Se cumplen 5 años del adiós a Don Ángel Tulio Zof. Mucho más que una relación indeleble con Central. Uno de esos entrenadores que, además de enseñar en la cancha, fue un maestro de la vida, infinitamente respetado por los que amamos este deporte. Le rendimos tributo en este hilo. 
Cuando Don Ángel Tulio Zof se retiró del fútbol pensaba en una vida tranquila. Le gustaba mucho conversar con la gente e imaginó que tener un taxi sería una muy buena idea, aunque no para manejarlo él exclusivamente. Vueltas de la vida, ese taxi lo hizo DT.
Don Ángel llevaba a un grupo de muchachos a Bigand, una localidad de Santa Fe que, al día de hoy, no tiene más de 6 mil habitantes. Bigand se encuentra a 70 kilómetros de Rosario. Allí los dejaba en la puerta del club Independiente.
Un día, los dirigentes del pequeño club, fascinados por la humildad de alguien que había jugado en Rosario Central, Quilmes y Huracán y que era respetado por todo el ambiente del fútbol, le propusieron entrenar al equipo. Pero Don Ángel no tenía el sí fácil y puso una condición.
"Quiero que los pibes coman bien y, de ser posible, que aquel que esté estudiando lo siga haciendo. Ya veremos cómo hacemos con los trabajos que tienen. Me interesa eso y que sean educados, buena gente. A algunos lo conozco. Si se da eso, agarro".
Independiente de Bigand vivió una película de Disney con su Ángel. Zof llevó a esos futbolistas amateurs a ganar la Copa de Oro de Santa Fe nada menos que ante Unión, que jugaba con la base del plantel que militaba en Primera B, por entonces segunda categoría del fútbol argentino
Al enterarse del trabajo de Don Ángel, fue Newell's el que golpeó a su puerta, en una época en la cual la rivalidad entre los equipos rosarinos no había alcanzado el punto de locura actual. En esa etapa como DT leproso se quedó con el clásico 1-0, con gol de Joao Cardoso.
Sus equipos se caracterizaban por ser ofensivos y el juego asociado. No se casaba con dibujos, pero la técnica era innegociable de mitad hacia arriba. Los cambios eran simples y efectivos. Buscaba sumarle al jugador, no convertirlo en otra cosa. Le importaban mucho las inferiores
Se fue de Newell's después de que algunos dirigentes le quisieran imponer jugadores que él no había pedido. En 1968, se convirtió en DT de Los Andes, que había ascendido a Primera División.
Con el club de Lomas hizo una excelente temporada. En el Metropolitano selló la clasificación al Nacional y el excelente juego de ataque del equipo posiblitó que tuviera al goleador del campeonato: Alfredo "Mono" Obberti.
Como un trayecto de tren que se sabe de memoria, se movió entre Newell's y Los Andes hasta 1970. Con el Milrayitas incluso ganó el torneo Reclasificatorio. En 1970, llegó a Rosario Central, y ya nada fue igual.
Con la Academia rosarina consiguió el subcampeonato de Primera División en el Nacional de 1970. Fue la primera vez que un equipo del interior llegó a esa posición. También fue el primero de esa condición en clasificarse a la Copa Libertadores.
Tras sellar las bases para lo que serían extraordinarios equipos de Central, que incluso conquistarían títulos, Don Ángel entendió que lo mejor era tomarse un descanso. Hasta que lo llamaron de Atlanta, club que le caía simpático porque varios amigos suyos habían jugado ahí.
Al fin de cuentas, eran 10 partidos con una misión casi imposible: salvarlo del descenso. Si lo conseguía, se afianzaba como un DT de élite, aunque más le preocupaba formar planteles de buenos jugadores y buenas personas. Si no lo lograba, quién iba a reprocharle a algo...
Pero el tipo tenía Ángel y Atlanta se salvó y jugando bien al fútbol. La dirigencia le pidió por favor que se quedara e incluso los hinchas se acercaron hasta un bar donde paraba para rogarle que no dejara al equipo y que al menos fuera el entrenador en el siguiente torneo.
Don Ángel aceptó y en el siguiente Nacional de Primera División convirtió a ese equipo que tenía al descenso tatuado en el destino en una gran expresión futbolera que fue 4º en su zona y estuvo a punto de clasificar a las SF por el título.
En 1972, regresó a Rosario Central, que venía de consagrarse campeón con Ángel Labruna. Nuevamente consiguió muy buenos resultados, pero no pudo coronarlo con un título y esa presión le estaba pasando factura a su tranquilidad. Nuevamente creyó que lo mejor era descansar.
Y así como había aparecido Atlanta, apareció Atlético Ledesma, un equipo de Jujuy entusiasmado con la idea de jugar en Primera División gracias a los regionales clasificatorios. Le propusieron a Don Ángel hacerse cargo hasta del fútbol infantil, y aceptó.
Como entrenador del equipo jujeño consiguió la clasificación a los Nacionales de Primera División en 3 de los 5 Regionales que disputó, e incluso se dio el gusto de firmar varios batacazos, entre ellos ganarle al Independiente que tenía la base del multicampeón de la Libertadores
Era un DT top, que convertía cenizas en perlas, pero tenía un dolor en el alma que era no poder salir campeón con Central. Regresó en 1979, llegó a instancias decisivas del Metro y del Nacional, y no pudo. Y les dijo a los suyos "no va más". Y se fue...
Lo reemplazó Roberto Marcos Saporiti y Central no encontraba el camino. Don Ángel sabía que el potencial estaba, pero que si volvía y las cosas no salían ya no habría más oportunidades. Pero los amigos lo convencieron y le dijeron "dale, es la última, no te vas a arrepentir".
La gente lo pedía y lo quería. Y Zof volvió. Y le puso su Ángel al equipo, que esta vez fue imparable y se consagró campeón nacional de Primera División en 1980 con la mezcla perfecta de buen juego, carácter, experiencia y jóvenes. El sueño se hizo realidad.
Con la mochila más liviana, pasó por Platense y, cuando pensaba nuevamente en dejar la actividad, regresó a Atlético Ledesma para clasificarlo otra vez a un Nacional de Primera División, esta vez el de 1984. Al mago le quedaban varios trucos...
Vivió con dolor el descenso de Central y festejó con el ascenso de la mano de Pedro Marchetta. La Academia de nuevo en Primera, sin DT y con buenos jugadores ¿A quién podemos llamar para estar tranquilos e incluso permitirnos una ilusión de título? Claro, a Don Ángel!
Y la realidad superó a la ficción. Zof construyó un equipazo. Central se convirtió en el primer y único equipo en ascender y consagrarse campeón de Primera. Aquella vuelta olímpica en cancha de Temperley y su discurso simple y bello quedan en la historia.
Pero esperen, quedaban más hazañas. En 1995, Don Ángel fue el arquitecto del Central campeón de la Copa Conmebol, tras perder 0-4 la ida en Brasil ante Atlético Mineiro y ganar la revancha por penales. Una remontada épica que trasciende cualquier camiseta. Simplemente emocionante
Fue el primer título a nivel CONMEBOL para un club del interior de la República Argentina. Y a no olvidarse de algo: los equipos de Don Ángel jugaban bien. Nada era casualidad. Eran la consecuencia de una idea. Imborrable:
En 1996 llegó a las SF. Una vez más se planteó el retiro. Volvió en 2004, a los 76 años, con una dirigencia desastrosa que tenía el club en un estado calamitoso. Y otra vez hizo milagros... Excelentes Apertura 04 y Clausura 05 para viajar la Sudamericana y la Libertadores.
Su corazón se apagó el 26 de noviembre de 2014, a los 86 años. Su luz iluminará eternamente a Rosario Central y al fútbol argentino. Ganó mucho y, sobre todo, enseñó. No se quedó con nada, tuvo en claro que esto es mucho más que una pelota que entra o pega en el palo.
Fue declarado Ciudadano Ilustre de Rosario. Brindó un discurso simple que interrumpió varias veces por las lágrimas. Adentro estaba lleno de hinchas de Rosario Central. Afuera había gente de Newells que lo conocía de su paso por el club, camuflada para saludarlo.
Fue nombrado Mayor notable por el Congreso de la Nación. Desde 2011, se disputa en Jujuy el torneo Integración Ángel Tulio Zof. En 2015, Central bautizó con su nombre la ciudad deportiva de Granadero Baigorria. El ministerio de Educación lo designó Maestro de la Vida. Y ESO FUE.
