Ven a sanar las heridas, otro.
Ven a poner paz.
Ven, que no podemos más.
Ven, ven…
Aunque parezca solo un destello.
O el anuncio de algo imprevisto.
Eso es. Un anuncio.
Hágase la luz en medio de tantas tinieblas.
Hágase justicia que a tantos parece haber abandonado.
Hágase de carne el corazón de piedra.
¿O soy alguien que, por responder a medias, no termina de dejar que conviertas la vida en un Magnificat?
Qué necesaria la memoria, que nos hace sabios, que en la experiencia encuentra respuestas y, al no olvidar, nos ayuda a no caer en los mismos errores (ya caeremos en otros)
Es un establo. Huele mal. Intenta adecentarlo un poco. Limpia el suelo, vacía un pesebre, lo llena de paja, y hace un lecho para ella, que se tumba.