Intentaré desmontar ese lugar común con la ayuda de un hilo 👇
¿Por qué es falso?
¿Por qué es un enfoque equivocado?
¿Por qué lo repiten tanto?
Las instituciones —el andamiaje de lo público— al servicio de la dignidad de todos
-Multiplicó por 10 los estudiantes de colegios públicos en jornada completa
-Valorizó las empresas públicas de la ciudad
-Saneó las finanzas de los hospitales públicos
-Y casi medio millón de personas salieron de la pobreza multidimensional
-La tasa de homicidios fue la menor en cuarenta años
-Se redujeron todas las cifras de mortalidad infantil
-Y, por primera vez, ni un niño murió de hambre en la ciudad de Bogotá.
Ahora bien, este es un enfoque equivocado.
Porque la política —y la gestión desde las instituciones— no es tanto un problema de saber técnico, sino de intereses.
¿Al servicio de la niñez, los trabajadores, los ciudadanos de a pie, o (como la élite que padecemos) al servicio de los intereses económicos de contratistas amigos, las petroleras y fabricante de buses, la banca y los fondos buitre?
Y los demócratas debemos asegurarnos de que sea, sí o sí, un instrumento al servicio del pueblo.
Es un pilar discursivo neoliberal y, por ello, un argumento furiosamente antidemocrático.
Y los empleados de la ciudadanía (los cargos públicos) deben cumplir un requisito esencial: la defensa incuestionable del interés común.
Lo que debemos resaltar en él es su ética y convicción democrática. O dicho de otro modo: lo que debemos resaltar es que él nunca se equivocó de bando.
Nunca olvidó que su trabajo era defender a la ciudadanía, buscar su bienestar y, por tanto, la justicia social.
Como no podían decir que Petro era corrupto, el modo de acabar con él era acusarlo de improvisador, errático, mal administrador.
Dicen que Gustavo Petro debería regresar al Congreso, a la denuncia, a un puesto no ejecutivo... Se trata apenas de uno de los hábitos del gran poder, capaz de tolerar ciertas incomodidades, pequeñas voces disidentes, en tanto nadie amenace su posición predominante
Pero si el proyecto crece, y los vecinos dejan de comprar en el supermercado, el dueño hará todo lo posible por destruir la huerta.
Pero si decidimos disputar el poder, las instituciones, el presupuesto público, ese mismo establecimiento no descansará hasta destruirnos.
“Ustedes no saben gobernar, regresen a la denuncia pasiva”
Pero Colombia ha cambiado, y ellos tardan en comprenderlo.
El nuevo país está naciendo en las plazas.
Lo anunciamos: llegó la hora de una Colombia Humana.