Thread by @signoresalieri

Una sola semana basta para que ya sepamos perfectamente quiénes van a ser esos alumnos y alumnas "disruptivos" que nos van a acompañar todo el año.

Ya se te ha venido alguno a la cabeza, ¿verdad? Y dos, y tres...

HILO

No falla, poseen todas o alguna de las siguientes cualidades, y sobre todo las ejercen todas constantemente, no de forma puntual:

1. Interrumpen en voz alta sin levantar la mano. Eso lo hacen muchos, sí. Pero ellos, más veces, y más fuerte.

2. Si están despiertos, se sientan despatarrados, con la espalda pegada a la pared o a la ventana (en cuyo caso se asoman constantemente). Si están más cansados (a primera o a última) se recuestan sobre el pupitre intentando echar una cabezadilla sin que le llames la atención...

3. Llegan tarde a todas y cada una de las clases, o están en el pasillo mientras llegas tú.

Que si tenían que abrirle tal clase para coger la mochila, que si estaba hablando con la jefa de estudios, que si había mucha cola en el servicio. Da igual la excusa.

4. Las interrupciones son claramente buscando atención. Lo comentan todo, pero en realidad no están atendiendo, solo quieren mantener el protagonismo. A veces hacen hasta algún comentario ocurrente. Otras es el mismo comentario que llevas escuchando años y años al dar tal tema...

5. Te piden salir del aula una y otra vez. Para lo que sea. Para ir a hacer fotocopias, para acompañar "para que no se pierda" al chaval que se encuentra mal y debe buscar al profesor de guardia. Si no se da la ocasión, pues les entran ganas de orinar una y otra vez.

6. Cuando les dejas salir, tardan mucho, pero mucho en volver... y ya la primera semana decides no dejarles más.

7. Evidentemente, charlan constantemente con sus compañeros de alrededor. Si los separas, pues siguen hablando desde la distancia, si hace falta, a gritos...

8. Tienen muy claro que si la actividad que estás proponiendo no les parece entretenida no la van a hacer. Y te lo dicen claramente. Y si es escrita, nunca.

9. Se ponen de pie y a caminar por el aula sin permiso, incluso se cambian de sitio sin permiso (en alguna banca libre, con otro compañero/a).

10. Si te acercas a ellos con paciencia y buenas palabras, al principio se muestran receptivos y son muy conscientes de su mal comportamiento. Pero no son capaces de concentrarse cinco minutos. Al poco ni te están mirando a la cara. Si les insistes, se enfadarán con facilidad.

11. No traen el material nunca. Ni libro, ni cuaderno, ni la flauta. Ni lo van a traer. Les regalas un folio, pues le falta un bolígrafo. Y hay que pedirle a un compañero que les busque un bolígrafo. Y luego no escribirán nada, decía.

12. A la ESO ya te llegan habiendo repetido alguna vez, y dos, o promocionando por imperativo legal. Hasta segundo de ESO se les ve con claridad más grandes físicamente que sus compañeros y compañeras. Y sus compañeros y compañeros lo ven y la ven más grande también.

Y todo esto, la primera semana. Ahora todo irá a peor, y perdonad el pesimismo.

Ahora nos están midiendo las fuerzas, todavía es una distracción posveraniega. En cuanto ya se sientan "encerrados" de verdad, la bomba estallará...

Y empezarán los partes.

Y lo que eran bromas a destiempo, ahora son malas caras por cada vez que les exijas un mínimo de atención.

Y te faltarán al respeto de forma grave. O a sus compañeros. Algunos de estos compañeros serán acosados por esos chicos que conociste esta semana.

El tutor/a nos hablará de él o ella en la primera reunión de equipo, donde, en comparación, apenas hablaremos del resto de alumnos y alumnas. Para entonces, jefatura conocerá de sobra al chiquillo/a y su tutor/a habrá hablado por teléfono o en persona con su padre/madre.

De estos chicos y chicas nos aprendimos su nombre el primer o segundo día de tanto llamarles la atención, pero aún no sabíamos de verdad nada de ellos. Ha pasado más de un mes

Es entonces cuando la orientadora empieza a leer informes y el tutor a contarnos la situación familiar.

No siempre es evidente, y alguna vez te encuentras con padres y madres adorables a quienes le ha tocado la papeletea, supongo. Y nos acomodamos en pensar que no hay nada más, cuando igual es que no se ha rascado lo suficiente.

Pero la gran mayoría de veces hay más, y tanto.

Y lo que hay en estos chicos y chicas coleccionistas de partes son familias desestructuradas a niveles insufribles. Tardes enteras solos sin adultos cerca, padres y madres sin un duro, etc.

Y en algunos casos, también violencia machista, drogas, familiares en la cárcel, etc.

Algunos diréis que no siempre es así. Pues vale, no siempre es así. Pero muchas, muchísimas veces sí que es así. La mayoría.

No solo son desatendidos en el cole, donde debería haber no ya más orientadores sino más trabajadores sociales. Es que llegan ya desatendidos.

Suelen ser alumnos y alumnas con déficits de aprendizaje acumulados durante años. Algunos además es que tienen NEE desatendida en su momento o ahora también.

Se infravaloran como estudiantes muchísimo. Es que ya ni lo intentan porque prefieren sentirse tontos pero descansados antes que enfrentarse a su desidia. Van a escuchar miles de veces que podrían hacer mucho más, y podrían mucho más, pero ya no hay quien les saque de ahí.

En tercero de ESO nadie los querrá ya en el instituto, incluyendo esos profesores con los que pasaron tantas horas desperdiciadas para unos, para otros, y sobre todo, para el resto del alumnado.

Que si a ver si se va a un FP de por ahí, que no se merece entrar en PMAR...

No se merece entrar en PMAR, o es que no hay plazas de PMAR, je.

No tiene "perfil", dicen. Porque se porta mal. Necesita más que nadie un apoyo personalizado, y desde mucho antes. Pero el sistema ya ha empezado a echarlo a patadas.

El sistema simplemente lo ha mantenido ahí, en clases de treinta en las que también hay otros chicos y chicas disruptivos (en los grupos asumibles, dos o tres casos graves; en los grupos bestias, pueden ser más de diez, o más aún).

Junto a otros chicos y chicas no disruptivos pero con NEE. Y entre ellos y ellas, con altas capacidades imposibles de atender en clases que empalman otras clases en donde ocurre lo mismo. En donde sales casi contento de que no se hayan matado entre sí.

Que practiques el refuerzo positivo. Que les aplaudas cualquier chuminada que hagan, que necesitan cariño. Y tú lo intentas, pero es que tampoco te hacen la o con un canuto ya... Y tú persistes, pero es que al final siguen suspendiendo porque tampoco puedes hacer magia.

Y eso que a veces hasta te has dado cuenta de algún destello de genialidad. Si este chico es listísimo, piensas. Todos coinciden contigo en la siguiente reunión de evaluación. "Sí, pero solo para lo que le interesa", dice la compañera de tal asignatura

Pasan los trimestres, y en todos y cada uno tiene 9, 10, 11 suspensos, pendientes también. A veces sí rinden en Educación Física, donde pueden moverse todo lo que no pueden en las demás. Casi siempre aprueban Religión, y me callo el comentario...

Pasan los años. Y solo empeora.

Tarde o temprano se meten en un lío gordo, o dentro del instituto, o fuera. Y ya no parecen niños de 1º de ESO recién salidos del cole. Pero siguen siéndolo, joder. Y no tienen ni idea de qué hacer con su vida. Y entonces van derechos a ser carne de cañón, mano de obra barata.

Con 16, 17 o 18 años ya no les ves más, pero de vez en cuando los recuerdas. A alguno incluso le cogiste cariño.

Y ahora, quizás, mientras lees esto pensarás: "¿Qué habrá sido de aquel chaval...?

Lo más probable es que esté por ahí haciendo horas extra sin cobrar. Y si es una mujer tendrá más papeletas para ni eso, para estar en paro.

Y todo en orden. Que la escuela pública es un ascensor social es un bonito sueño, pero con las clases más bajas parece ya un contenedor.

E interesa que siga siendo así. Y no hay alternativa que puedan pagarse. Y no es culpa de las familias, ni de los profes ni de los propios alumnos y alumnas. Cada uno lo podría haber hecho mejor en un momento dado, vale, pero cada uno tuvo obstáculos y zancadillas insalvables...

Interesa que siga siendo así, y que padres y madres hasta arriba no puedan pasar tiempo con sus hijos e hijas, o que cuando lo pasen ya estén reventados; y que los profes hasta arriba no puedan dedicarles toda la clase a ellos nada más, como ellos mismos en el fondo desearían.

Como ya he insinuado, de estos chicos/as no suele haber muchos en los concertados. No los tienen ni que excluir a posta: a mayor cuota mensual establezcas para uniformes, excursiones y demás, más garantizado tendrás en tu cole o instituto un alumnado debidamente homogéneo.

En la pública se les acoge, se les forma lo que se puede, pero sobre todo se les etiqueta de todas las maneras posibles, año tras año, informe, enésima reunión con padres/ madres... pero al final no se ponen los medios que harían falta, y hablo sobre todo de medios humanos.

Y más informes por aquí y por allá, y más reuniones con jefatura, orientación, y el resto del equipo educativo, y cuando llega su nombre, se escucha un suspiro en la sala... no sabemos qué hacer, dirán muchos. No, es que no se puede hacer nada a veces.

Nada más que seguir describiendo el problema.

Pero como decía al principio, ya sabemos desde la primera semana de clase quiénes son esos chicos y chicas que más atención urgente necesitan.

Repito, no se trata de desahuciarlos del todo y decir que no deberían estar ahí, como algunos profes quemados dicen, queriendo "salvar" al resto de la clase.

¿Y entonces, dónde deberían estar?

Claro que están donde tienen que estar, pero no hay forma de atenderlos bien a treinta por clase.

Eh, que en mi época éramos cuarenta...

Vete por ahí. Seríais cuarenta, pero es que, precisamente, estos chicos y chicas no estaban ahí. Ni ciertos NEE.

No era una escuela mejor.

Eso sí, repetir era algo real, y aprobar se ajustaba más o menos a lo que se pedía en cada curso. Y se podía tripitir, y eso en el fondo igual era mejor en ciertos casos, que caramba, obligaba a ponerse las pilas aún a tiempo en la vida.

Pero muchos iban quedándose por el camino

Que lo de aprobar por imperativo legal para evitar el fracaso escolar es el queo más espectacular de la historia. Pero dejarlos tirados no es la solución.

Lo que desde luego quieren garantizar es que no haya que crear más líneas de primero ESO con la de repetidores que habría...

La semana anterior no los conocíamos de nada, decía, pero en realidad es el mismo alumno o alumna que ya teníamos el año pasado. Solo ha cambiado el nombre y el aspecto físico.

Pero claro que le conocemos. Sobradamente.

Y afronta uno el curso con todo el optimismo que puede pero sin quererse engañar a sí mismo tampoco. Porque la administración está más preocupada en que evaluemos por competencias y pollas fritas antes que en estos chavales y chavalas. O de quienes sufren acoso escolar, o de...

Y me cabreo. Mucho. Porque me siento con las manos atadas. Porque por más que lo intento, año tras año ocurre lo mismo. Porque no soy un profesor de esos de las películas, ni pueden pretender que lo seamos. Solo somos currantes que también tenemos nuestros propios problemas.

Y aun teniendo claro eso, me siento culpable, aunque no sea el único que lo suspendió. Aunque esté claro que no es cosa mía nada más...

Y hago lo que tengo que hacer, o lo que puedo, e intento hacerlo mejor, pero al final me siento parte de este engranaje de exclusión social.

Y todo lo que hace la administración, aparte de promover cursos de formación en papeleos o papanatadas de Mar Romera, es mirar para otro lado. Y pedirte que hagas informes, muchos informes que luego solo van a parar a quienes seguirán haciendo informes el curso próximo.

Y es evidente que este no es un trabajo normal, que te implicas emocionalmente, que quieres cambiar cosas, que te comes la cabeza para hacerlo mejor. Pero tienes un horario para más de doscientos alumnos/as, y mucho papeleo absurdo por delante.

Y también tienes tu propia vida.

Estoy harto de leer que toda la culpa es de los profes, pero también que toda la culpa es de las familias. Desde luego, hemos de revisar siempre en qué podemos mejorar con los medios de los que disponemos. Pero también tenemos que exigir más medios, joder.

De quien no es la culpa es del chaval o chavala cuando aún es menor. Y de quien no es la culpa es del resto de chavales, que se ven dando clases en un ambiente mucho peor.

Hagamos algo, por lo menos no miremos a otro lado.

Gracias por leer.

Posdata:

¿A que también has escuchado alguna vez a algunos padres lo de "yo le digo: niño, estudia, que si no te va a pasar lo que me pasó a mí"?

Estremece comprobar que seguirán atascados generacionalmenge, y que algún día serán ellos los que digan lo mismo a sus propios hijos

Pueden y podrán ser también ser padres adorables, volcados hasta donde les dé el cuerpo. Pero no tienen ni formación, ni recursos, ni tiempo para apoyar a sus hijos o hijas...

Hace ya años que se atascó su propio ascensor familiar.

Y a nadie de los del piso más alto arriba le interesa arreglarlo.

Gracias por el cariño en los comentarios. No tenemos varita, ni medios, pero sí algunas cosas claras. A seguir trabajando.