Vivimos un momento inédito. Nunca pensamos que tendríamos que organizarnos como sociedad para defender nuestra casa, nuestro México. Cada decisión, cada reforma constitucional, cada discurso, apunta a una sola dirección: A la instalación y consolidación de un régimen totalitario. 
México regresó a un presidencialismo con poderes absolutos que ha colocado “contra las cuerdas” a todo el sistema democrático conquistado en las últimas décadas. López Obrador llegó al poder con un proyecto político que tratará de imponer las condiciones hasta donde se le permita
Debemos ver el 2020 como un año crucial para la democracia que será utilizado para preparar el 2021. Durante el próximo año, la #4T utilizará todos los recursos económicos, políticos, sociales y jurídicos a su alcance para ganar las elecciones intermedias y consolidar su poder.
Seremos testigos de cómo se diseña y construye, desde el gobierno, uno de los procesos electorales más inequitativos. La #4T se juega el próximo año el todo por el todo. Se hará lo necesario para debilitar la autonomía del INE.
Esto implica el desvío masivo de recursos públicos a una serie de programas sociales manejados por instancias públicas para comprar e inducir el voto. Esto explica por qué el Presupuesto Federal 2020 fue diseñado para privilegiar el gasto con programas asistencialistas.
Ello permite entender el verdadero trasfondo de la famosa “Austeridad Republicana”, una fachada de ahorro que ya consiguió un subejercicio histórico de 155 mil 300 millones que –en un régimen sin respeto a la legalidad- podrá ser utilizado en la oscuridad y sin trasparencia.
Al mismo tiempo que las autoridades “ahorran” recursos para afianzarse en el poder, hay hospitales públicos sin medicamentos, sin camas, sin instrumental; escuelas públicas sin pupitres y sin maestros; universidades, centros de investigación científica y tecnológica sin recursos.
Tenemos un gobierno que siente un profundo desprecio por los mexicanos. Ese “pueblo bueno” no es más que un instrumento que se utiliza para obtener votos. Entre más pobre e ignorante sea ese “pueblo sabio”, más útil es.
La falta de un proyecto de nación y la inexperiencia que hay en el gobierno actual, nos permite entender por qué el país no creció el año pasado, por qué el desinterés en una política de inversión y desarrollo, por qué no se habla de combatir la pobreza, y sí, de reivindicarla.
El triunfo de #MORENA en el 2021 permitiría al Presidente concentrar todo el poder. Estaríamos ante el regreso de un centralismo visto en la época de Santa Anna. El gobierno tendría más posibilidades de reformar la Constitución, dañando de muerte el sistema democrático del país.
No podemos confiar en una oposición temerosa y en muchas ocasiones arrodillada. La tarea no es fácil, pero no es imposible. Muchas dictaduras o gobiernos autoritarios han caído cuando una sociedad desafiante, movilizada y organizada, se les ha puesto enfrente.
El gran reto que hoy tenemos es lograr que movimientos que están surgiendo a lo largo y ancho del país, se articulen para formar una poderosa fuerza de resistencia que permita ir a las urnas con otra mentalidad. Tenemos que quitarnos el miedo.
Tenemos que hacerle entender a la ciudadanía que un Presidente de verdad no insulta, divide o le miente a su pueblo. Necesitamos exigirle a los partidos políticos que cumplan con su deber de ser oposición.
Estamos ante una “tormenta” perfecta”. Un régimen autócrata que abusa del poder y que no tiene competencia. Ante este escenario, es imprescindible construir una alianza entre sociedad organizada y aquellos que coincidan con el objetivo de impedir que muera la democracia mexicana.
México no es propiedad de un solo hombre. Evitemos que nos despojen de nuestra casa. Esa águila que sobrevoló para fundar una gran Nación lo hizo en libertad. No permitamos q el odio, la venganza y la obsesión d tener el poder absoluto nos convierta en esclavos y nos impida soñar
