Hoy, que se conmemora la primera edición de #ElPrincipito, bien merece Antoine de Saint-Exupéry que sobrevolemos su fascinante vida. Su auténtica pasión fue la aviación, fiel a no tener tener los pies sobre la tierra; un niño grande en un cuerpo adulto, de dimensiones exageradas.
Saint-Exupéry fue un pionero de la aviación francesa, uno de los primeros pilotos civiles en transportar correo aéreo. Primero entre Francia, España y las colonias francesas en África. De aquella experiencia surgieron sus dos primeras novelas: "Correo sur" y "Vuelo nocturno". 
Después, dirigió desde Argentina los servicios de Aeropostale en América del Sur. En 1930 conoció en Buenos Aires a la salvadoreña Consuelo Sucín. La primera noche la llevó a conocer la ciudad desde el aire. Comenzó a hacer piruetas arriesgadas hasta conseguir un primer beso.
Se casaron un año después. Vivieron 14 años de interrumpida y conflictiva relación, en un pulso continuo de temperamentos distintos. En 1939, Saint-Exupéry publicó "Tierra de hombres" y en 1943, durante su exilio en EEUU, "El principito" y "Carta a un rehén".
Murió en 1944 durante un vuelo de reconocimiento en el sur de Francia, abatido por un caza alemán sobre el Mediterráneo. En 1998, un pescador halló la pulsera que llevaba el día de su muerte, con su nombre, el de Consuelo y sus editores.
La famosa rosa que aparece en el libro es un símil literario de su mujer, Consuelo Sucín, la flor orgullosa y con espinas, única en su planeta: " ¡Ella es tan débil y tan inocente! Sólo tiene cuatro diminutas espinas para protegerse contra el mundo”.
