Os voy a contar una historia en la que, como hombre, me sentí violador sin serlo. Y no me pareció mal.
HILO 👇
HILO 👇
Era tarde, muy tarde de madrugada. Decidí hacer un alto en el trabajo para bajar a la puerta de mi edificio a fumar un pitillo. Al cabo de unos minutos, llegó un coche con tres chicas.
El coche se detuvo un poco más allá de mi posición, y de él bajó una chica que se dirigía a mi edificio. Detrás de ella, enseguida se bajó otra chica que acompañó a la primera hasta la puerta.
A pesar de no conocerlas, les saludé. Cortésmente me devolvieron el saludo. La primera chica llamó al telefonillo, le respondieron, y le abrieron la puerta.
La segunda chica se quedó esperando a que la primera entrase. Al tiempo, el coche se acercó hasta la puerta para participar del cuidado de la primera. Esperaron hasta que entró en el ascensor sola.
Durante todo ese proceso, yo fui un potencial violador para ellas. Y me pareció bien. ¿Acaso lo soy? Obviamente no. Pero semejante demostración de cariño y cuidado está por encima de lo que yo pueda pensar.
Hombres: cuando las mujeres parecen generalizar, en realidad pretenden hacernos reflexionar. Y la consecuencia es esta: mujeres que reflexionan y se protegen, y hombres que reflexionan y las protegen (y fuera los egoísmos). Bravas, adelante 💪
