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Bueno, amijos, como lo prometido es deuda pues hoy os voy a contar la historia de la señora que se batió en duelo con su amante en camisón. Hilo:
No pasa todos los días que lo menos reseñable en la vida de una señora es que su padre se dedicaba a la necromancia, pero ese el caso de nuestra señora de hoy.
Roma, 1646. Nace Hortense Mancini.
…o nace Hortensia Mancini. Sinceramente, lo del nombre es un poco circo a veces, pero yo voy a llamarla Hortense porque es como se refieren a ella en los textos que tengo sobre su vida.
Su padre, el necromante, estaba casado con una aristócrata famosa por su gran belleza. Desafortunadamente, este señor murió cuando sus hijas eran muy jóvenes. Que ya es mala suerte, que el primero en morirse sea el nigromante de la familia.
Su mujer se quedó viuda con cinco niñas que criar y casar, pero tenía un hermano que estaba dispuesto a echarle un cable porque tenía debilidad por sus sobrinas y porque tenía poderío de sobra para ocuparse de ellas.
Este hermano bondadoso no era cualquier señor: era el Cardenal Mazarin, consejero del rey Luis XIV, podrido de pasta y uno de los hombres más poderosos de Francia. Digamos que podía permitirse criar a cinco niñas bien, tranquilo y sin mucha pena.
Mazarin se llevó a sus sobrinas a la corte francesa con él. Cinco niñas guapísimas, todas por casar, con mucha pasta que heredar y sin mucha medida del escándalo, ya os podéis imaginar el revuelo que se montó en la corte.
Todo el mundo hablaba de ellas, hasta tal punto que empezaron a referirse a ellas como grupo con el nombre de las Mazzarinettes. #StayOnBrandKids
(Aprovecho para decir que en los últimos años he visto artículos y posts sobre la vida de las Mancini y que si tengo que leer un sólo texto más que compare a las Mancini con las Kardashian voy a tirar una mesa por la ventana.)
Aunque las movidas fueron muchas, la más escandalosa fue que una de las hermanas, Marie, se ennovió con Luis XIV. Los dos estaban súper intensos con el tema pero no podían casarse porque Política, así que Marie lo pasa fatal, llora, se encierra en su cuarto, se suena los mocos...
Y a nuestra joven Hortense todo esto le parecía como demasiado excesivo y empieza a preguntarse si realmente vale la pena sufrir así por un pavo cuando la vida es corta y está llena de oportunidades para pasarlo bien.
Así que Hortense le dijo a su tío (que planeaba casarlas a todas con señores muy ricos a cambio de influencia y contactos políticos) que la casara con quien le diera la gana, que a ella le daba todo un poco igual.
Pero aunque a Hortense le daba igual el romance, no le daba igual no tener gente con quien liarse y conoció a Charles, un noble exiliado que pensaba de la vida más o menos como ella: que no había que acercarse a una relación monógama seria ni con un palo de veinte metros.
Pero Mazarin no iba a consentir que su sobrina favorita acabara con un señor exiliado y juerguista. Además, se puso muy enfermo, se dio cuenta de que iba a morir pronto y de repente le dio mucha prisa por casarlas a todas, rollo señora Bennet en 'Orgullo y Prejuicio'.
Por si os lo preguntáis, sí, consiguió casarlas a todas. Después de todo eran las cinco solteras más codiciadas de la corte francesa, tampoco es que tuviera que buscar mucho para encontrar señores ricos y poderosos que se daban tortas por casarse con una Mazzarinette.
Pero para Hortense no buscó cualquier matrimonio. Para Hortense reservó un matrimonio extra súper ultra especial porque era su favorita, así que la casó con el que probablemente era el hombre más rico de Europa.
Y como todos sabemos, ser el hombre más rico de Europa garantiza que va a ser un gran matrimonio.
Este señor se llamaba Armand-Charles de La Porte, Duque de La Meilleraye, Duque de Mazarin (al casarse con Hortense) y marqués de Nosequé y príncipe de Otracosa, y capitán de artillería con doble de queso, pero todo esto no me importa porque lo vamos a llamar el Duque Gargajo.
Porque gargajo es una palabra graciosa y porque encapsula en su significado algo verdaderamente asqueroso, aunque no tan asqueroso como el Duque Gargajo.
Vamos a repasar algunas de las cosas que el Duque Gargajo hacía con su vida antes de casarse con Hortense.
El Duque Gargajo pensaba que hablaba con al ángel Gabriel. Empiezo fuerte para que no os pille por sorpresa más adelante lo increíblemente desequilibrado que estaba este hombre.
El Duque Gargajo picaba/partía/arrancaba los dientes a las doncellas, para que si sonreían no tentaran a los hombres. También ordenaba que se ordeñara a las vacas durante muy poco tiempo porque ordeñar a las vacas era muy erótico y podía llenar a la gente de lujuria.
Además, Mazarin intentó colocarle a otras hermanas Mancini años antes, pero el Duque Gargajo las rechazó alegando que tenía que ser Hortense porque estaba enamorado de ella y si no se casaba con ella se iba a morir. Esto pasó cuando el Duque Gargajo tenía 24 años y Hortense 10.
Total, que Hortense se casó con este error de la naturaleza cuando tenía quince años.
Vamos a ver los nuevos hobbys que se buscó el Duque Gargajo después de casarse, aunque seríamos mucho más felices sin saberlo, no os voy a mentir.
Todos los días llevaba a Hortense a la capilla y la obligaba a rezar de rodillas para pedir perdón por hacer cosas como bailar, reír o reunirse con sus amigos.
No quería que Hortense viera a sus amigos ni a su familia, no la dejaba salir de casa y la humillaba constantemente. Hortense llegó a escribir que su marido “odiaba todo lo que me hacía feliz”.
De vez en cuando organizaba búsquedas a media noche en la habitación de Hortense porque pensaba que habría hombres escondidos (como si Hortense se preocupara por esconder a nadie cuando alguien le gustaba).
Pintó encima de los cuadros de desnudos de la casa (tenía una colección enorme de grandes maestros que arruinó por completo) para que Hortense no sintiera lujuria al verlos. Que vale que a la muchacha le fuera la marcha… pero la vida tiene límites, Gargajo.
Durante esos años, Hortense tuvo cuatro hijos que nunca quiso tener. Uno de ellos, por cierto, dicen que nació en un carruaje porque el Duque Gargajo la obligaba a viajar a su lado a todas partes para no perderla nunca de vista.
Pero aquí está la cosa… aunque Hortense lo pasaba muy mal (COMO HABRÉIS IMAGINADO YA) y aunque sus hermanos se preocupaban por su salud y porque estaba más seria que nunca, ella era absolutamente indomable.
Y el Duque Gargajo se dio cuenta, así que en vez de seguir intentando destruirle la autoestima, la mandó a un convento donde se especializaban en recoger “esposas rebeldes” para reformarlas.
Hay dos versiones del momento en el que el Duque Gargajo manda a Hortense al convento, porque a veces la historia es así.
Mi favorita es que Gargajo se enteró de que Hortense tenía una amante que era otra señora casada, Sidonie de Lenoncourt y Courcelles, así que ambos maridos decidieron mandarlas al convento a reformarse.
Decidieron mandarlas. Juntas. A un convento. Muy, muy lejos de ellos. Juntas. Esta es mi versión favorita, porque madre mía, los genios.
Pero la más probable es que Hortense conociera a Sidonie en el convento, donde rápidamente se aliaron para alegrarse mutuamente la vida a nivel de empotración y a nivel de amargarles la existencia a las monjas que las vigilaban.
La gente suele contar que les ponían tinta en el agua bendita y las correteaban por todo el convento, pero sinceramente, el verdadero clásico fue cuando reunieron un montón de perrillos y corrieron con ellos por los pasillos a medianoche dando gritos como si estuvieran de caza.
Como podéis ver, Hortense se reformó muchísimo en el convento.
De vuelta con el duque Gargajo, Hortense toma una decisión impensable para una esposa del siglo XVII: decide que va a hacer las maletas y a abandonar chez Gargajo para siempre.
Y así es como el 13 junio de 1668, Hortense, pistola al cinto, se viste de hombre y escapa a caballo con una doncella como única compañía (también vestida de hombre) hasta salir de la ciudad, donde se meten en un carruaje y ponen rumbo a Italia.
El camino no fue tranquilo ni fácil, pero consiguieron llegar a su destino. En Italia estaba Marie (su hermana mayor, ¿os acordáis?), así que Hortense se presentó allí para decirle que se había independizado de su marido desequilibrado y para pedirle que la acogiera en su casa.
Marie le dijo que a ella le encantaría ayudarla, pero que la pillaba un poco mal porque acababa de descubrir que su marido estaba intentando envenenarla.
Como veis, tito Mazarin tenía un gusto para elegir maridos inversamente proporcional al amor que sentía hacia sus sobrinas.
Así que Hortense no deshizo la maleta. En vez de eso animó a su hermana a que hiciera la suya y poco después había dos Mancinis a la fuga. Volvemos al carruaje pero con una persona más, como en los videojuegos rpg en los que vas recogiendo miembros para continuar la aventura.
Una de mis fuentes dice que en esta ocasión Hortense se echó a la carretera “con 700 pistoles de oro”, que es mucho menos interesante de lo que parece cuando te enteras de que pistoles son monedas.
Eso sí, Hortense añadió dos pistolas a su atuendo de señor, porque nunca se puede molar demasiado y 700 monedas está bien pero no te quita de cazafortunas.
Mientras, el Duque Gargajo está barritando delante de todos los hombres poderosos de París para que le ayuden a rastrear y traer de vuelta a Hortense. Como nadie le hace ni caso, empieza a mandarle mercenarios que la devuelvan a París a la fuerza.
Pero el Duque Gargajo se está gastando los dineros en vano porque (#PlotTwist) Hortense ya está de camino a Francia con Marie. Los pocos mercenarios que la encontraron en ruta fueron altamente vacilados, a veces con acompañamiento de guitarra y todo.
Hortense y Marie volvieron a París, que parece una mala decisión hasta que te acuerdas de que Marie es el gran amor de juventud del rey de Francia. Por mucho que el Duque Gargajo se queja, Luis XIV se pone de parte de las Mancini y les da una pensión para que puedan vivir solas.
A estas alturas Francia entera está al corriente de las aventuras de Hortense Mancini: es tema de conversación en cartas, reuniones, panfletos… Hortense y Marie se convierten en símbolo de esperanza para muchas esposas atrapadas en matrimonios abusivos.
Lo malo es que con tanto renombre los rumores y las mentiras se multiplican y al final nadie sabe lo que era verdad y lo que es un rumor.
…que vale, igual Hortense a veces se vestía de señor y se emborrachaba en una taberna, y sí, quizás alguna vez la pillaron nadando desnuda en algún río, y no descarto que costara llevar la cuenta de sus amantes, tanto hombres como mujeres…
...pero no es razón para inventarse rumores sobre la criatura, así que Hortense decide que hay que poner orden en este gallinero y que si tienen que hablar, que por lo menos estén bien informados. Así que Hortense decide poner orden escribiendo sus memorias.
Aunque parezca poca cosa, escribir y publicar unas memorias es otra cosa que muy pocas mujeres de la época siquiera imaginaban poder hacer. Las memorias se vendieron como churros y se tradujeron inmediatamente a varios idiomas.
Esta es una de las épocas más felices en la vida de Hortense, cuando es libre para hacer todo lo que ama y no pudo hacer bajo el yugo del Duque Gargajo: montar a caballo, hacerse experta en tiro y el lucha con florete, organizar fiestas, apostar y beber como un corsario, etc…
Y aprovechando que tiene una paguita, pone un salón en su casa para hacer reuniones de artistas, bohemios, aristócratas, filósofos… Sin más propósito que hablar y celebrar la vida y sus excesos. Ella lo está pasando de lujo y todos los que la rodean también.
Pero el Duque Gargajo no reposa. El Duque Gargajo no descansa. Él no vive, acecha. Él no duerme, espera.
Así que al final pega tanto calor que consigue congelar todo el dinero de Hortense, pensión real incluida, y hace uso del poder absoluto de los maridos del siglo XVII para decirle que no va a ver un duro hasta que no vuelva a casa.
Y Hortense dijo: ok.

Y se fue todavía más lejos.
Esta vez pone rumbo a Inglaterra, donde vive su antiguo amante y colega de fiesta, Charles. ¿Os acordáis de Charles? Pues ahora Charles es Charles II, rey de Inglaterra.
Sabéis que Charles era famoso porque era muy fan de la juerga y el desmelene, y Charles no ha cambiado nada en todos estos años. Así que cuando vió llegar a Hortense con su ropa de señor y su pistola se quedó loquísimo y tardaron medio segundo en reanudar su relación de amantes.
A los dos les gustaba tener una relación muy, muy abierta, y no se encelaban con la ristra de pretendientes que iban cogiendo y soltando. Lo malo es que a sus amantes sí les importaba, sobre todo a las de Charles, que competían por ser su favorita y ganar poder en la corte.
Pero Charles se lo consentía todo porque Hortense era básicamente él y se entendían a un nivel espiritual y fiestuquero al que los simples mortales sólo podemos aspirar, así que Hortense habría tenido que hacer algo extravagantemente absurdo para amenazar su posición en la corte.
Y por supuesto que lo hizo, porque si no qué clase de historia es esta.
¿Sabéis lo grande que es una corte? Es muy grande. Es enorme. Hay gente pa reventar. Hay tanta gente que Hortense podría haberse acostado con una persona diferente cada semana sin mosquear a Charles si le hubiese apetecido.
Pero Hortense tuvo que liarse con Anne de Sussex, que era hija de una de las amantes de Charles. Y muy probablemente hija de Charles.
Sí, de TODA LA CORTE ENTERA Hortense fue a liarse con la que probablemente era la hija de su amante, porque Hortense no conoce el miedo ni el sentido común ni la prudencia.
Anne estaba prometida, pero estaba claro que le interesaba mucho más Hortense que su futuro marido. Durante meses fueron inseparables y se las veía juntas a diario en la corte. Hortense le enseñó a montar a caballo, a luchar con espadas y a meterse en todas las movidas posibles.
Charles no estaba muy contento con este panorama, pero como era Charles decidió pasar del tema y esperar a que el romance acabara, porque Hortense no era precisamente famosa por sus amoríos duraderos.
Pero, y aquí tengo que darle la razón a Charles, es difícil ignorar a tu amante y a tu hija si una noche se plantan en medio del parque en camisón para batirse en duelo de práctica, sobre todo cuando acaban rodeadas de gente de la corte jaleando el espectáculo.
Al final el marido de Anne se la llevó a vivir al campo para que aquella humillación pública acabara. Después de un par de amantes más, Luis y Hortense quedaron de amigos porque era literalmente imposible seguirle la pista a Hortense y todo el que lo intentaba se rendía rápido.
Desgraciadamente, Charles murió en 1685. El nuevo rey no tenía nada en contra de Hortense pero tampoco tenía interés en ofrecerle la protección y la pensión que le había ofrecido Charles. Eso sí, respetó que Hortense se quedara en Inglaterra en vez de mandarla de vuelta a París.
Hortense se pegó unos años más de juerga, se metió en deudas hasta las cejas y se retiró al vivir al campo. Allí murió en 1699, sin volver a ver al Duque Gargajo en toda su vida y dejando atrás una pila enorme de mascotas y de deudas.
...os parecerá increíble pero llevo casi tres mil palabras de hilo y me he saltado un huevo de amantes, de países por los que paró y de movidas en general. Yo, lo reconozco sin pena, tampoco puedo seguirle la pista a Hortense Mancini.
Lo importante es que recordéis a partir de ahora a esta mujer indomable, culta, inquieta e inteligente, independiente y con más arreos de los que nadie debería tener, que cambió con su hermana la visión de todo un país sobre los derechos que debían tener las mujeres casadas.
Un mes más, la legendaria @pintamonas nos ha regalado un dibujo de nuestra señora del mes para cerrar el hilo con estilo. Dadle amor, abrazos y tocamientos de pelo.
Y antes de despedirme os dejo con una reflexión clave: Hortense Mancini y Mademoiselle de Maupin convivieron en el espacio y el tiempo. Estaban las dos en Francia a finales del siglo XVII y es casi inevitable que se conocieran al menos de oídas. Y no explotó Francia.
Y colorín, colorado, este salvaje hilo se ha acabado. Otro día os cuento la historia de la señora que consiguió una reputación intachable y muchas novias (a la vez) en el siglo XIX.
Podéis leer este y otros hilos sobre #SeñorasQueSeEmpotraronHaceMucho en el mensaje que encabeza mi página de Twitter. Si os ha gustado o habéis aprendido algo nuevo, podéis lanzarme un par de euros a través de Ko-Fi y me ayudáis muchísimo.
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