Thread by @diasasaigonados

Lo que hace cinco años se entendía como la resistencia de un sistema político a su cambio hoy se ha degradado a una mueca de desencanto.
Es el resultado de quien, en el fondo, sólo estaba indignado porque le habían tocado su predecible y asegurado futuro de clase media.

Hubo elecciones.
Hubo un resultado muy concreto.
Y precisamente los ganadores han sido lo que han decidido sacrificar su Gobierno para acabar de disciplinar a la izquierda levantisca.
Es una estrategia como cualquier otra, así que perdonen que no me levante ante su decepción.

¿Se equivocó Iglesias en no aceptar el acuerdo de julio? Posiblemente.
No tanto porque fuera una racanería, sino sobre todo porque visto el desarrollo la propuesta se hizo para que no se aceptara.
Aviso: por desgracia urnas, hechos y convicciones no siempre se llevan bien.

Mientras un PP prácticamente desfondado, sin banquillo y con una difícil relación con la justicia ha tomado aire. Hasta Casado ha resultado por momentos un político razonable alejado de las aventuras imperiales de Colón. La historia siempre se cae del lado de los de buena cuna.

Otro gran perdedor ha sido Rivera que, emancipado de las manos que le sacaron del barro, decidió apostar todo por hacerse el jefe de la derecha. Tiene a medio partido en plan dimisionario no por descentrarse, sino por morder la mano que te da de comer.

Mientras el errejonismo se debate en dar el salto a la política nacional soñando con lo que no pudieron conseguir dentro de su antigua formación. Saben que el progresismo mediático les va a aupar, lo que no saben es si un salto precipitado les puede costar un fin anticipado.

Vox, para acabar, está en ese punto donde sólo le queda la escapada hacia delante. Más aún. Da igual en el fondo su resultado -cualquiera de más de cero es desastroso- porque determinadas ideas descivilizatorias ya han calado en parte de la población.

Al final la abstención será de nuevo la ganadora. No esa que se predica por aquí con gesto de marqués desencantado y que luego acaba con voto en silencio a partido tradicional. Esa que pertenece a la gente de la que nadie se acuerda. Los ausentes.