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El 26 de abril de 1986, Chernóbil paso a la historia más nefasta de la energía nuclear. El desastre provocó que 30 personas perdiesen la vida en las semanas posteriores y afectó a la energía nuclear. Pero, ¿qué sucedió? La serie lo repasa y ahora está en @sky_es #ChernobylSky
La serie Chernobyl explora lo sucedido inmediatamente después del accidente. Hay ciertas licencias artísticas, como suele ser habitual en estos casos, pero no deja ser un retrato de lo que sucedió, tanto en cuanto a las acciones tomadas, como en las consecuencias políticas.
En este hilo, sin embargo, no me centraré en qué supuso a nivel político para la Unión Soviética (si bien no hay duda de que fue un gran varapalo). ¿Qué fue exactamente lo que pasó allí? Chernóbil es, en cierto modo, un retrato de aquella época y, también, una espina.
Porque la percepción de la energía nuclear, probablemente, sería diferente en la actualidad sin el impacto de lo que provocó Chernóbil. Es cierto que no ha sido el único accidente de un reactor nuclear pero, desde luego, sí el más mediático. Pero remontémonos a 1986…
El accidente acabó con el reactor 4 de la central nuclear, provocando la muerte de 30 personas (entre operarios y bomberos) en las semanas posteriores. La primera víctima sucedió inmediatamente, tras el accidente, y la segunda poco después en el hospital, fruto de sus heridas.
237 personas fueron diagnosticadas con síndrome de radiación aguda. Un diagnóstico que se confirmó en 134 personas y que costó la vida a 28 en las semanas posteriores. Otros 19 murieron hasta 2004, pero no se puede achacar, necesariamente, a los efectos del síndrome.
Nadie, fuera de las instalaciones, sufrió síndrome de radiación aguda. Sin embargo, sí se cree que parte de los diagnósticos de cáncer de tiroides, en pacientes que en aquella época eran niños, se vieron expuestos a la lluvia radiactiva. El impacto no se centró solo en Chernóbil.
Algunas regiones de Bielorrusia, Rusia y Ucrania sufrieron diferentes grados de contaminación. Pero, a pesar de todo esto, Chernóbil es el único accidente, en la historia de la energía nuclear comercial, en el que se han producido víctimas debido a la exposición a radiación.
Es importante tener esto en cuenta porque, en la actualidad, la energía nuclear podría ser una gran aliada para combatir el cambio climático. Es una de las energías menos contaminantes, aunque el grado de alarma social a su alrededor parece muy elevado:
Hasta cierto punto, recuerda al mundo de la aviación. Muchas personas sienten miedo a volar a pesar de que es el medio de transporte más seguro del mundo. De hecho, Chernóbil es una excepción en sí mismo. Su diseño era único y poco tenía que ver con el de muchos reactores.
Solo era relevante, en ese sentido, en el entorno soviético. Donde, por cierto, en la actualidad, todavía quedan 10 reactores (con un diseño como el de Chernóbil) en funcionamiento. El diseño del reactor era RMBK-1000, que solo se empleó en la Unión Soviética.
Los 10 reactores que siguen en funcionamiento han recibido muchas mejoras tras lo sucedido en Chernóbil y son una versión mucho más segura. Todos ellos se encuentran en Rusia, 4 en Kursk, 3 en Smolensk (imagen) y 3 en San Petersburgo. ¿Cuál fue la raíz del accidente de Chernóbil?
Aunque es innegable que se cometieron irregularidades a nivel humano, el diseño del reactor era un problema por sí mismo. Los reactores nucleares en la inmensa mayoría del mundo, incluso ya en aquella época, son reactores de agua ligera (agua normal y corriente).
En estos reactores tenemos un gran depósito a presión en el que se almacena el combustible nuclear (uranio, generalmente). El agua, por un lado, se utiliza para enfriar ese depósito. En la fisión nuclear, un átomo (de uranio en este caso) se divide, emitiendo calor y neutrones.
Esos neutrones golpean a otros átomos, provocando que se rompan y que, a su vez, emitan calor y más neutrones. Ese calor se utiliza para convertir el agua en vapor y, a su vez, el vapor se utiliza para hacer girar una turbina, generando electricidad. Pero el agua no solo enfría.
También es el moderador. Es decir, el elemento usado para ralentizar el proceso de fisión. ¿Por qué? Es necesario ralentizar la velocidad de los neutrones para que puedan chocar con los átomos presentes en el combustible nuclear. Y permite controlar la velocidad a la que sucede.
Como el agua actúa como moderador, también, si hay mucho vapor quiere decir que hay una menor cantidad de líquido, con el que esos neutrones puedan chocar, para ralentizarse y continuar el proceso de fisión. Por tanto, si el reactor se calienta, el proceso se deteriora.
Sin embargo, en los reactores de tipo RMBK-1000, como los de Chernóbil, el agua se utiliza para enfriar, pero para el proceso de moderación se utiliza grafito. Al separar ambas funciones, se produce un bucle positivo (en vez de negativo, como en los reactores de agua).
Porque, si la temperatura del reactor sube, aumenta la cantidad de vapor y las burbujas, presentes en el agua, permiten que una mayor cantidad de neutrones puedan viajar hasta el grafito. Esto provoca que todo el proceso se retroalimente. A mayor calor, mayor cantidad de fisión.
Y a medida que aumenta la energía aumenta el vapor presente. En su versión más resumida, eso fue lo que sucedió en Chernóbil. En condiciones normales, el diseño del reactor no era un problema, ni mucho menos. Con la potencia habitual, el uranio no era muy reactivo.
Pero, con potencia reducida, el reactor se volvía muy inestable. Eso fue, precisamente, lo que sucedió con el reactor 4 el 26 de abril. Los operadores de la planta realizaban pruebas para ver cuánto tiempo podía seguir generando energía la turbina, sin tener la energía principal.
Si se producía un corte de la energía principal, las bombas refrigerantes de emergencia necesitaban alcanzar una potencia mínima para poder funcionar y mantenerse operativas hasta que entrasen en funcionamiento los generadores auxiliares. Pero no se sabía si eso era posible.
Es decir, si se cortaba el suministro eléctrico principal de Chernóbil, por el motivo que fuese, ¿la turbina de vapor era capaz de proporcionar la energía necesaria para que todo se mantuviese en funcionamiento hasta que se activasen los generadores de emergencia?
Los técnicos no lo sabían y querían encontrar la respuesta. En ese sentido, en cuanto a la preparación de la prueba, no parece que se hiciese nada fuera de lugar. De hecho, las condiciones de la prueba estaban acordadas de antemano. Pero aquel 26 de abril sucedió algo inesperado.
Una emergencia provocó que todo se fuese al traste. Otra planta de energía quedó fuera de servicio y era necesario suplir su capacidad. Eso obligó a que se solicitase a Chernóbil que la planta, que en ese momento operaba en torno al 50% de su capacidad, pausase las pruebas.
Así que se operó durante varias horas con una potencia más baja de lo habitual, provocando que se produjese un fenómeno conocido como envenenamiento por xenón, causado por la acumulación de xenon-135. Algo que en condiciones normales no sucedía y que empeoró todo.
Porque provocó que, sin supervisión, la potencia del reactor continuase disminuyendo, muy por debajo del valor que se consideraba seguro para la prueba. En algún momento, el reactor llegó a generar apenas el 5% del total de energía que podía alcanzar. Había que solucionarlo.
Así que el personal de la planta decidió aumentar la potencia del reactor retirando muchas de las barras de control del sistema. Es cierto que funcionó y permitió que el reactor recuperase parte de su potencia, pero se encontraba muy lejos de lo considerado apropiado.
El reactor ya era inestable en aquel momento (en la medianoche del 26 de abril) y las operaciones posteriores no ayudaron. El flujo de agua varió en diferentes ocasiones. En un momento dado se aumentó (como parte de las pruebas). Solo para reducirlo poco después.
Porque el reactor seguía perdiendo potencia. No solo eso, se retiraron más barras de control, estando muy por debajo de la cantidad mínima de barras necesarias para que el funcionamiento fuese correcto y seguro. El mínimo, en cualquier escenario, era 28 barras. Se dejaron 18.
Dicho de otro modo, el reactor ya era tremendamente inestable antes de que comenzase la prueba en sí. Además, había sido retrasada muchas horas e iba a ser llevada a cabo por un equipo de ingenieros diferente al que se había previsto inicialmente. Y ahí llegó el detonante...
A la 01:23:04 comenzó la prueba. Se quitó la alimentación de la turbina, que debería seguir generando energía durante unos 40 segundos hasta que los generadores auxiliares entrasen en funcionamiento. La turbina, que iría perdiendo energía, debería conseguir aguantar ese tiempo.
Pero sin vapor que la alimentase, la turbina dependía, simplemente, de su velocidad y de lo rápido que frenase. La caída de energía generada provocó que también descendiese el flujo de agua, causando que se crease vapor y grandes huecos en el vapor, favoreciendo la reacción.
El aumento de energía del reactor aumentó la temperatura, provocando que aumentase la generación de huecos en el vapor. Todo ello hizo que, por lo explicado anteriormente, se retroalimentase de forma imparable. Y no había nada que pudiese detener al reactor en esas condiciones.
El sistema automático de control era capaz de detener esa retroalimentación. Insertaba las barras de control en el núcleo, limitando el aumento de potencia. Pero, en aquellas condiciones, el sistema solo tenía 12 barras de control. A la 01:23:40, se intentó apagar el reactor.
En este mecanismo sí que se usaban todas las barras de control, incluyendo las que los operadores habían retirado manualmente. El proceso de insertado era más bien lento. Tardaba unos 20 segundos en introducir las barras en el núcleo. Y, para colmo de males, estaba el grafito...
Porque las barras de control tenían, en su punta, grafito. En un apagado de emergencia, inicialmente, ese grafito provocaba que, brevemente, aumentase la energía del reactor antes del apagado. Pero las condiciones ya no eran normales. El núcleo se sobrecalentó tras esa maniobra.
Parte de las barras de combustible se rompieron, bloqueando las columnas por las que debían descender las barras de control, que se quedaron atascadas a, aproximadamente, la tercera parte de su recorrido, y provocando que ese grafito solo contribuyese para agravar el problema.
Fue el principio del fin. La potencia del reactor aumentó en cuestión de segundos y una explosión de vapor comenzó el desastre de Chernóbil… Provocó la mayor emisión de material radioactivo de forma descontrolada causada en una operación civil y sus efectos fueron notables.
En los primeros días, 28 personas fallecieron durante las operaciones de limpieza. Tras el accidente, se limpió las instalaciones, con el objetivo de reiniciar los reactores restantes, que podían seguir funcionando con normalidad, y aislar el reactor dañado de forma permanente.
Entre 1986 y 1987, unas 200 000 personas participaron en las tareas de limpieza. La mayor parte de los residuos radiactivos se depositaron en el entorno inmediato a la central, en forma de polvo y escombros. Solo algunos elementos más ligeros se extendieron mucho más.
El viento llevó parte de ese material a otras partes de Ucrania, así como Bielorrusia, Rusia, Escandinavia y parte de Europa. Se estima que unos 5 millones de personas vivían en las zonas afectadas (de Bielorrusia, Rusia y Ucrania). 400 000 en las zonas más afectadas.
De ellas, seguramente, no es ninguna exageración decir que la ciudad de Prípiat (en 2005 en la imagen) es el emblema del desastre. Una ciudad fantasma, en la actualidad, que en el momento del accidente tenía una población de 49 400 habitantes, evacuados en los días posteriores.
No fueron los únicos, el 14 de mayo ya eran 116 000 personas las evacuadas, en un radio de 30 kilómetros en torno a Chernóbil. En los años posteriores, 220 000 personas fueron reubicadas fuera de la zona de exclusión (cuyo radio también aumentó para cubrir una región mayor).
Lo que quizá no es tan conocido es que, en realidad, la mayor parte de las personas expuestas a la radiación de Chernóbil lo estuvieron a cantidades bajas. Las dosis más altas las recibió el personal de la planta y unos 1000 trabajadores de emergencias en el entorno de la planta.
La mayor parte de la radiación en las zonas contaminadas se debió al yodo 131 y cesio 137, elementos procedentes del reactor que tardan 8 días y 30 años, respectivamente, en perder la mitad de su radioactividad. Algo que se conoce como “vida media” de los elementos radioactivos.
Con el tiempo, se ha comenzado a repoblar algunas de las zonas contaminadas, en lugares como Bielorrusia, permitiendo que parte de la población pudiese volver, en las últimas décadas, a zonas que, aunque inicialmente habían sido aisladas, ahora se consideran más seguras.
En algunos casos hay restricciones especiales. Por ejemplo, los alimentos cultivados son seguros para su consumo (en algunas de estas regiones que están siendo repobladas), pero no se permite consumir carne de caza o frutos salvajes. Tampoco usar la madera local.
Es decir, a pesar de lo terrible que fue Chernóbil en su entorno inmediato, y especialmente en lugares como Prípiat, sus consecuencias a día de hoy son menores de lo que se podría pensar. Los estudios en los últimos años han demostrado que hay poco riesgo para la población.
Hubo mucha confusión (y sensacionalismo) después del accidente, pero la realidad es que en 2011, por ejemplo, Chernóbil fue declarado atracción turística y recibe visitantes. En 2015, un estudio mostraba que la población de mamíferos de la zona estaba proliferando.
En la zona de exclusión (entrada en la imagen), a pesar de la contaminación, la vida animal ha seguido proliferando. La naturaleza se ha adaptado al entorno. La planta está siendo desmantelada y desde hace algún tiempo, el reactor 4 está encerrado en un sarcófago nuevo.
Los residuos radioactivos generados en el accidente todavía tendrán que ser monitorizados durante mucho tiempo. Hay diferentes empresas dedicadas a la supervisión y gestión de esos residuos. A 17 kilómetros de Chernóbil, por ejemplo, hay una zona de almacenamiento.
Allí, los residuos almacenados deberán ser vigilados durante 300 años. Después, la radioactividad será tan baja que no será necesario seguir supervisándolo. A día de hoy, más de 30 años después, todavía se está trabajando en Chernóbil para terminar con lo sucedido.
Sea como fuere, el desastre supuso todo un varapalo para la URSS, especialmente en el aspecto político. En cuanto a la energía nuclear concierne, sirvió para que se mejorase el funcionamiento de todos los reactores soviéticos. Pero también para mejorar los reactores occidentales.
Aunque todavía quedan 10 reactores RMBK en funcionamiento, todos han sido modificados para que, en situaciones de operación con menos energía de lo habitual, sean estables. Los mecanismos de apagado automático ahora son más rápidos. Solo por poner otro ejemplo.
Se considera que algo como lo sucedido en Chernóbil, en este tipo de reactores, es prácticamente imposible en la actualidad. No lo determinó ni Rusia ni Ucrania, sino Alemania, en un informe que se puede consultar en este enlace: grs.de/sites/default/…
Y, por supuesto, lo sucedido allí no es aplicable a los reactores que encontramos en la mayor parte del mundo. Su diseño es diferente. Por supuesto, podríamos hablar de Fukushima, pero hay que recordar que nos encontramos ante una circunstancia más bien excepcional.
Porque esa planta nuclear sufrió el impacto de uno de los terremotos más potentes registrados en nuestra historia. Y, a pesar de eso, sus efectos no fueron comparables a lo sucedido en Chernóbil. En cualquier caso, volviendo a Ucrania, la serie es un viaje en el tiempo.
Ayuda a entender cómo se desarrolló lo sucedido en Chernóbil. Hay licencias artísticas, pero es una ventana a una época en la que, en la URSS, la seguridad nuclear no parecía estar entre las principales preocupaciones… El mundo hoy, quizá por culpa de aquello, es más seguro.
En ese sentido, la página web de la Asociación Nuclear Mundial contiene mucha información. Tanto sobre la energía nuclear como las consecuencias de Chernóbil, también a nivel de impacto en la población, apoyándose en los estudios publicados con los años: world-nuclear.org/information-li…
¡Fin del hilo!
@Sky_es ¡Ya está el hilo disponible como Momento de Twitter!
twitter.com/i/moments/1191…
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