Thread by @hombrerevenido

Un trono de 2 toneladas de oro macizo. Un manto con 758.000 perlas.
No es el siglo XVIII. Está acabando el año 1977...

La coronación de Bokassa I como Emperador de Centroáfrica calca la de su ídolo, Napoleón Bonaparte.
Llega el turno de su autocoronación.

Todos contienen la respiración porque Bokassa va a colocarse la corona de 6.118 brillantes, 10 esmeraldas, 5 rubíes y un diamante de 138 quilates sin quitarse la diadema...

Y en el último segundo se da cuenta.

PUM. Coronado.
Venga esas fotos, primos.

Moviola

Pasaron más cosas loquísimas durante la coronación, luego volveremos a ella. Pero dejadme empezar por el principio.

Jean-Bedel Bokassa nació en Bobangui (no es borma), colonia francesa de Ubangui-Chari (tampoco es broma) en el África Ecuatorial Francesa.

La descolonización e independencia (en 1960) convirtió ese territorio en la República Centroafricana.
Para esa época Bokassa ya era capitán del ejército francés.

Se había unido en 1939 a las Fuerzas Francesas Libres.
Combatió en la II Guerra Mundial y en Indochina. Recibió la Legión de Honor y la Croix de Guerre.

En 1964, el presidente centroafricano David Dacko (su primo) le llamó para ser el jefe del Estado mayor de su ejército.
Si te llama la familia, vas.

Como vio que su primo era un flojo, dio un golpe de estado y tomo el mando el 31 de diciembre de 1965.
Fiestón de Nochevieja, supongo. Los doce cañonazos.

¿Qué voy a hacer si soy el que más molo?

Bokassa tenía grandes ideas de gobierno.
Empezó echando a los chinos del país y redactó un nuevo código penal.

Siguiendo una ancestral tradición taurina, si un ladrón robaba, se le cortaba una oreja.
Si reincidía, se le cortaba la otra oreja.
Al 4º robo ya se le ejecutaba, porque no lo estaba entendiendo.

También prohibió las películas del oeste. Y allí ya se empezaron a ver trazas de su crueldad.
Luego se desdijo.

Francia seguía dándole bola. ¿Por qué Bokassa fue el primer jefe de estado al que visitó el presidente electo Giscard d'Estaing?
Por el uranio. Un suministro estratégico.

Bokassa se sentía intocable. La espiral de atrocidades y expolio se aceleró, al mismo tiempo que se acumulaban las medallas en su pechera.

Si no queda bien en un dictador africano tampoco lo hagáis con imanes en vuestras neveras.

Sofocaba rebeliones (auténticas e inventadas), fusilaba por deporte y era el monigote útil de una colonia fantasma.
Lo contrario a un libertador.
La caricatura soñada por cualquier racista.

El aburrimiento hizo el resto.
Se nombró Emperador del Imperio Centroafricano, un territorio inhóspito de 2 millones de habitantes, con uno de los mayores índices de pobreza del mundo.

Era diciembre de 1977 y el mundo encajaba con estupor las imágenes y las crónicas.

Gastó la mitad del presupuesto nacional en un fiestón fastuoso (que terminó pagando Francia)

Por cierto, como necesitaba una Josefina, de entre su harén eligió como emperatriz a su favorita, Catherine,
Cómoda del todo no estaba.

Esta historia tiene muchos feos, muchos malos y pocos buenos. Pero en la coronación vamos a ver aparecer a uno de los últimos.

Y no es el heredero Bokassa junior, que se aburría como una ostra.

Unos estudiantes de derecho de la universidad de Poitiers había escrito a la embajada centroafricana de París explicando que era tradición que el rey de Basoche acudiera a las grandes coronaciones.

Ya habían escrito ese mismo año a la Casa Real Británica para excusar su presencia en el Jubileo de la Reina Isabel II.

El reino de Basoche era un antiquísima orden creada en 1303 para una especie de procesión burlesca.
Los alumnos de Poitiers lo habían resucitado para sus bromas.

Y la broma alcanzó sus más altas cotas cuando a 4 días del evento recibieron la invitación y los pasajes de avión para el rey y la reina.

El rey Didier I y su prometida se plantan en la capital del nuevo Imperio, Bangui, con un conductor, un coche oficial y algo de miedo.

Pasarán 5 días a lo grande. Nadie les preguntará ni una sola vez sobre su extravagante reino.

No todos los héroes llevan capa...
Bueno, éste sí.

Estáis esperando que tras la ascensión del dictador de opereta venga la caída.
No os equivocáis.
Sobre todo no perdamos de vista el movimiento sísmico que siguió a esa caída.

El emperador Bokassa I seguía a lo suyo, robando a manos llenas.
De repente se tuvo que enfrentar a una revuelta. Y se enfadó, claro.

Se había sacado de la manga una ley que obligaba a todos los estudiantes a ir a clase con un costoso uniforme.
¿No podían comer y se iban a gastar los cuartos en un uniforme escolar?

Los estudiantes salieron a protestar y el ejército represalió muy fuerte.
Murieron más de 100 menores en la cárcel de Ngaragba.

Cuando se supo, la opinión pública mundial se escandalizó.

Bokassa negó todo.

Aparecieron las pruebas y entonces negó que él participara en la matanza.

Ante nuevas pruebas negó que fueran menores.

Al presidente francés Giscard d'Estaing le explotaba el asunto en las manos. Optó por lo fácil.

Aprovechando un viaje de Bokassa a Libia movilizó a los paracaidistas franceses en la "Operación Barracuda".
Así devolvieron el poder al anterior dictador, David Dacko.

Bokassa, que cobraba una pensión de Francia por veterano de guerra y tenía allí 12 mansiones y 1 castillo, voló a Francia. No le dejaron quedarse.

Se negoció un asilo político en Costa de Marfil. Era el año 1979 (no habían pasado ni 2 años desde la coronación)
Giscard respiró aliviado.
Se equivocaba.

Bokassa había llamado "papá" a De Gaulle, "mamá" a Francia y "mi querido pariente" al presidente de la república.
Y ahora se sentía traicionado.

Aparecieron papeles comprometedores que salpicaban a Giscard d'Estaing y a su familia. En ellos se reflejaba que habían recibido diamantes de mano del dictador.

Giscard se asombró: "¿Diamantes? Yo creía que eran peladillas. Con razón tardaban tanto en deshacerse en la boca"

La "diamantización" de la campaña electoral de 1981 acabó provocando la sorprendente derrota de Giscard d'Estaing a manos del socialista Mitterrand.

Pero que nadie se alarme, porque aquella era una época en la que pasaban... "cosas".
Sobre todo relacionadas con la geopolítica africana.

Abróchense los cinturones.

El ex-ministro de asuntos exteriores francés, Jean de Broglie, moría asesinado en la nochebuena de 1976.

Uno de los grandes ideólogos de la política francesa en África muerto en extrañas circunstancias.

+ En octubre del 79, moría en extrañas circunstancias (un suicidio sospechoso) Robert Boulin, ministro de trabajo del gabinete de Giscard d'Estaing.

+ En febrero de 1980, era asesinado en extrañas circunstancias otro antiguo ministro, Joseph Fontanet.

+ Una semana después, muere en Camerún, en un extraño accidente de avión, René Journiac, consejero e inspirador de la política africana de Giscard d'Estaing.

No me miréis así que yo también estoy asustado.

A todo esto, Bokassa volvió a Francia y, desde su castillo (en bata), preparaba el regreso triunfal a Centroáfrica.

Le acompañaba el hombre que había organizado el acoso y derribo de Giscard, un tal Roger Delpey, compañero de Bokassa en Indochina.

Delpey había sido detenido en 1980 cuando salía de la embajada de Libia, acusado de espionaje. Una buena pieza.

Y Delpey era el que le había presentado al ex-emperador al que iba a ser el "negro" de su autobiografía. Holeindre, un exterrorista de las OAS y jefe de seguridad del Frente Nacional. Otra joya.

Quizás por eso, en los 80, Le Pen y sus seguidores usaban el castillo de Bokassa para sus reuniones.

Perdón, me ha dado un vahído de la impresión.
Sigamos, que queda poco de esta locura siniestra.

Bokassa decidió que ya valía de tonterías. Se iban a celebrar elecciones en la República Centroafricana y su corazoncito de emperador quería que le hicieran casito.

Aterrizó en Bangui y la multitud no fue a aclamarlo.
Hubo un par de jubilaos junto a su estatua que sí que le dijeron "¡Dales caña, Jean-Bedel!"

Bokassa fue detenido y juzgado por:
- Asesinato
- Ocultación de cadáveres
- Atentado contra las libertades individuales
- Malversación de fondos
- Antropofagia

Era un preso político. 🎗️
El tribunal fue clemente con él y lo condenó a muerte.
(Aunque fue absuelto de los delitos de antropofagia)

El morbo europeo había alimentado la leyenda de que se comía a sus adversarios políticos (una vez asesinados y cocinados, claro, somos gente civilizada).
La sospecha era fuerte.

Un pucherazo presidencial transformó la pena capital en cadena perpetua.
Y 7 años después, una amnistía general lo dejó en la calle.

Estaba arruinado física y económicamente. Era una sombra del ogro que fue.
Muere en 1996.

Werner Herzog había hecho en 1990 un documental sobre su figura llamado "Ecos de un reino oscuro".

La peli acaba con un primate fumando.
No sé si trata de humanizar a un animal para animalizar al ser humano, o lo entendi yo mal.
De todos modos, me parece un gran final.

Aunque me quedo con las palabras del poeta senegalés Léopold Sédar Senghor:
🌍 "Escucha el mensaje del África lejana y el canto de tu sangre.
Escucha la savia de abril que en tus venas canta"
materialdelectura.unam.mx/index.php/16-p…

FIN

*Journiac es este que está junto a Giscard (he adjuntado la foto que no era)