Atención, señores que se hacen los locos con la furia populista y reaccionaria de Vox y se excusan alegando que el partido "es liberal en lo económico".
Este cambio en Vox tiene mucho sentido electoral. Solo vean lo que pasó en Inglaterra, donde los conservadores arrebataron millones de votos al laborismo en sus bastiones proletarios tradicionales. Apelan al votante de clase baja con un nacionalismo reacio a la multiculturalidad.
Y en EE.UU. con Trump. Pero este mensaje reaccionario lo tienen que equilibrar con una promesa de ayuda económica a las masas. El capitalismo absolutamente "laissez-faire" en tal sentido no es atractivo.
Recordemos que el populismo es esencialmente anti elites. Las elites económicas, con sus privilegios y comedidades en una era de desigualdad creciente, son un blanco fácil, y no necesariamente con una retórica de izquierda.
El populismo de derecha suele crear un antagonismo entre el "pueblo noble", sencillo, tradicional, patriota y marginado, por un lado, y la "elite corrupta", excéntrica, depravada, cosmopolita y privilegiada, por el otro.
Para muestra vean los tuits de Vox denostando contra "millonarios progres".
La crisis económica a finales de la década pasada arruinó la fe en el liberalismo internacional para muchos de quienes peor la sufrieron. Estos ven culpables en los inmigrantes, pero también en unas elites económicas transnacionales ("globalistas") a las que acusan de egoísmo.
Por eso Trump y otros arremeten contra el libre comercio global y presionan a las compañías de sus países para que contraten personal nativo y no hagan "outsourcing". Ese mensaje, junto con el rechazo a los extranjeros, cala en los trabajadores de las democracias desarrolladas.
