @Anonmehicieron

#CosasQuePasanEnLaGuardia #52. Hombre de cincuenta y cinco años de edad llega a la guardia por tos y falta de aire. Parece una crisis asmática de cómo viene, pero niega antecedentes respiratorios. Satura bastante mal y su frecuencia respiratoria está aumentada. (+)

(-) Lo ausculto y le encuentro lo que parece una neumonía de los dos lados sumada a ruidos de moco y de broncoespasmo. No es diabético, no toma alcohol, no fuma ni fumó en su vida y no toma corticoides ni ninguna otra medicación que pudiera predisponerlo a un cuadro así. (+)

(-) No tiene, tampoco, una enfermedad de base que justifique tal afectación. Lo pongo a nebulizar inmediatamente, le pido un laboratorio y le hago un corticoide endovenoso. Mientras se realiza la nebulización, o interrogo. (+)

(-) Dice que empezó con tos hace diez días y que le pidió al farmacéutico de la vuelta de su casa que le recomendara algo para tomar. El hombre le sugirió un jarabe expectorante que empezó a tomar ese mismo día. A las cuarenta y ocho horas agregó fiebre –le pregunto (+)

(-) si se puso el termómetro y confiesa que no, por lo que le explico que eso no puede ser considerado como fiebre sino únicamente como equivalentes febriles– y volvió a ver al farmacéutico que le agregó un antibiótico y le sugirió, igualmente, que fuera a un médico. (+)

(-) Como el trabajo lo tenía muy atareado, fue posponiendo el tema de la guardia, pero siguió con el antibiótico. Dice haber tomado en total una semana de amoxicilina, sumada a unos cuantos ibuprofenos y al jarabe para la tos. (+)

(-) Le pregunto si mejoró en algún momento y relata que al segundo o tercer día del antibiótico le pareció estar algo mejor, pero que después empeoró de nuevo. Lo reto por no haber venido antes, sin ser demasiado insistente ya que su estado me da entre pena y miedo. (+)

(-) Me da la razón. Lo dejo nebulizándose y llamo a otro paciente –que resulta que viene por gases– al que le indico dieta y consultar a un gastroenterólogo. Vuelvo con el de la neumonía y le cargo otra nebulización. A la hora no solo no mejoró, sino que está peor. (+)

(-) Le indico otro corticoide endovenoso y llamo a los camilleros para hacerle la placa. Por suerte son los de la tarde que vienen bastante rápido. Les pido que vengan con un tubo de oxígeno porque al hombre es imposible desconectarlo. No consiguen por ningún lado. (+)

(-) Hablo con el jefe. Me dice que busquen la camilla con oxígeno que usan en terapia. Los terapistas no nos la quieren prestar, dicen que no pueden quedarse sin eso por si hay una emergencia. Sé que es lógico su punto de vista. Igual les explico el estado del hombre. (+)

(-) Me sugieren que lo pasa a emergentología, que lo intuben y que le hagan una placa portátil. Se lo presento al emergentólogo. Me pide una placa. Le cuento por qué no tengo. Dice que hable con el jefe. Lo llamo de nuevo. Dice que está ocupado con algo de un nene abusado. (+)

(-) Se me frunce todo. Debato con los camilleros sobre qué podemos hacer. El emergentólogo se apiada, mira al paciente y le cuelga magnesio en el suero. Uno de los enfermeros –que ha trabajado de chofer de ambulancia– consigue que le presten el tubo de oxígeno de una (+)

(-) y vamos con eso a rayos. Llegamos y se acaba el tubo. Lo conecto con una manguera al oxígeno de allá y logro que le saquen la placa. Los camilleros corren para llevarlo de vuelta y enchufarlo otra vez al oxígeno del box. Yo espero que la revelen. Es horrenda. (+)

(-) Vuelvo al box y la cardióloga –que vio al paciente de reojo– me sugiere que lo pase al shock room. Le digo que ya se lo presenté a emergento y me lo rebotó. Mira la placa y pone cara de horror. Llega el laboratorio. Es horrible. Hablo con los clínicos. (+)

(-) Dicen que es para emergento. Les explico que el emergentólogo me dijo que todavía no e insisto que lo miren. Cuando lo van a ver el hombre está algo mejor –no sé por cuánto tiempo– así que lo internan ellos. Lo aíslan por las dudas con sospecha de Gripe A. (+)

(-) Igual le hacen cultivos para de todo y hasta esputo para tuberculosis. Lo cubren con un triple esquema antibiótico, le dejan nebulizaciones y van a ver a otra paciente. Me pongo doble barbijo común (no tengo de alta eficacia) y me asomo para preguntarle si llamo a alguien.+

(-) Me pide que a su mujer, pero que le diga que no venga, solo que vigile a sus hijos, no vaya a ser que los haya contagiado. Hablo con la señora. Los hijos están bien. Dice que mañana busca con quién dejarlos y pasa. A la noche, cuando vuelvo de cenar, (+)

(-) veo a los de limpieza con barbijo del bueno en el box en el que estaba el señor. Me asomo y no lo veo. Pregunto que pasó.
–Se enchotó –me contesta uno de los clínicos.
Voy al shock room. Está intubado y conectado a un respirador. Llamo a la mujer. (+)

(-) Dice que no tiene con quién dejar a los chicos, que viene mañana. Algo me hace decirle que no, que venga con ellos, pero que venga ahora. Llora. La consuelo con que tal vez sea exageración mía, pero que por las dudas creo que es mejor que venga pronto. Dice que sí. (+)

(-) Llega a las tres horas. El emergentólogo se apiada ante mi pedido y deja que los chicos vean a su papá por unos minutos. Salen los tres. La mujer llora por cómo lo ve, porque no la dejan quedarse ahí con él, porque no tiene quien le cuide a los chicos. (+)

(-) La abrazo y le digo que entre un rato más, que yo le cuido a los chicos. Hablo con mi compañero y me los llevo unos minutos al kiosko. El más grande –de unos siete años– elige un alfajor y el chiquito –de no más de tres– un chupetín y caramelos. (+)

(-) Les hago unos globos con guantes a cambio de que me prometan que se van a portar bien con su mamá. Aceptan el intercambio. Volvemos. Tengo que seguir atendiendo. Vamos para la puerta del shock room. El chiquito saluda a su mamá con una sonrisa. (+)

(-) Tiene los labios y la lengua azules. Le muestra el globo. La mamá se acerca, lo alza y le da un beso y un abrazo. Me agradece. Le doy un beso a cada uno y el grande se limpia la mejilla y dice qué asco. Me río un poco entre tanta tristeza y vuelvo a los boxes. (+)

(-) Atiendo una mujer con un ACV que me mantiene toda la noche ocupada. La señora del marido intubado se fue con los chicos a su casa y dijo que vuelve a la mañana.
Me tiro un rato de cinco a siete. Apenas me levanto, me apuro al shock room. El emergentólogo niega. (+)

(-) Los enfermeros le sacan el tubo al hombre y lo tapan con una sábana blanca hasta que llegue la familia a despedirse. Salgo a la puerta. Me encuentro con la mujer –que ya estaba en camino cuando la llamaron con la noticia– y los chicos. Ella tiene la cara desencajada. (+)

(-) Le doy un beso a los chicos, y un abrazo a ella. Lloramos las dos. El chiquito me pide otro globo; dice que se portó muy bien.