Empiezan las medidas socialistas contra la propiedad. Fernández muestra su verdadero rostro, igual al de Cristina. Estas medidas tendrán peores consecuencias que el virus. Argentina camino sin retorno a ser Cuba-Venezuela . El país que sigue luego de la pandemia es una autocracia
Las medidas de control de precios - además de ser inútiles y contraproducentes - recuerdan el lenguaje patotero de Perón, y anticipan el mismo resultado que logró el jefe del fascismo argento.
La prohibición de ejecutar las hipotecas y los desalojos, y el congelamiento de alquileres, son también copia del fracasado modelo mussoliniano de los 50, y tendrán también el mismo efecto y las mismas consecuencias.
El galterismo que ahora aparece en el tono, el estilo y las medidas de Fernández, son tradicionales en el peronismo, y muestran además la impotencia de un gobierno sin ideas en lo económico que prefiere que no pase la pandemia.
Porque después de la pandemia no sabe para donde agarrar, ni qué hacer, ni tiene ninguna idea. Ya no las tenía antes del coronavirus, menos ahora que se pagará el costo adicional de la cuarentena, más allá de que sea necesaria.
Guarda a Ginés García, que se vuelve un ministro invisible. Guardará a Guzmán, otro ministro que no sabe para donde ir, además de haber errado el planteo técnico en la renegociación de la deuda con los bonistas.
Un equipo de funcionarios zombies. Como el de Perón en su segunda presidencia. Con una sola virtud: la ciega obediencia.
Sin crédito por muchos años, ni externo ni interno, sin moneda, sin inversión, con la desconfianza del agro, de los sistemas de distribución y comerciales, salir del pozo es inviable. Aprovecha la pandemia como un "pido", para no tener que exhibir su inutilidad.
En esas condiciones, le queda la épica de acusar a "los malos" y de girar a la izquierda y al cercenamiento de la libertad y del derecho de propiedad, cuyas consecuencias, además de destrozar la CN, serán la escasez y el desempleo.
Ese camino, unido a la senda paralela de la reforma de la justicia en varios ángulos y del código penal, lleva sin escalas y a una velocidad inimaginada a Venezuela. El encono contra los estúpidos que se fueron a las playas y ahora no deja volver es una sanción dictatorial.
Este camino que empieza ahora tiene una sola mano. No tiene mano de vuelta. No parará. Y seguirá en breve con mediadas que nada tienen que ver con el virus sino con el control social liso y llano. Con o sin pandemia.
De paso, existe el riesgo latente y altamente posible de que la lucha contra esa enfermedad fracase. O sea, que debamos pagar un alto número de muertos. [Espero estar errado]. Eso empeorará la situación de libertades y de derechos. Porque alguien tendrá que tener la culpa.
Las acusaciones, sanciones y confiscaciones se acelerarán. Y las expropiaciones. El coronavirus ya nos mató. Como país y como exciudadanos.
